El director del proyecto GAR-SI Sahel, general de división Francisco Espadas Santana, ha avisado de que si no se frena el avance de grupos de terrorismo yihadista en estos países africanos «en poco tiempo» golpearán Europa. «Si permitimos que campen allí a sus anchas, multiplicarán su fuerza y, sin duda, en poco tiempo actuarán en nuestro continente», ha apuntado.
En una entrevista en la revista de la Fundación Víctimas del Terrorismo, el general de la Guardia Civil hace balance del «rendimiento excelente» del proyecto europeo que lidera España para formar a gendarmes de países africanos. Dentro de las amenazas, alerta de la presencia de mercenarios rusos en países como Mali.
«La presencia de mercenarios rusos en Mali está acreditada», comenta Espadas Santana, que apunta que fue esto, sumado al segundo golpe de Estado en este país africano, lo que provocó la suspensión del GAR-SI y otros muchos proyectos de colaboración por parte de la Unión Europea.
«Esperemos que la situación cambie y se puedan restablecer los apoyos, pues Mali ocupa una situación estratégica en el corazón del Sahel, con fronteras con siete países; Europa no puede ni debe abandonar su colaboración con este país», ha señalado este general al frente del GAR-SI desde febrero del pasado año.
A semejanza de los GAR (Grupos de Acción Rápida) y su papel en la lucha contra ETA, la Guardia Civil y las gendarmerías de Francia, Italia y Portugal han dado formación a 1.735 gendarmes de Mali y otros cinco países europeos: Senegal, Mauritania, Burkina Faso, Níger y Chad. Hasta ahora, han perdido la vida 46 de estos policías desde el primer despliegue en 2019, la mayoría en enfrentamientos armados contra grupos terroristas.
El general destaca la presencia de grupos terroristas enfrentados entre sí: en la zona de las tres fronteras (Mali, Burkina y Níger) actúa el Frente para la Liberación de Macina (FLM), perteneciente a la filial de Al Qaeda en el Sahel, y el Estado Islámico, y en la región de Lago Chad, la principal organización es Boko Haram, conocida por secuestros de niños.
Pese a la inestabilidad en la zona, creciente hacia el golfo de Guinea, el despliegue de estas unidades ha permitido que en Mangodara (Burkina Faso) haya reabierto una escuela que facilita la vuelta a las clases de 900 niños o que los mercados semanales puedan abastecerse.
El objetivo, según el general, es que en la extensa zona del Sahel las organizaciones terroristas no sustituyan al Estado. «Estamos a tiempo de ayudar a estos países y neutralizar esta amenaza, Europa debe ser consciente de ello y las unidades GAR-SI serían una buena herramienta para estabilizar y consolidar la paz», ha concluido.