Aunque para las elecciones presidenciales venezolanas todavía faltan casi dos años, dentro del chavismo la situación de división se acrecienta, debido a las ansias de poder que tiene el gobernador del estado Carabobo, Rafael Lacava, y la ambición de Nicolás Maduro de perpetuarse en el poder, y desde el pasado fin de semana la situación se ha agravado, tras la publicación de un video en el que el mandatario regional se convirtió a él, a Maduro, a Hugo Chávez y a Diego Armando Maradona en personajes animados, a modo de superhéroes.
Las reacciones no se hicieron esperar tanto a favor, como en contra, de la osadía de Lacava, primero de «revivir» la imagen del fallecido dictador venezolano, para convertirlo en un «ángel» vengador, junto al también difunto futbolista argentino. en las imágenes, que fueron difundidas para inaugurar un polideportivo que lleva el nombre de Maradona, que fue construido en la capital carabobeña, en el centro de Venezuela.
Una de las reacciones que más polvo ha levantado ha sido justamente la de una de las hijas del fallecido dictador venezolano, María Gabriela Chávez, quien utilizó su cuenta de twitter para dejar claro que no estaba de acuerdo con el uso de la imagen de su padre para el video de Rafael Lacava, el cual calificó de grotesco y desempolvó, de esta manera, las rencillas que habían entre Hugo Chávez y el gobernador de Carabobo.
Rafael Lacava en estos momentos trabaja en función de demostrar que su liderazgo está por encima del de Nicolás Maduro y que goza de la simpatía de muchos de los que apoyaban a Hugo Chávez y que lamentan todo lo que ha sucedido en Venezuela a raíz de la muerte del dictador venezolano, hace casi 10 años, que derivó en una terrible crisis política, económica y social y que ha sido también consecuencia de la nefasta gestión de Hugo Chávez.
De hecho, en las más recientes encuestas que se han publicado en Venezuela aparece el liderazgo del gobernador de Carabobo por encima de Nicolás Maduro y en el entorno más íntimo de mandatario regional se empeñan en venderlo como el líder y gerente que necesita Venezuela para su reconstrucción.
Sin embargo, la ambición de Nicolás Maduro por mantenerse en el poder tiene a Lacava contra la espada y la pared, pues mientras el gobernador de Carabobo trabaja a lo interno en fortalecer su liderazgo, puertas afuera vende la imagen de que él no tendrá aspiraciones presidenciales mientras esté el dictador venezolano en el poder, e intenta «demostrárselo» con actos en los que engrandece a Nicolás Maduro y su gestión, pero donde sus seguidores lo endiosan a él.
La hija de Hugo Chávez comentó que el video publicado en el acto de Lacava era una falta de respeto hacia la memoria de su padre y más de uno recordó que, de hecho, el difunto dictador no soportaba al actual gobernador de Carabobo, que antes fue alcalde del municipio Puerto Cabello, cuando todavía Chávez estaba vivo, en una oportunidad, en un evento público las personas pedían que él fuera el candidato a la gobernación de esa entidad, y el dictador le dijo a su público que e candidato sería el militar Francisco Ameliach y no Lacava.
Tras el tropiezo del video, quienes apoyan a Nicolás Maduro dentro de la pugna por el poder en Venezuela, se agarraron de las palabras de María Gabriela Chávez para atacar al gobernador de Carabobo y manifestar su apoyo al actual dictador venezolano, «heredero» político de Hugo Chávez y desde que salió el tuit de la hija del dictador, los insultos contra Lacava no han cesado, todo impulsado por las bases del chavismo que apoyan a Maduro.
Toda esta situación deja en evidencia, una vez más, las fracturas que hay a lo interno del chavismo, pues por una parte el ala dura pretende atornillar todo el tiempo que sea posible a Nicolás Maduro en el poder, pero las bases están hartas de la crisis económica y política de las últimas dos décadas, por lo que aprueban que surja un nuevo liderazgo dentro de las filas del chavismo, que parte del hecho de sacar a Nicolás Maduro del poder.
Mientras dentro del chavismo discuten esta posibilidad, Rafael Lacava continúa tratando de acercarse a factores de la oposición, valiéndose de la «popularidad» que tiene, para ofrecerse como la alternativa más viable para una transición, pues su oferta incluye el discurso de que él tiene simpatizantes de ambos bandos y que es capaz de superar a cualquier otro candidato para impulsar la salida de Nicolás Maduro en el poder.
Todo ello mientras le hace creer al dictador venezolano que su única intención es apoyarlo ante una posible reelección, cuando la realidad es que por debajo se esfuerza en torpedear todo lo que hace Nicolás Maduro, para ganarse la simpatía de las bases del chavismo, aunque no haya medido bien las consecuencias de la realización del video en el que «revive» a Hugo Chávez y desempolva las viejas rencillas que tenía el difunto dictador con él.