Revés de UPN a Vox antes de las urnas: «No tenemos nada que hablar con ellos»

La derecha navarra en 2023 no irá unidas a las elecciones municipales, autonómicas y generales tras la negativa de Unión del Pueblo Navarro (UPN) a sentarse siquiera con Vox de cara a una hipotética unión de cara a las próximas forales. 

El partido de Santiago Abascal en mayo de 2019 era residual en Navarra, en las autonómicas sacó apenas un 1% del voto y en las municipales no logró ni un solo concejal. Pero en 2023 previsiblemente entrará en la Cámara foral, tanto si se presenta en solitario como si lo hace en coalición. 

El ánimo dentro de Vox Navarra creció después de las elecciones de noviembre de 2019, en las que rondó el 5% del voto con el que, de repetirlo el próximo año, obtendría representación en las Cortes de la Comunidad Foral.

La posibilidad de un pacto entre UPN, que está coaligado con PP y Ciudadanos, y Vox no parecía muy propicia por la campaña que los de Abascal han realizado en la Comunidad Foral contra los alcaldes regionalistas por, según ellos, copiar las políticas progresistas en materia de igualdad o inmigración. 

NI SENTARSE

El líder regionalista, Javier Esparza, ha descartado la posibilidad de sentarse con Vox, que ha arrancado el curso político haciendo guerra contra el Convenio Económico de Navarra, que es el sistema de financiación propio de Navarra que deriva de sus derechos históricos amparados por la Constitución que Abascal dice defender.

Esparza aseguró hace unos días en Diario de Navarra que «Vox es un partido que no quiere el Régimen Foral, que lo ataca de forma permanente como se ha visto con la ley del Convenio Económico y su voto en contra. No tiene nada que hablar con nosotros». 

Desde Vox recuerdan que el líder de la oposición en Navarra realizó declaraciones casi idénticas sobre Ciudadanos… antes de pactar con los naranjas para fundar la coalición electoral Navarra Suma en el año 2019.

«NI SE LE QUIERE NI SE LE ESPERA EN NAVARRA»

Esparza sueña que un sorpasso de EH Bildu al PSN-PSOE lleve a algunos barones susanistas a desenfundar sables contra Pedro Sánchez para evitar un Gobierno de coalición entre abertzales y socialistas. Lo cierto es que las encuestas pronostican que María Chivite, del PSN-PSOE, repetiría en el cargo.

Eso sí, en este caso necesitaría el voto favorable de la coalición liderada por Sortu, que en 2019 ordenó la abstención de algunos de sus parlamentarios y ahora buscará regresar al Ejecutivo navarro.

Pese a ello, UPN desecha la posibilidad de acercarse a Vox, «al que ni se le quiere ni se le espera en Navarra», asegura el número dos de los socialistas navarros Ramón Alzórriz, que se ha mostrado muy crítico contra los amigos de formaciones como Hermanos de Italia.

El presidente de Vox Navarra, Emilio Jiménez, salió al paso hace unos días contra «las mentiras y difamaciones vertidas por otras formaciones políticas contra nosotros a consecuencia de que Vox pidiese suprimir el Convenio Económico navarro». 

Jiménez alude al artículo 31 de la Carta Magna para asegurar que España se rige por «un sistema tributario inspirado en la igualdad y progresividad», por lo que, según él, es «de sentido común que el régimen fiscal sea el mismo para todos los españoles independientemente de en qué punto del territorio vivan».

El dirigente considera que «el PSN-PSOE y Navarra Suma se ensañan contra Vox por esta cuestión porque tienen miedo de que en 8 meses Vox vaya a tener representación en el Parlamento de Navarra», por lo cual «se dedican a criticar la caricatura que pretenden crear de Vox, dado que carecen de argumentos para contrarrestar el mensaje coherente y argumentado de Vox». 

Jiménez también cargó contra el PP y afirmó que «una de las muchas diferencias entre Vox y el Partido Popular es que no vamos modificando nuestro discurso en función del territorio, dado que tenemos un proyecto sólido de Estado».

PROBLEMAS ENTRE UPN Y PP

UPN y PP tampoco han cicatrizado heridas desde que rompieran en 2008. Ambas formaciones se volvieron a coaligar en 2019, pero la distancia se ha acrecentado por los mimos regionalistas aquel año a Ciudadanos (que obtuvo mejores puestos a nivel autonómico que el PP) y la cercanía de los ‘populares’ hacia los diputados tránsfugas Sergio Sayas y Carlos García Adanero.

La gota que ha colmado el vaso entre los de Esparza y los de Génova 13 fueron las declaraciones del número dos del PP a nivel estatal, Miguel Tellado, que aseguró que los ‘populares’ querían recuperar sus siglas en la Comunidad Foral. 

Este hecho fue tomado como afrenta por Esparza, a pesar de que él mismo va a impulsar un debate interno en UPN para estudiar si recuperan sus siglas. Y el líder regionalista, como es tradición en su partido, lanzó un órdago a sus socios estatales.

Esparza no se cortó: «Habíamos quedado en que después del verano nos íbamos a sentar y tomar decisiones de forma conjunta. Ellos han decidido hacerlo publico y tomar la decisión antes de lo acordado… Cada uno es responsable de lo que hace».