Vox mantiene su purga a todo lo que «huela» a Ortega Smith

Vox echó de mala manera a Javier Ortega Smith por sus fiascos a nivel interno. La salida de Macarena Olona se la achacan a él pese a que hubo muchas más partes implicadas. El problema es que nadie se esperaba en la formación (al menos ni Iván Espinosa de los Monteros ni Santiago Abascal) que las consecuencias de la salida de la exdiputada fueran a repercutir a nivel electoral. Todo esto ha llevado a Vox no solo a echar a Javier Ortega Smith de todo control dentro de Vox, sino a expulsar a todo mando de confianza del concejal. Ahora le ha tocado a Tomás Fernández, pero desde Vox esperan purgar todo aquello que huela al diputado.

Vox ha relevado como vicesecretario de Organización a Tomás Fernández, ‘número dos’ de Javier Ortega Smith en la Secretaría General del partido, según han confirmado a Europa Press fuentes de la formación liderada por Santiago Abascal. Ortega Smith dejó el puesto de secretario general de forma sorpresiva el pasado día 6 de octubre y fue sustituido por el portavoz de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga.

El propio Ortega Smith aseguró que se trató de una «renuncia» personal para poder centrarse en su candidatura a la Alcaldía de Madrid, aunque el partido fue poco a poco aceptando cambios internos que son «normales» en toda formación política.

En cualquier caso, tanto desde la dirección de Vox como Ortega Smith se han esforzado en desvincular estos cambios de la crisis atravesada con Macarena Olona, así como de las críticas de algunas delegaciones territoriales. El propio Santiago Abascal dio por hecho la pasada semana que habría más cambios internos tras la salida de Ortega Smith. «Hacía falta un relevo», se limitó a argumentar.

El primer cambio ha sido el de Tomás Fernández, mano derecha de Ortega Smith en la Secretaría de Organización durante los últimos años y diputado en el Congreso por Huelva. Será sustituido por María Ruiz Solás, diputada por Madrid y concejal en el municipio de Villaviciosa de Odón, aunque fuentes del partido apuntan a que Vox reorganizará toda su estructura interna tras la llegada de Garriga a la Secretaría General.

LA «PREJUBILACIÓN» DE MONASTERIO, ENCIMA DE LA MESA

Vox tiene una fundación que utiliza como su think tank particular. Se trata de la Fundación Disenso, cuyas cuentas se guardan discretamente (a excepción de las subvenciones públicas que ha recibido en 2021, que suman unos 100.000 euros públicos). El problema es que Vox no se siente del todo cómodo con la utilidad que le ha dado hasta ahora a esta fundación, que hasta ahora se había limitado a simples informes para adaptar la realidad a los intereses del partido, ya fuera con textos sobre la inmigración o sobre la llegada de Lula da Silva a Brasil. Ahora, Vox quiere redefinir la utilidad de la Fundación Disenso y la quiere convertir en el «banquillo» oficial del partido donde colocar a los políticos que no tengan un futuro definido. Y quien ahora suena para recaer a este cementerio de elefantes recién bautizado es la diputada de la Asamblea de Madrid Rocío Monasterio.

La Fundación Disenso es un think tank que hasta ahora ha dado un tenue soporte ideológico al partido. Tanto es así, que han elaborado informes sobre la inmigración o sobre la llegada de Lula da Silva al poder que han servido a a Vox para lanzar campañas a través de las redes sociales. Hasta ahora, había sido el soporte de Vox para algunas cuestiones, pero el partido no tiene nada claro que esta función haya ayudado lo suficiente al partido y ahora quieren convertirlo en un cementerio de elefantes para colocar a algunos dirigentes que no saben muy bien qué hacer con ellos. El caso Rocío Monasterio lleva tiempo dando vueltas por las cabezas de los «aristogatos», pero nadie ha dado aún con la tecla y sopesan mandarla a esta Fundación para que no moleste y para que les dé tiempo a elegir dónde colocarla.