Pilar Teso suda frío: el PP busca vías alternativas para presidir el Supremo

Era la «elegida» para presidir el Tribunal Supremo desde hacía años. Cuando el PSOE se planteó que renovar el Consejo General del Poder Judicial sería una tarea sencilla, Pilar Teso daba por hecho que tendría el control del Supremo y del CGPJ. El problema llegó con el bloqueo del Partido Popular que se ha prolongado durante cuatro años. Desde entonces, el PSOE no ha cambiado de parecer. Pero el PP empieza a tener nuevas ideas para alterar esa pretensión de Pedro Sánchez de que esta sea la magistrada elegida para sustituir a Carlos Lesmes. Fuentes de Génova dejan claro que a Alberto Núñez Feijoo no le gusta la la idea de que el PSOE haya impuesto a la nueva presidenta del Supremo desde hace años y no se quieren cerrar a vías nuevas. El PP quiere un magistrado de renombre y de prestigio que no genere dudas, pero sobretodo quiere alguien que comparta su máxima: hay que sacar las manos del Congreso de la elección de vocales del CGPJ.

Pilar Teso suda frío porque sabe que el hecho de que su nombre haya trufado los medios de comunicación desde hace años en calidad de «futura presidenta» ha erosionado su imagen. El Partido Popular es el primero que no quiere cerrarse a otras alternativas porque no le gusta la idea de que se supiera el nombre antes de siquiera haber empezado las negociaciones. El PP, de hecho, quiere a alguien que no sea conocido a nivel mediático, pese a que no le preocupa que sea un magistrado progresista el que sustituya a Carlos Lesmes. La preocupación popular está centrada en que el PSOE asuma que el Congreso no pueda meter mano en la elección de vocales. Con esto solucionado, solo quedaría dirimir la idea de que Teso sea o no presidenta del Tribunal Supremo.

La renovación del Consejo General del Poder Judicial está mucho más avanzada de lo esperado. Más después de que el nombramiento de Rafa Mozo como presidente del Consejo haya sido recurrido ante el Supremo. Los partidos se pondrán de acuerdo a falta de un simple detalle: que el PSOE reconozca por escrito que esta será la última vez que la renovación del CGPJ se hace con la intervención de los partidos. En cualquier caso, el riesgo colateral es el de Pilar Teso. Desde el CGPJ ya no se espera que la magistrada del Supremo predilecta vaya a conseguir su objetivo porque el PP no quiere allanar el camino de Teso. En su lugar, están valorando otros magistrados.

Los populares quieren aprovechar también este recurso que han presentado tanto el secretario general de CGPJ como uno de los vocales para presionar más a un PSOE que está dispuesto a ceder más de la cuenta. En el Partido Popular se sienten comprometidos a renovar el CGPJ porque así se lo prometieron a Carlos Lesmes, el expresidente del Supremo que tuvo que dimitir para poner en orden a los partidos, pero también son conscientes de que pueden conseguir muchas concesiones, como el nombre del presidente o presidenta del Supremo. No sería la primera vez que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no cumple lo prometido. Y en este caso, el compromiso con Teso es mínimo.

PODEMOS, LA OTRA CARA DE LA MONEDA

El otro problema que afronta el PSOE es el de Unidas Podemos. Sus socios de Gobierno están empeñados en meter mano en la renovación sea como sea, pero el PP ha puesto como una de sus líneas rojas que Podemos no tenga capacidad de poner o quitar a ningún vocal. El conflicto que deberá afrontar el PSOE en caso de excluir a Ione Belarra de la negociación será el apoyo a los Presupuestos. Pero todo parece indicar que el Gobierno prefiere renovar el CGPJ con un presidente o presidenta afín antes que contar con unos PGE marcados por las exigencias de Unidas Podemos. Ambas cosas son importantes, pero los socialistas no ven problemas en prorrogar los Presupuestos a cambio de tener el CGPJ controlado.

Podemos, aún así, insiste en que quiere meter mano en la elección de vocales. Para ellos, que el PSOE les excluya del pacto sería una auténtica afrenta que pondría en riesgo el Gobierno de coalición. Para los socialistas, sin embargo, el no hacer caso a Podemos no supone ningún problema. Y más cuando Lesmes ha dimitido y cuando han recurrido directamente la elección del nuevo presidente del CGPJ. La presión crece y el PSOE ha visto una oportunidad. Pero Podemos está al quite. Si no se lanzan a la piscina y pactan con ellos, habrá consecuencias serias para el PSOE.