El Gobierno aún paga las facturas a Carmen Calvo para que no revolucione el sector LGTBI del PSOE

El Gobierno aún paga las facturas pendientes a Carmen Calvo, exvicepresidenta del Gobierno, porque quieren que no ahonde en el cisma LGTBI que rompe el PSOE. El último «pago» a la socialista ha sido colocarla como vocal del Real Patronato del Museo Nacional del Prado. Fuentes del partido dejan claro que la idea es la controlar a una exvicepresidenta que se ha convertido en un problema para la formación en algunas cuestiones clave, especialmente en todo lo que tenga que ver con el colectivo LGTBI y con el rumbo que el PSOE debe tomar en este aspecto. Los constantes pagos a Calvo cansan a algunos socialistas que han expresado sus quejas a nivel interno, pero el Gobierno no tiene intención de dejarla caer o de quitarle los escoltas. La idea es que todo siga igual.

Colocar de vocal a Carmen Calvo en el Real Patronato del Museo Nacional del Prado es un simple pago más para que no siga amenazando con abrir un cisma interno. En el PSOE hay dos sensibilidades muy marcadas respecto al mundo LGTBI. El colectivo dentro del partido está más del lado de Irene Montero y simpatiza con el programa de Unidas Podemos más de lo que al PSOE le gustaría. Tanto es así, que en cuestiones como la ley trans, a la que se opuso frontalmente Carmen Calvo, hay una buena parte del PSOE que está de acuerdo con las pretensiones del Ministerio de Igualdad. Las pocas veces que Carmen Calvo ha abierto la boca, se ha puesto a buena parte del colectivo LGTBI socialista en contra. Y cuando Carmen ha querido algo del partido, no ha tenido más que lanzar en los medios un mensaje que en el PSOE entendieron muy bien.

Carmen Calvo salió por la puerta de atrás del Gobierno

Desde el PSOE entienden que Calvo utiliza este cisma para conseguir que la mantengan a flote en puestos que poco o nada tienen que ver con su preparación. Carmen Calvo salió por la puerta de atrás del Gobierno como consecuencia de sus continuos enfrentamientos y choques con Iván Redondo, entonces el todopoderoso jefe de gabinete de Pedro Sánchez. No acabó bien con el presidente, pero sí que salió con una buena información que le valió lo suficiente como para que el Ejecutivo la mantuviera a flote. En el PSOE entienden que utiliza esta información y su capacidad de presión para conseguir que la coloquen en puestos tan «marcianos» como el de vocal en el Real Patronato del Museo Nacional del Prado.

No es la primera vez que Carmen Calvo aparece en calidad de exvicepresidenta del Gobierno en algún que otro medio de comunicación dejando caer que la ley trans es una u otra cosa. La idea es criticarla porque sabe que hay un choque interno en el PSOE por esta norma y por otras similares. El ala LGTBI socialista simpatiza con el programa de Unidas Podemos en todo aquello que tiene que ver con los derechos de los homosexuales. Y el ala moderada socialista entiende que la ley trans es un atropello precisamente a estos derechos. Puede parecer una idea simple o un choque sin más, pero lo cierto es que para el PSOE se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza, especialmente porque no quieren renunciar a un colectivo que consideraban suyo y en el que Irene Montero gana cada vez más popularidad.

Calvo no tiene mayor pretensión que la de seguir disfrutando de sus escoltas, ocupar los vados permanentes por la mañana y tener algún sueldo público que le permita seguir ocupando las portadas de los periódicos de vez en cuando. Desde que salió de la vicepresidencia del Gobierno a causa de los problemas internos que generaba, se colocó como tertuliana en la SER a ver si conseguía ayudar al partido, pero el Gobierno ha decidido enterrarla en una segunda línea para intentar así que moleste menos y que no cause problemas internos.

Alguien que no goza de este nivel de simpatía es José Luis Ábalos, el otro exalto mando el PSOE a quien el partido tiene que callar. En este caso, simplemente han optado por un pacto de no agresión y por dejarle mantener a flote sus negocios. Pero con Carmen Calvo es más simple: se conforma con ser vocal del Real Patronato del Museo Nacional del Prado.