Polonia en vías de convertirse en el mayor ejército convencional de la OTAN

El Gobierno de Varsovia lleva años trabajando en fortalecer su capacidad de defensa nacional. Así, tras llegar a destinar el 2,12% de su PIB a dicha partida en 2021, en el actual contexto de la invasión de Ucrania está previsto incrementarlo hasta un 3% para el próximo año.

Buena muestra de esta política es el acuerdo firmado el pasado  26 de agosto por parte del ministro de Defensa polaco Mariusz Blaszczak con las compañías surcoreanas Hyunday Rotem para la adquisición de 180 carros de combate K2 y con Hanwha Defense para el suministro de 212 obuses autopropulsados o ATP K9A1, por un importe conjunto de 5.760 millones de dólares. Esta adquisición es además solo la antesala de un acuerdo mayor de colaboración entre Polonia y Corea del Sur,  que contempla la adquisición durante varios años de 980 de dichos K2, 648 ATP K9A1y unos 48 aviones de combate ligero FA-50 a la empresa aeronáutica de Korea Aerospace Industries (KAI), en el que se configura como el mayor contrato de defensa suscrito por Polonia en los últimos años. Esta adquisición, y otras anteriores y futuras como la compra de 96 helicópteros Boeing AH-64E Apache que también trató Moncloa.com, han convertido al Ejército de Tierra polaco en el más potente de la OTAN en Europa, incluso por encima de los de Francia y Reino Unido.

Pero, ¿por qué compra el Gobierno de Varsovia dicho material a un proveedor tan lejano? Básicamente  porque desconfía de sus Aliados de la OTAN europeos, que le han demostrado ser muy lentos en las entregas del material encargado y los repuestos asociados. Además ante una posible posterior cesión o venta a terceros de éste, se exige una gran cantidad de trámites y permisos, como demostró Alemania al inicio de la crisis de Ucrania, cuando todavía quería “nadar y guardar la ropa” con la Rusia de Putin, que tenía en nómina a muchos de sus políticos, y usaba el tema ecológico como “caballo de Troya”.

Así las citadas empresas coreanas ya han entregado algunos de los 10 carros de combate y los 24 primeros ATP previstos para este mismo año, para que el Ejército polaco pueda iniciar de inmediato las tareas de formación de tripulaciones y personal de mantenimiento, a la vez que un primer núcleo de militares ya están en Corea del Sur para familiarizarse con el material y la experiencia acumulada por sus homólogos surcoreanos con él. Además los acuerdos también contemplan una importante participación de la industria de defensa polaca y la transferencia de tecnología, para que localmente se pueda realizar un completo mantenimiento/sostenimiento y posibles modernizaciones del material.

Respecto al resto de este pedido, que todo indica que es solo inicial, los  carros de combate deberán estar todos recibidos de aquí al 2025 y los obuses en 2026, unos plazos inconcebibles para la adormecida, por falta de encargos de los Gobiernos propios, industria de defensa europea.

Y es que los polacos no pueden fiarse de una UE más centrada en multarla por temas ecológicos, que a su vez lleva años en vías de suicidarse en materia energética como se está comprobando tras el corte del suministro del gas “verde” que les vendía Gazprom y otros consorcios de los oligarcas rusos que sostienen a Putin.

Polonia hace frontera directa con Rusia, en concreto con el enclave de Kaliningrado ocupado por Stalin y poblado por rusos tras realizar una limpieza étnica de los alemanes que la habitaron durante siglos, además de con Bielorrusia, cuyo gobierno es títere de Moscú, que provocó una crisis internacional al lanzar miles de refugiados sirios a intentar cruzar la frontera polaca, y por ende de la UE, en el otoño del año pasado.

Se debería de recordar que Polonia fue agredida por parte de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en el siglo XX en dos ocasiones, en 1919 y 1939, sin contar con el apoyo de Europa Occidental.                                                                                                           En el actual contexto Varsovia ha decidido fraguar su estrategia de defensa, con el citado incremento de su propia capacidad militar y reforzando la alianza con Estados Unidos.

Así a primeros de septiembre, el viceprimer ministro de Defensa Nacional de Polonia, Marcin Ociepa, afirmó en periódico local Dziennik Gazeta que existía un  grave riesgo de guerra con Rusia en los próximos tres a diez años, lo que justificaba el citado incremento del presupuesto de defensa hasta el 3% del PIB en el año 2023.

En este sentido el citado ministro, Mariusz Blaszczak, ya había adelantado en agosto que habían planeado gastarse 120.000 millones de euros hasta el año 2035 en la modernización y ampliación de las Fuerzas Armadas (FAS) de Polonia.  El político conservador afirmó que se estaba cambiando la tendencia de su país, tras años de pérdidas de las capacidades de defensa, como les ha pasado a otros países de la OTAN, como es el caso especialmente de España.

En los últimos años el Ministerio de Defensa de Polonia ha encargado un importante lote de material de defensa de tierra, mar y aire. Así en el fundamental campo de los carros de combate, como se está viendo en la vecina Ucrania, tras desechar la opción de dotarse de más Leopard alemanes, los polacos han optado además de por los citados medios coreanos, por el encargo de  250 de la más moderna versión del modelo  Abrams, la M1A2 SEPv3, que suministrará la empresa norteamericana General Dynamics. Con éstos sustituirá  a los en torno a 240 veteranos T-72M, un modelo heredado de la época en que estaban subyugados a la URSS, que se han entregado a Ucrania para luchar contra la invasión rusa. También será muy importante para proteger los cielos polacos la adquisición de misiles antiaéreos/antimisil Raytheon Patriot, de la moderna versión PAC-3 MSE.

Respecto al campo de las aeronaves, se han encargado 35 aviones de combate de 5ª  generación Lockheed Martin F-35A Lightning II, los citados casi medio centenar de  KAI FA-50 y 32 helicópteros AW149 a la empresa italiana Leonardo, firma a la que ya le compró una moderna flota de entrenadores M-346.

En el campo naval, a pesar de la modesta costa polaca, tiene en marcha el programa de las futuras fragatas Miecznik y acaba de encargar tres nuevos cazaminas del tipo Kormoran II.