Los vocales quieren enchufar a Rafael Mozo como presidente del Supremo y decirle sus competencias

Los vocales quieren dar algo parecido a un golpe. No quieren que Francisco Marín, vicepresidente del Tribunal Supremo, suceda a Carlos Lesmes. Lo que quieren es que sea un vocal de su elección el que tome los mandos del Consejo General del Poder Judicial con las competencias que ellos decidan. Es algo insólito, pero ya lo es la situación que atraviesa el CGPJ desde que Lesmes dimitiera. La idea de los vocales es la de colocar este jueves a Rafael Mozo Muelas, uno de los más veteranos de la casa, como presidente del Tribunal Supremo saltándose el curso natural de la sucesión. Pero lo más llamativo no es solo eso. Los vocales que quieren dar este supuesto «golpe» sobre la mesa también quieren determinar las competencias que tendrá o no Mozo. La salida de Carlos Lesmes ha dejado al Consejo General del Poder Judicial en una situación sin precedentes.

La negociación está en marcha desde el mismo momento en el que los vocales supieron que Lesmes iba a dimitir, es decir, desde septiembre. Quieren colocar a Rafael Mozo Muelas porque es el más veterano del CGPJ y porque es progresista, para así disipar toda sombra de duda de que los vocales conservadores no quieren dar un nuevo golpe sobre la mesa para atrincherar el CGPJ en posiciones escoradas a la derecha. Pese a que son los vocales conservadores los que han instigado esta situación tan irregular que se vivirá el jueves, la idea es la de colocar a Rafael Mozo para «tenerle controlado» y para apartar a Francisco Marín, a quien le correspondería la «natural» sucesión de Carlos Lesmes. Entretanto, el presidente del Supremo ya se ha retirado de forma honrosa y ha renunciado a una indemnización de más de 200.000 euros que le correspondería.

No todos están de acuerdo con que Mozo ocupe el cargo de Lesmes

No todos están de acuerdo con que Mozo ocupe el cargo de Lesmes. Hay quien cree que es una nueva forma de los vocales de mantener «controlado» un CGPJ que debe renovarse desde diciembre de 2018. Aún así, los vocales tienen la absoluta determinación de dar el jueves un golpe sobre la mesa para conseguir así colocar a uno de ellos al frente del Tribunal Supremo y así mantener una situación que el país jamás ha vivido.

El problema no es solo que quieran colocar a un vocal en un puesto que le correspondería a Francisco Marín, sino que además estos mismos representantes colocados por los partidos quieren decirle al futuro presidente del Supremo las competencias que tiene y las que no. Dentro de esta bomba que supone nombrar a un vocal como presidente del Supremo en este contexto, el decirle y limitarle las competencias que tiene parece un acto más que llamativo. Aún así, los vocales están más que decidido a hacerlo. Al menos la mayoría de ellos, que llevan tiempo negociando cómo llevar la dimisión de Carlos Lesmes.

TODO POR NO DIMITIR

La realidad es que la dimisión de Carlos Lesmes consiguió algo inusual: poner en el foco a los vocales. La dimisión del presidente del Tribunal Supremo, algo que se ha producido por primera vez en las historia de España, dejó entrever una crisis institucional que habían generado los partidos. El problema colateral fue que esa dimisión ponía sobre la mesa la necesidad de que este arrebato que ha tenido Lesmes de «sentido institucional» debía ser imitado por los vocales, quienes también han prolongado su buena vida durante cuatro años. Sin embargo, en cuanto el foco ha pasado a los vocales, ninguno se ha planteado en ningún momento presentar su dimisión para acompañar a Lesmes. Evidenciar que los partidos políticos deben renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a golpe de dimisión no es algo que entre en sus planes.

Los vocales del CGPJ son conscientes, además, de que los partidos políticos tienen una baja probabilidad de ponerse de acuerdo. Y más cuando se tiene en cuenta las palabras del popular Esteban González Pons. Alberto Núñez Feijoo, presidente del Partido Popular, y Pedro Sánchez Castejón, presidente del Gobierno, se reunieron este lunes para intentar alcanzar una «solución rápida», pero las primeras noticias que llegan a los jueces han llevado a los vocales a buscar una solución alternativa que pasa por mantenerles en el poder durante más tiempo.

Por ahora, los partidos siguen en sus trece y buscan la forma de colocar a Pilar Teso al frente del Tribunal Supremo. Para ello, tienen que solucionar algunos problemas que son escollos insalvables para el PP: como es la entrada en la negociación de Unidas Podemos o de los partidos nacionalistas e independentistas. Si consiguen renovar el CGPJ a un año de las elecciones, podrán evitar esta insólita situación en el Consejo General del Poder Judicial. Pero si no lo hacen, tendremos un golpe sobre la mesa de los vocales que solo busca su pervivencia .