Mónica García pierde fuelle e Íñigo Errejón sigue sin dejarle tocar la lista

La candidata de Más Madrid a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Mónica García, pierde fuelle mientras que Isabel Díaz Ayuso coquetea con la mayoría absoluta. Las expectativas son buenas para el PP, esperanzadoras para el PSOE y cada vez peores para Más Madrid. Ese buen resultado que obtuvo Mónica García en las anteriores elecciones autonómicas (24 diputados) parece que se desinfla. Y desde el entorno de la candidata entienden que es porque no la dejan urdir sus propias listas ni dar protagonismo a terceras personas. Íñigo Errejón tiene atada en corto a la formación y no quiere dejar que Mónica García, con la que mantiene una mala relación, monte por su cuenta y riesgo un partido a su imagen y semejanza. Mientras se debaten sobre cómo integrarse en Sumar, Mónica García ve cómo se hunde en las encuestas ante el rodillo de Isabel Díaz Ayuso.

Que Íñigo Errejón no se lleva bien con Mónica García es un secreto a voces, pero tal y como aseguran en el Partido Popular de forma reiterada, «son profesionales». La idea de dejar a Mónica García como candidata de Más Madrid para las próximas elecciones de mayo no se discute ni lo más mínimo. Lo que sí se ha convertido en un problema es el dejar a Mónica García montar su propia lista. Errejón no quiere ni oír hablar de personalismos al margen del suyo y no quiere que la candidata tenga la capacidad de urdir una lista montada por más de 20 diputados y diputadas leales a la candidata. Para Errejón, tener a Pablo Gómez Perpinyà como número dos, así como el resto de los que le siguen, por imposición de «arriba» es fundamental. Mónica será la candidata porque funciona, pero no tiene intención de dejarla crecer por su cuenta.

La lista de Más Madrid en la Comunidad la ha montado Errejón exclusivamente. Con el buen resultado que obtuvo en las pasadas elecciones, nadie se plantea apartar a la «médico y madre». Lo que tampoco se plantean es el dejarla urdir las listas a su gusto, una demanda que tiene la candidata de Más Madrid desde hace tiempo y ante la que Errejón no quiere ceder. Mónica García ha tratado de exponer su enfado y su malestar con Errejón coqueteando con Sumar y con Yolanda Díaz para tener un buen puesto en el proceso de integración al margen de lo que opine su líder político. En cualquier caso, de momento y de cara a las próximas elecciones es Errejón quien decidirá colocar todas las listas, por muy mal que le vaya en las encuestas.

Pablo Gómez Perpinyà, Manuela Bergerot Uncal, María Pastor Valdéz y Antonio Sánchez Domínguez ya están endulzando el oído a quien sabe que les garantizará un sueldo de más de 50.000 euros al año por los próximos cuatro años de legislatura. Mónica García está en una posición compleja porque no tiene diputados leales a su causa a nivel interno. Ella solo está para ser la cara visible y la portavoz mientras que Errejón toma las decisiones importantes por ella.

EL OTRO PUNTO DE CONFLICTO

Mónica García ha encontrado la forma de buscar su propio camino en la política al margen de Íñigo Errejón. La candidata de Más Madrid a la Comunidad de Madrid ya ha mantenido reuniones privadas con Yolanda Díaz para estudiar su encaje en Sumar. Errejón quiere, pero la forma de encajar en la formación de la ministra no necesariamente estará controlada por el actual líder de Más País. De momento, el coqueteo entre ambas no ha fructificado en nada porque quieren esperar a que se celebren las elecciones autonómicas. Después de esto, Mónica pretende asumir la marca Sumar con los brazos abiertos para librarse del yugo de Errejón.

El problema de todo esto es que Errejón está viendo cómo Yolanda Díaz tiene mucha mejor relación con Mónica García que con él. De momento, la idea de la ministra es la de desprenderse de todo aquello que huela al 15-M y sobretodo de todo aquello que se parezca mínimamente a Podemos. Errejón no deja de ser un viejo vestigio de la formación morada que ha llevado la misma práctica interna (plagada de purgas) a su partido y que no deja que otros destaquen más de la cuenta. Se aprovechó de la estela y de la popularidad de la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena para crecer y ahora se niega a que otros pesos pesados de su formación despunten, como es el caso de Mónica García.