Una vez más el Ejército del Aire y del Espacio, que cuenta con una cada vez más exigua flota de cazabombarderos EF-18A, sirve a la estrategia del Reino de España para reforzar a sus aliados del este de Europa, en concreto en Rumania destacando 8 de estos polivalentes aviones de combate y 130 efectivos.
En esta ocasión el componente español denominado destacamento aerotáctico “Viespe” se ha desplegado en la base aérea Fetesti, sita en el centro de Rumanía, donde aterrizaban los McDonnell Douglas (hoy Boeing) EF-18A del Ala 15 el pasado día 25 de noviembre. Días antes llegaban los primeros efectivos del destacamento, principalmente personal de Escuadrón de Apoyo del Despliegue Aéreo (EADA), que prepararon las instalaciones, cedidas por la Fuerza Aérea de Rumania, para la llegada de las aeronaves y sus pilotos y mecánicos.
La misión de este destacamento aerotáctico es participar en la seguridad del espacio aéreo de este flanco de la Alianza ante las posibles amenazas de la agresiva Rusia de Putin. Frecuentemente sus aeronaves, tanto de la fuerza aérea como de su aviación naval, que tienen base en la ocupada (a Ucrania en 2014) península de Crimea, sobrevuelan el mar Negro, hasta los limites del espacio aéreo de Rumania como de Bulgaria, que también forma parte de la OTAN. Además, en ocasiones los aviones rusos han realizado pasadas muy agresivas a unidades navales de la OTAN que patrullan en aguas internacionales en el referido mar Negro. En suma, una actividad que requiere un refuerzo de la limitada capacidad de defensa aérea de dichas naciones de la Alianza Atlántica, que proporcionan las naciones más punteras en el campo aeronáutico, denominada como policía aérea reforzada o enhanced Air Policing (eAP), que conlleva relevos, como el que asumirá el Ala 15 que se hará efectivo el próximo 1 de diciembre.
Para el Ejército del Aire y del Espacio este tipo de misiones constituye un gran esfuerzo, dado la gran carencia de personal, que sufre desde hace años por los continuos paupérrimos presupuestos asignados por los sucesivos Gobiernos. Igualmente, la flota de aviones de combate EF-18M se ha ido reduciendo por la falta de inversión en el campo del sostenimiento/mantenimiento, que, ha obligado a paralizar muchas de estas aeronaves, algunas sine die. Esta carencia se empezará a solventar parcialmente con la adquisición de 20 Eurofighter, firmada el pasado mes de junio, aunque la primera de estas nuevas aeronaves no llegará hasta 2026.
En la parte positiva, reseñar que para el despliegue del destacamento han sido claves las nuevas aeronaves de transporte del Ejército del Aire y del Espacio, como son los polimotores turbohélices que son en concreto el Airbus Defence & Space (DS) A400M y los reactores de segunda mano comprados a Iberia a través de dicha empresa A330.
Estos días previos a hacerse cargo de parte de la misión de eAP, se están aprovechando para realizar vuelos de familiarización del escenario, a partir del 1 de septiembre el destacamento “Viespe” pasará a estar bajo el control de la OTAN, en concreto de su Centro de Operaciones Aéreas Combinadas de la OTAN de Torrejón o Combined Air Operations Centre Torrejón (CAOCTJ). Aunque legalmente estas operaciones exteriores de las Fuerzas Armadas (FAS) españolas están bajo control operativo nacional del Mando de Operaciones (MOPS).
Ese mismo día cuatro aviones Eurofighter de la Fuerza Aérea Italiana o Aeronautica Militare Italiana (AMI) aterrizaron en la base aérea Mihail Kogalniceanu, sita muy cerca de las costera ciudad rumana de Constanza, para participar también en dicha misión eAP que protege la costa del Mar Negro.
«La Alianza demuestra una capacidad fiable, robusta y eficaz para las misiones de Policía Aérea y Blindaje Aéreo de la OTAN a lo largo del flanco oriental» se afirma oficialmente desde la Alianza Atlántica.
Los cazas del AMI volarán también junto a los cazas rumanos (que son los F-16 y los MiG-21 Lancer) desde diciembre de 2022 hasta finales de julio de 2023. Esta unidad aérea, bautizado como Task Force Air Romania (TFA-R) “Gladiator”, es un destacamento compuesto por aviones y personal de todos los Stormo (alas) 4º, 36º, 37º y 51º del AMI que operan con dicho caza de diseño y fabricación europea.
La eAP forma parte del esfuerzo colectivo de la Alianza en la vigilancia del espacio aéreo de sus miembros, en particular de los que se encuentran en la zona de aplicación meridional, como Rumanía, Bulgaria o Albania, que cuentan con fuerza aérea muy limitadas, e incluso sin aviones de combate, como es el caso de los albaneses.
La misión es una de las medidas de garantía de la OTAN introducidas en 2014, a raíz de la invasión rusa de la citada Crimea y las también regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk, para demostrar la determinación colectiva de disuasión hacia cualquier adversario que suponga una potencial amenaza de agresión contra un estado miembro de la OTAN.
Una política fracasada, dado que no fue acompañada de unas verdaderas sanciones a Rusia, ni motivo el incremento de las capacidades de defensa de la mayoría de los aliados europeos de la OTAN, ni la suicida dependencia de los hidrocarburos rusos, que llevo a la cada vez más envalentonada Rusia de Putin a iniciar la invasión de Ucrania en febrero de 2022.