La deriva de Vox «entierra» a Iván Espinosa de los Monteros

El portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, ha dado un paso atrás y se ha enterrado políticamente. La salida de Macarena Olona ha dejado tocado el partido, pero nadie se esperaba que nadie cogiera las riendas de la formación en estos momentos tan complicados. Santiago Abascal, presidente de la formación, ha desaparecido, pero nadie creía que Espinosa de los Monteros fuera a comprar ese “perfil bajo” del que tanto han huido las cabezas visibles de Vox desde que montaron el partido. En la formación pocos entienden que en un momento en el que el grupo está en horas bajas nadie, y en especial Iván Espinosa de los Monteros, haya cogido las riendas del partido para poner orden y reflotar un Vox tocado.

Santiago Abascal ha desaparecido, pero Iván Espinosa de los Monteros no está siendo capaz de acaparar titulares. El equipo de prensa de Vox está tocado porque no todos los medios atienden sus demandas y los diputados del partido pierden fuelle desde que el discurso duro de Javier Ortega Smith se dejara a un lado. Con Ortega Smith fuera de juego en el partido, con Jorge Buxadé en perfil bajo y con un Iván Espinosa de los Monteros tocado por la salida de Macarena Olona, también a nivel interno, el resultado es una formación a la deriva que no tiene a quién aferrarse. Ahora mismo en Vox ven que Macarena Olona tiene mucha más facilidad para colocar titulares o para llamar la atención con un partido que aún no existe ni se ha anunciado que existirá que un grupo con 52 parlamentarios.

La realidad es que en Vox impera la sensación de que el partido se hunde por momentos. Ya no es esa piña militarista que presumía de unidad. Desde que echaron de mala manera a Macarena Olona, todos vieron una faceta de Iván Espinosa de los Monteros y de Santiago Abascal que no gustó a nivel interno. Sin embargo, lo que ha complicado la situación es que nadie, incluido el propio Abascal, haya tomado las riendas del partido y haya aprovechado la precampaña electoral que se ha puesto en marcha. De hecho, hay un clamor interno por el que se quejan de que no se ha aprovechado bien el rédito electoral que les podría haber dado las críticas a la ley de solo sí es sí. Lo único que se ha visto es un tímido guiño por parte de Iván Espinosa de los Monteros, pero nada más. 

Mientras que Vox se lame las heridas de una salida traumática como la de Macarena Olona, en el partido se quejan de que el propio presidente de la formación, Santiago Abascal, está conservado en formol para que no se desgaste su imagen lo más mínimo antes de las elecciones. Hará acto de presencia en las elecciones municipales y autonómicas aunque la apuesta gorda son las generales. Pero ni está ni se le espera para lo que resta de año más allá de alguna aparición estelar concreta. Y mientras, Vox decrece en las encuestas y en los sondeos internos que manejan.

EL “MAL” EQUIPO DE PRENSA

Desde Vox entienden que se han hecho cosas mal. La autocrítica se empieza a ver entre los diputados y cargos del partido, aunque con cierta timidez. Lo primero que no ven bien es cómo no han sabido hacer amigos a nivel mediático y cómo han conseguido enfrentarse con prácticamente todos los medios que les daban cobertura. Ha habido hasta guerrillas internas a nivel editorial por la forma en que el gabinete de prensa de Vox trataba a los periodistas que no publicaban temas que fueran de su agrado.

Desde la formación reconocen haber hecho “listas negras” que han trascendido a La Sexta. En esas listas se prohibía dar información a determinados medios de comunicación que consideraban “hostiles”. Ahora pagan las consecuencias porque tienen la sensación de que ningún medio compra su discurso y ningún medio les da cobertura. Pero no parece que Iván Espinosa de los Monteros y Santiago Abascal tengan la intención de que esto vaya a cambiar.