La mala relación entre Íñigo Errejón y Mónica García amenaza su integración en Sumar

Los dos lo están deseando, pero la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quiere desprenderse por completo de esos choques internos de la izquierda que tanto han perjudicado a su formación. Mónica García e Íñigo Errejón tienen una pésima relación. Esto es un secreto a voces. El problema es que esa mala relación amenaza la integración de Más Madrid, Más País o como entonces se llame cuando se acerquen los comicios en Sumar. Yolanda Díaz tiene una preferencia: apuesta más por Mónica García. Pero sabe que contar con Errejón es fundamental para que la integración de ambas formaciones se haga en condiciones. El problema es que a medida que se acercan las elecciones municipales y autonómicas de mayo, los roces entre Mónica García e Íñigo Errejón van a más. Y Yolanda Díaz no quiere esos «problemas».

Desde Más Madrid dejan claro que Yolanda Díaz ha contribuido a esa mala relación que mantienen Mónica García e Íñigo Errejón. No es que haya descubierto la pólvora, pero el hecho de que se hayan reunido la candidata de Más Madrid y la vicepresidenta a solas y por su cuenta en más de una ocasión no ha gustado nada a un Íñigo Errejón que considera que Más Madrid es suyo. Aún así, la mala relación viene de antes. Incluso cuando decidieron que fuera Mónica García la candidata, ya Errejón le puso todos los cotos posibles para formar las listas. La subida en popularidad de la diputada no ha gustado demasiado a Errejón porque empezó a ver cómo se convertía en un verso libre. Él no puede ignorar la escuela donde se educó. Y como haría Pablo Iglesias, la solución fue un control férreo de las listas electorales. Algo que se pretende extender para estos comicios con la resistencia manifiesta de Mónica García.

Mientras todo esto se deja entrever, Yolanda Díaz mantiene su proceso de escucha sordo en el norte de España. Sordo a las críticas del exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y sordo ante quienes piden a gritos que les incluyan en la plataforma que Yolanda Díaz ha lanzado. Sumar sigue su hoja de ruta. Y esa hoja de ruta consiste en no escuchar a nadie hasta que pasen esas elecciones autonómicas que siguen erosionando la relación entre Mónica García e Íñigo Errejón porque el segundo veta toda capacidad de acción a la primera. Sin embargo, hay una realidad que ofende cada vez más a Errejón hasta el punto de que se plantea cortar más las alas de su candidata: Mónica García no ha tenido problemas en reunirse a solas con Yolanda Díaz para hablar de su fichaje por Sumar.

Es cierto que el primer encuentro que mantuvo Mónica García con la vicepresidenta lo hizo también en compañía de la defenestrada políticamente Mónica Oltra. Sin embargo, ha habido nuevos encuentros entre ambas con una visible y notable buena relación que ha irritado a Errejón. Hasta ahora, y pese a que comparten espacio en el Congreso, el líder de Más País no ha sido capaz de acercarse como le hubiera gustado. Yolanda Díaz mantiene un proceso de escucha sordo, pero tiene claro qué perfiles quiere en su equipo para darles toda la visibilidad. Mónica García encaja perfectamente porque no acostumbra a comprar polémicas y porque no tiene un pasado con Podemos. Pero Errejón sí.

Aún quedan más encuentros, pero Errejón ha atado en corto a Mónica García hasta el punto que no solo no le dejará montar las listas, sino que las trufará de «monchitos» para que la vigilen cada paso que da, especialmente los que tienen que ver con los encuentros entre Sumar y Más Madrid. Ahora, según detallan fuentes de Más Madrid, Errejón pretende fagocitar todos los encuentros que haya entre las dos formaciones dejando a Mónica García en un segundo plano. Si se reúne con ella, lo hará a título personal y con los riesgos que ello conlleva.

LA RESPUESTA A PABLO IGLESIAS

La guerra está montada. Podemos ha intentado llevar a su terreno a la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz, pero parece que la también ministra de Trabajo tiene claro que se lo quiere montar por su cuenta. Tras todo esto, y tras varios insultos de Pablo Iglesias a Yolanda Díaz por haber nada menos que «traicionado» a la formación que la convirtió en ministra, la vicepresidenta ha decidido proseguir con su proceso de escucha sin responder al cofundador de la formación morada. El problema es que ese «proceso de escucha» no escucha a nadie. Solo habla ella y aún no hay ninguna otra formación que tenga claro si acabará en las filas de Sumar o si se quedará fuera de juego. Ahora, Yolanda Díaz se ha ido a un tour por el norte. Este martes ha tocado Iruña (Pamplona).

El proceso de escucha ha hartado a medio Unidas Podemos. Los morados tienen la orden de cerrar filas, pese a que hay muchos dirigentes y políticos de la formación de Pablo Iglesias que quieren dar el salto al partido de Yolanda Díaz. La idea de la vicepresidenta es simple: quiere que todos vayan en masa a su equipo, pero se reserva algunos poderes. Las quejas de los partidos que aspiran a entrar bajo el mando de Yolanda Díaz se centran en que los procesos de escucha de la vicepresidenta son completamente sordos. Tanto es así, que algunos han intentado llegar al entorno de la ministra de Trabajo para hablar sobre la fusión o la integración de las siglas y la vicepresidenta ha repetido que «no es el momento».