Seguro que, en más de una ocasión, has escuchado hablar sobre la frase «hacer la pelota». De hecho, seguro que la has pronunciado en más de una ocasión. Podemos saber lo que significa, a simple vista, cada vez que la decimos. Sin embargo, pocas veces nos paramos a pensar en el origen de los dichos de España más populares.
Nuestro lenguaje es uno de los más ricos del planeta y, por eso, es muy interesante conocer de dónde vienen algunas de las expresiones que usamos en la actualidad. Algunas tienen un origen reciente; otras, en cambio, se remontan a cientos de años atrás. Sea como fuere, lo cierto es que todas son dignas de estudio.
En este caso, nos centramos en una de las más populares. Descubre el curioso origen sexual de la frase «hacer la pelota».
Significado de «hacer la pelota» según la RAE
La Real Academia de la Lengua cada vez recoge más palabras, frases y expresiones que decimos en nuestro día a día. En este caso, la de «hacer la pelota» es una de las más conocidas y de las más usadas aún en la actualidad. No obstante, su origen no es de ahora, sino que debemos echar la vista atrás muchos años para darnos cuenta de dónde viene.
En un idioma en constante cambio, siempre es bueno contar con un referente, como es la RAE, donde poder consultar los diversos significados de nuestras palabras. De acuerdo al organismo, hacerle la pelota a alguien es adularlo para conseguir algo en concreto. También aparece la acepción de «hacer o decir con intención, lo que se cree que podría agradar a la otra persona».
Adular también se puede traducir como deleitar. En definitiva, se trata de alabar o querer agradar a una tercera persona con un claro objetivo en mente. Este suele ser conseguir un favor o sacar un beneficio. Uno de los momentos en los que más la usamos es en el trabajo, sobre todo en aquellas personas que solo desean agradar a su superior, como puede ser el jefe.
Una frase muy usada, sobre todo en el trabajo
Como decíamos, uno de los momentos en los que más usamos la expresión «hacer la pelota» es en el ámbito laboral. También se pueden usar algunas de sus múltiples variantes, pues existe una gran variedad de sinónimos que podemos emplear a la hora de referirnos a lo mismo. Es decir, al hecho de que una persona siempre quiere alabar o agradar a otro, normalmente que es superior en la profesión.
En este caso, se estará adulando a la otra persona con claros fines profesionales. Se pretende adular a un tercero con unos fines interesados en conseguir algo o ganarse el favor del mismo. Estos pueden pasar por el dinero, conseguir un ascenso frente a otro competidor, obtener un día más de vacaciones, un favor personal, etc.
Hablamos del ámbito laboral porque es muy común que en el total de las oficinas o cualquier puesto de trabajo alguien desee en todo momento adular a su superior. Acortando la expresión, a esta persona se la suele conocer entre los compañeros, de tú a tú, como «el pelota». Una vez que tenemos esta definición, es complicado deshacerse de ella.
El curioso origen de «hacer la pelota»
Hasta aquí todo lo comentado es sencillo de conocer por cualquiera que esté interesado un mínimo en nuestro lenguaje. Sin embargo, lo realmente curioso que podemos encontrar en la expresión «hacer la pelota» es su origen. Lejos del ámbito laboral, lo cierto es que cuenta con contenido sexual.
En concreto, la expresión deriva y proviene de la prostitución en la calle. La relación entre los dos temas es que, en la antigüedad, las prostitutas eran conocidas también de forma popular como «pelotas». De hecho, un dato curioso es que, hoy en día, el diccionario de la Real Academia Española lo sigue recogiendo. Lo podemos encontrar en la octava acepción del término.
A decir verdad, no se puede conocer a ciencia cierta por qué se las conocía de esta forma. Sin embargo, una de las versiones, es que se consideraba que las prostitutas iban pasando de mano en mano entre los diversos clientes. De ahí que se las llamara pelotas.
Cómo surgió la frase tal y como la conocemos
Siguiendo en la línea de la prostitución callejera, cuando una de las prostitutas o las «pelotas», querían buscar un cliente, no hacían más que adular a todas las personas que paseaban por la calle. Es decir, pretendía que las palabras convencieran al posible cliente de interesarse en ellas.
A través de la comunicación y regalándoles los oídos a los viandantes, deseaban poder hacer un servicio sexual a cambio de algo de dinero. Además, después de trabajar durante vario tiempo en la calle, sabían que, cuanto más los adularan, más aumentaría la satisfacción del cliente.
Esto se traducía, por tanto, en una mayor retribución económica para ellas. Viendo el método que seguían las chicas para conseguir gustar a cada vez más gente, se empezó a denominar el acto de adular a otra persona siempre que se quisiera conseguir algo, como «hacer la pelota». Una de las traducciones podría considerarse como hacer lo que hacían las prostitutas, llamadas «pelotas», con los posibles interesados.
Otro posible origen de «hacer la pelota»
Otros que han estudiado el origen de la expresión «hacer la pelota» sostienen que podría provenir, en vez de las prostitutas de forma directa, de otro tipo de criminales, muy relacionados con las mismas.
Se coincide en que las prostitutas eran conocidas como «pelotas». Además de por pasar de mano en mano, como afirman algunos autores, también podrían tener este nombre por ser las chicas de los «pelotes». Así se conocía al hombre de aquel que explotaba a las chicas y vivía de ellas. Ahora lo conocemos como proxeneta.
De ahí que, cuando las chicas se echaban a la calle y adulaban a los clientes, el resto de la sociedad las marcara con diversas expresiones como esta. Hoy en día, no obstante, ya nada tiene que ver la acepción con aquellos tiempos. Sin embargo, siempre es bueno conocer el origen de nuestras palabras, expresiones y dichos populares.