Alfonso Fernández Mañueco se esconde tras las salidas de tono de Juan García-Gallardo

El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, está encantado de haber pactado con Vox. Juan García-Gallardo, vicepresidente, se lleva todos los focos y ha conseguido que Mañueco pueda hacer lo que considere. Para el presidente popular esto es algo fundamental porque sabe que Génova le sigue de cerca. El hecho de que pactara con Vox cuando la transición de la presidencia del Partido Popular estaba vigente ha sentado muy mal a Alberto Núñez Feijoo, quien ahora ve a Mañueco igual que lo veían el expresidente del PP Pablo Casado y el exsecretario general del partido Teodoro García Egea: como alguien desleal. Sin embargo, en Castilla y León están encantados de haber pactado con García-Gallardo porque se ha convertido en la diana de todas las críticas al gobierno autonómico. Aún así, Mañueco entiende que esta será «sí o sí» su última legislatura, tal y como detallan desde el entorno del presidente de Castilla y León.  

La posición de Mañueco es compleja. Pactar con Vox no ha hecho más que ponerle en el punto de mira de Feijoo cuando ya lo estaba previamente con Casado. Además, por los mismos motivos. Alberto Núñez Feijoo dio la orden expresa a todos los barones populares de no pactar bajo ningún concepto con Vox porque la línea a seguir era la planteada por el barón andaluz. Aún así, Mañueco aprovechó las luces y las dudas para pactar con el partido de Juan García-Gallardo y conseguir así la investidura que tanto deseaba. Para Mañueco, sobrevivir no era una tarea sencilla ni mucho menos. De hecho, da por hecho que no repetirá como candidato previsiblemente a no ser que las encuestas den un vuelco inesperado. Por eso era tan importante esta investidura.

El presidente de Castilla y León, al final, está conforme con los pasos dados. Prevén que tendrán una legislatura tranquila porque Juan García-Gallardo se lleva todos los focos. Ahora mismo, el presidente de la Junta está encantado con ver que las noticias que se recogen sobre Castilla y León están siempre protagonizadas por su vicepresidente. Fuentes del PP aseguran que Alfonso Fernández Mañueco ha dado la orden interna de no intentar destacar a todos los consejeros populares. Ahora mismo, prefieren que sea el líder del Vox el que se lleve todos los focos para conseguir pasar desapercibidos en esta cuerda floja política sobre la que camina el líder del partido en Castilla y León. No es fácil lidiar tanto con su propio partido como con las presiones de la oposición. Pero Mañueco ha encontrado el chivo expiatorio para que le quite todo tipo de presión.

El presidente de Castilla y León ha deslizado a nivel interno que las polémicas protagonizadas por Juan García-Gallardo benefician al partido. Las polémicas que rodean al candidato de Vox ahora mismo son agua de mayo para un Partido Popular que ha conseguido librarse, excepto el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, de todos los grandes problemas que aquejan a Castilla y León. Especialmente los incendios que han asolado la región este verano y que aún están activos en provincias como Burgos, en el Valle de Mena.

JUAN CARLOS SUÁREZ-QUIÑONES, EL ESLABÓN DÉBIL

El consejero de Medio Ambiente de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, no pasa por su mejor momento. Desde su entorno aseguran que está tenso, que no controla bien lo que dice y que no sabe qué se cuece dentro de la Junta respecto a su futuro político. Los incendios de su comunidad autónoma le han pasado excesiva factura, pero su forma de afrontar las consecuencias de las hectáreas calcinadas. Fuentes de la Junta dejan claro que nadie quiere contar con él, pero que no tienen claro cómo abordar este cese sin dejar entrever una crisis dentro de la autonomía sin precedentes. En el PP prefieren que las cámaras se centren directamente en el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, y no en su consejero de Medio Ambiente. Pero su «nerviosismo» ya se ha trasladado a todo el PP. El nuevo incendio en Burgos tampoco ha ayudado al consejero.