13 eurodiputados denuncian ante Borrell que la UE trate con Argelia: «Violan los derechos humanos»

Que Argelia rompiera las relaciones diplomáticas con España después de que Pedro Sánchez reconociera la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental fue un duro golpe. El abastecimiento de gas estaba (y está) en riesgo. Sin embargo, los eurodiputados no tienen la misma opinión sobre el hecho de que Argelia haya dado de lado a España. De hecho, consideran que todos los países miembros de la UE deberían dar la espalda al país africano porque violan sistemáticamente los derechos humanos. La carta se la han dirigido al alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell. Pero esta decisión podría poner en riesgo los planes de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien quiere montar un nuevo gasoducto para abastecer de gas a los países del norte de Europa.

Los europarlamentarios son de diferentes grupos. Esto ha dado mucha más fuerza a esta carta que han mandado a Borrell, quien ahora ve con buenos ojos que Argelia abra la llave del gas, aunque para ello haya que pasar por alto según qué violaciones de los derechos humanos. Técnicamente llaman a revisar las relaciones con Argelia por su incumplimiento de los acuerdos con la UE. El problema es que llega en un momento muy delicado, especialmente para nuestro país, que sería la puerta de entrada del gas africano a Europa. En cualquier caso, que los eurodiputados hayan lanzado esta carta ha hecho saltar las alarmas en Bruselas porque ven que su plan B se echa por tierra. Otro país que está muy pendiente de esta posición es Alemania.

En la carta, los eurodiputados dan completamente por sentado que el régimen argelino actúa de forma sistemática contra los derechos humanos y las libertades básicas persiguiendo los activistas que reivindican libertad y transparencia. Hasta ahora, nadie se había preocupado por la situación social de Argelia más de la cuenta, pero parece que los eurodiputados han puesto el foco en este país al mismo tiempo que Europa busca alternativas para el abastecimiento de gas.

carta ue

Son 13 los eurodiputados que han acusado a Borrell de hacer la vista gorda con un régimen que no respeta los derechos humanos. Nadie se había parado a pensarlo desde Bruselas, pero estos eurodiputados, entre los que se encuentran Soraya Rodríguez (PSOE) o Jordi Solé (ERC), no se han resistido a mandar esta carta a Borrell.

Otros de los problemas añadidos es que en esta carta, que está compuesta generalmente por eurodiputados de partidos de izquierdas, no ha conseguido el apoyo en bloque de los grupos parlamentarios. Algunos socialistas, como es el caso de Soraya Rodríguez, se han desmarcado de la línea general para lanzar esta carta a otro alto cargo socialista, algo que ha generado cierto malestar en el partido y que ha puesto a Soraya Rodríguez en una posición relativamente delicada. Más si se tiene en cuenta que el propio Gobierno, también socialista, está en plenos trámites para poner en marcha el Barmar (el gasoducto de Barcelona a Marsella), que dependerá directamente del gas argelino en su mayoría. Esta forma de ir a contracorriente ha pasado factura a la eurodiputada, aunque desde el PSOE entienden que esta carta no tendrá mayor trascendencia.

LA OBSESIÓN DEL GASODUCTO BARMAR

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, lleva unos meses viviendo un auténtico infierno. Casi el mismo al que ha sometido a algunos de sus trabajadores, según detallan fuentes del ministerio. Sin embargo, ha visto la luz al final del túnel al ver que el Midcat ha caído y que Europa necesita una alternativa para el gasoducto que una Argelia con el norte de la UE. Pese a que el Gobierno sopesa echarla a principios de año, Teresa Ribera confía plenamente en que la alternativa Barcelona-Marsella, es decir, el Barmar, podrá salvarle el cuello político si sale adelante de forma satisfactoria. De momento, la idea es que se ponga en marcha cuanto antes, aunque sea mucho más caro que le Midcat, para intentar apuntarse el tanto ante los suyos. Se trata del mayor macroproyecto del Gobierno, aunque no han salido los planes como esperaban.