España al frente de las fuerzas anfibias de la OTAN

La Armada española mandará la Fuerza Anfibia de las Fuerzas de Respuesta de la OTAN durante el próximo año 2023, tras superar con plena éxito su certificación durante el ejercicio naval de la OTAN “Dynamic Mariner/Mavi-Balina” 2022, que se ha desarrollado en aguas turcas entre los pasados 11 y 22 de septiembre.

La Alianza Atlántica cuenta con unas fuerzas de disposición inmediata, denominadas como Fuerzas de Respuesta más conocidas por las siglas NRF, que atienden a  la  designación estándar en inglés  de NATO Response Force, cuyo mando rota anualmente. Previamente a la asunción de dicha responsabilidad se realiza una intensa preparación, que culmina con un macro ejercicio y la correspondiente certificación por parte de la OTAN que, como en este caso es naval,  recae en el Mando Marítimo Aliado o Allied Maritime Command (MARCOM), que tiene sede en Northwood (Reino Unido).

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Foto de familia de parte del personal español participante en el doble ejercicio aeronaval, en la cubierta del «Juan Carlos I». (Foto Armada)

Ha sido precisamente este cuartel general de la OTAN quien ha planificado y dirigido el ejercicio Dynamic Mariner, que ha tenido como objetivo la respuesta a una crisis, que se ha coordinado con el Mavi Balina de la Armada de Turquía o Türk Deniz Kuvvetleri (THK).

En suma en este doble ejercicio han participado 50 unidades navales de superficie, 5 submarinos, 5 aviones de patrulla marítima (además de las aeronaves embarcadas), 1.500 infantes de marina, de 13 naciones de la OTAN: Bélgica, Bulgaria, Canadá, Francia, Alemania, Grecia, Italia, los Países Bajos, Polonia, Rumania, España, Turquía y los Estados Unidos.

Según la OTAN el macro supuesto táctico aeronaval Dynamic Mariner-Mavi Balina ha incluido un intenso  entrenamiento en “conjuntos de habilidades específicas para incluir operaciones de superficie, aéreas, antisubmarinas  o Anti Submarine Warfare (ASW), guerra antisuperficie o Anti Surface Warfaew (ASuW), contramedidas de minas, operaciones  anfibias, híbridas y de protección de la fuerza”.

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Uno de los modernos navíos anfibios turcos, “Bayraktar” (centro), a su derecha una fragata turca, y a la izquierda un destructor USA. (Foto MARCOM)

Tras finalizar la decena de intensas jornadas de ejercicios y superar la certificación de la Alianza, ya se puede afirmar que durante 2023 la Fuerza Anfibia de la NRF estará al mando del  Comandante del Grupo Anfibio y de Proyección de la Flota, el contralmirante Gonzalo Villar Rodríguez. Igualmente, se ha determinado que la Fuerza de Desembarco de la NRF tendrá también mando español, en concreto el general de Brigada José Luis Souto Aguirre, actual Comandante de la Brigada de Infantería de Marina “Tercio de Armada” (BRIMAR/TEAR).

La sociedad que forman los buques anfibios y la fuerza de desembarco, junto con los aviones de combate y helicópteros embarcados, constituye la espina dorsal de la capacidad de “proyección del poder naval sobre tierra”, es decir la capacidad que tiene un país de llevar a cabo operaciones militares con inmediatez en cualquier costa desde aguas internacionales, sin necesidad de permisos ni acuerdos con otros países.

Este concepto, que en su época más moderna desarrollaron durante la Segunda Guerra Mundial la Marina y el Cuerpo de los Marines de los Estados Unidos,  es fundamental para la estrategia global de Occidente, y más en unos tiempos tan convulsos como los actuales, con una guerra abierta en Ucrania, y la República Popular de China amenazando invadir Taiwán.

Así la capacidad anfibia constituye un potente elemento de disuasión para prevenir conflictos antes de que se produzcan. Además, la versatilidad de sus medios les permite operar en crisis muy diversas, como apoyo ante catástrofes, evacuación de no combatientes en escenarios de crisis, interposición entre combatientes o misiones de combate si fuese necesario.

España cuenta con una fuerza anfibia muy capaz, encabezada por el navío “Juan Carlos I”, de diseño y construcción española, que combina la posibilidad de actuar como buque anfibio y portaaviones.  Actualmente tiene dos gemelos en Australia, el “Canberra” y el “Adelaide”, a los que pronto se unirá el “Anadolu” turco. Actuando como portaaviones puede embarcar hasta 30 unidades entre aviones de combate  AV-8B Plus Harrier II (que deberían de sustituirse por F-35B)  y helicópteros navales.

En rol anfibio puede desplegar cerca de 1.000 infantes de Marina con más de 120 vehículos. También dispone de una capacidad de mando y control y áreas de trabajo para 150 personas de los Estados Mayores de la fuerza anfibia y de desembarco y hasta 160 personas de la Unidad Aérea Embarcada.

La capacidad anfibia española la completan los transportes de ataque “Galicia” y “Castilla”, cada uno con espacio para operar cuatro helicópteros y desplegar un batallón de infantes de Marina con sus vehículos.

Para la referida certificación, la Armada española  ha desplegado en aguas turcas al “Juan Carlos I” y al “Castilla”, escoltados por la fragata “Navarra”, junto con aviones Harrier, helicópteros y 600 infantes de Marina de la referida BRIMAR/TEAR.  También ha quedado bajo mando español el buque anfibio turco “Bayraktar”, un batallón de infantes de Marina, la fragata “Yavuz” y la corbeta “Kinaliada”, todos del mismo país.