Sánchez Llibre elige a su nueva becaria

El empresario catalán Josep Sánchez Llibre ya tiene a su nueva «marioneta» para disputar la presidencia de la CEOE a Antonio Garamendi. Dado que el presidente de Faconauto, Gerardo Pérez, se echó hace unas semanas atrás, el empresario con tintes nacionalistas ha decidido buscar una nueva «becaria» en la vicepresidencia de Foment. Hablamos de Virginia Guinda, una completa desconocida fuera del mundo empresarial y una no tan conocida dentro de su gremio. Aún así, Guinda ha conseguido los avales necesarios (en total, tiene nada menos que 37) para presentarse a las elecciones para la presidencia de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. Todo porque Sánchez Llibre está empeñado en controlar, sin dar la cara, la CEOE y en echar a Antonio Garamendi, aunque para ello haya tenido que buscar extraños compañeros de cama como puede ser el exsecretario general del Partido Popular Teodoro García Egea.

Cuando se pregunta y se bucea entre los empresarios que componen la CEOE, son pocos los que consideran que Guinda vaya a «dar guerra» a Garamendi en las elecciones de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. Sea como sea, lo cierto es que pese a que Guinda se ha presentado entre fuegos artificiales, el sentir en la CEOE es muy claro: todos saben que es la nueva «becaria» de Sánchez Llibre y todos entienden que esta «urgencia» con la que se ha presentado a la vicepresidenta de Foment como candidata responde a las dificultades que ha tenido el empresario catalanista para hallar a su «marioneta», tal y como la califican algunos de los empresarios que han visto de cerca los movimientos de la CEOE. El «no» de Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, a última hora dejó al empresario con una mano delante y otra detrás. Sin embargo, tuvo los suficientes recursos como para convencer a una nueva candidata que no sabe lo que le espera.

Guinda tiene 37 avales en total

Ahora bien, pese a que Guinda tenga 37 avales en total, incluido por supuesto el de Faconauto, lo cierto es que son pocos los que creen que Antonio Garamendi vaya a perder. De hecho, una de las razones por las que Gerardo Pérez, quien amenazó con presentarse en varias ocasiones, se haya echado para atrás, según detallan desde la CEOE, fue porque no veía clara la victoria y porque sabía que a largo plazo la candidatura fallida teledirigida por Sánchez Llibre podría tener consecuencias negativas para él. Gerardo Pérez se echó atrás, pero Guinda ha pensado menos en las consecuencias que puede tener para ella ser arrasada por Garamendi en unas elecciones que estaban llamadas a ser unipersonales.

Las elecciones de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales son el próximo 23 de noviembre y lo cierto es que en el círculo de Garamendi respiran muy tranquilos. La sensación de que el trabajo está bien hecho impera en su entorno, pero sobretodo el convencimiento de que la alternativa presentada no es más que una candidatura poco sólida. Sánchez Llibre lleva meses empeñado en aumentar su influencia en la CEOE, pero sin éxito. Su estrategia, a ojos del entorno de Garamendi, ha sido «torpe» porque entienden que la vía para desbancar al actual presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales no pasa por buscar aliados en quienes han desarrollado una inquina visceral por Garamendi. Y menos cuando la intención de quien urde la alternativa no es más que aumentar su influencia personal.

Nadie se cree que Guinda tenga posibilidades. Pero sobretodo, nadie se cree que la vicepresidenta de Foment vaya a poner en aprietos a Garamendi. Al final, desde la CEOE entienden que la razón por la que han forzado la candidatura alternativa a Garamendi tiene que ver con una cuestión de imagen. Los contrarios al actual presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales creen que es necesario presentar una candidatura nueva para dejar claro que la CEOE no comulga al unísono con el discurso de Antoni Garamendi. Guinda no ganará, o al menos es lo que cree la mayoría de los empresarios integrantes de la CEOE, pero sí que demostrará que hay un «plan B» para quienes quieran demostrar a Garamendi que no están de acuerdo con su gestión.

No queda mucho para que se celebren las elecciones, pero tampoco queda tanto para que los nuevos movimientos del Gobierno pongan a la CEOE en una situación comprometida. El PSOE aprieta fuerte (y más Unidas Podemos) con medidas que tocarán el bolsillo de los empresarios. Y la subida del salario mínimo por encima de los 1.000 euros al mes está a la vuelta de la esquina. Todos estos problemas golpearán directamente a quien sea el próximo presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. Y como todo parece indicar que será Antonio Garamendi, habrá que esperar a ver cómo gestiona los nuevos puntos de erosión que llegarán a la puerta del presidente de la CEOE.