La Legión, que es el cuerpo de élite del Ejército de Tierra (ET) español, que la izquierda quiso disolver en los años ochenta del pasado siglo, vuelve a demostrar su eficacia al servicio de España, tomando el mando de la operación “Libre Hidalgo”, que garantiza la paz y la estabilidad en el sufrido Líbano.
En concreto, según publicaba el Estado Mayor de la Defensa con fecha del pasado 25 de noviembre, la Brigada “Alfonso XIII” II de la Legión, ha efectuado la transferencia de autoridad en la base ‘Miguel de Cervantes’, entre los contingentes Brigada Líbano BRILIB (Brigada Líbano) XXXVII y BRILIB XXXVIII completando el relevo en el mando del Sector Este de la misión de la ONU, integrado en la denominada UNIFIL.
El acto, que ha sido presidido en dicha instalación española sita en proximidad de la localidad de Marjayoun (sur del Líbano) por el actual Comandante de la UNIFIL, el general de división español Aroldo Lázaro Sáez, ha consistido en la entrega del guion de la Operación “Libre Hidalgo”. Los protagonistas fueron el general de brigada Ignacio Olazabal Elorz, jefe de la fuerza saliente y de la Brigada “Guzmán el Bueno” X, y su compañero del mismo empleo Melchor Marín Elvira, que simbolizaron el traspaso de responsabilidad en el cumplimiento de la misión que el contingente BRILIB XXXVIII asumirá durante los próximos seis meses.
En su discurso, el general Marín ha destacado que la exigente preparación en territorio nacional, la experiencia de la Brigada “Alfonso XIII” de La Legión en la misión de UNIFIL, que responde a las siglas de United Nations Interim Force in Lebanon/Fuerza Interina de las Naciones Unidos en el Líbano, y la profesionalidad de todo el contingente son garantías para desarrollar la misión con rigor e imparcialidad.
La Brigada Multinacional Este que también lidera España, está compuesta por unos 3500 efectivos de 9 nacionalidades diferentes (Argentina, Brasil, El Salvador, España, India, Indonesia, Kazajistán, Nepal y Serbia). En concreto el ET contribuye con, aproximadamente, 600 militares que componen el actual contingente BRILIB XXXVIII.
Ésta es la quinta vez que la Brigada de La Legión despliega en tierras libanesas, para dar cumplimiento a la resolución 1701 de Naciones Unidas, del 11 de agosto de 2006 aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y, cuyo objetivo principal es garantizar el cumplimiento del cese de hostilidades entre Líbano e Israel, apoyar a las Fuerzas Armadas libanesas a establecer su autoridad en la zona, así como, apoyar para garantizar el acceso humanitario a la población civil. Se ha de tener en cuenta que este es un objetivo oficial, ya que el sur del país musulmán es de facto controlado por las milicias chiitas de Hezbolá, que es considera terrorista por parte de la UE, y que además varias veces han amenazado con iniciar otro conflicto con Israel, lo que provocaría la contundente respuesta de sus poderosas fuerzas armadas o Israel Defence Force (IDF),
A raíz de la cruenta guerra desencadena en 2006 por un ataque de Hezbolá contra las tropas de Israel, se decidió por buena parte de la Comunidad Internacional reforzar a la UNIFIL, el Gobierno español se hizo eco y trasladó una importante fuerza a la misión, encabezada por la Infantería de Marina española que desembarco en el Líbano en septiembre de aquel año. A este despliegue de urgencia, el siguiente mes le siguió la constitución y traslado al país del primer contingente fue constituido por la Brigada de La Legión.
En aquel momento el Gobierno del presidente Zapatero confió en la Legión como un instrumento fundamental de la acción exterior de España, sin embargo 20 años antes otro Ejecutivo socialista barajo su disolución. Corrían los años ochenta, y según el magnífico libro “Historia de la Legión” de Juan José Primo Jurado, el entonces ministro socialista de Defensa Narcis Serra consideró suprimirla, tras una serie de incidentes. Incluso en aquella época, Izquierda Unida llevaba en su programa dicha intención. Una parte de dicho arco politico jamás ha perdonado a la Legión su papel, a las órdenes del Gobierno de la II República, para sofocar contudentemente el violento golpe de Estado promovido por el PSOE y el ERC en el otoño de 1934 contra dicho Ejecutivo. También pone en la diana su actuación en el Golpe de sentido inverso de 1936, y en la consiguiente Guerra Civil, en la que su eficacia en combate fue determinante para la victoria final de las tropas de Franco, que junto a Millan-Astray, se considera una de las figuras claves de la creación del mítico Cuerpo.
Afortunadamente para el Cuerpo, a principios de los noventa empezó el conflicto de los Balcanes, y otro ministro de Defensa socialista mucho más visionario, Julián García Vargas, apostó por la Legión, constituyendo con su personal el grueso de las Agrupaciones Tácticas Málaga y Canarias que operaron en Bosnia-Herzegovina, al inició de dicha guerra que desmembró Yugoslavia. Dicha decisión se tradujo en un éxito absoluto, y el prestigio de la Legión aumento exponencialmente, sin que ya, sin contar a colectivos de extrema izquierda e independentistas, se haya vuelto a cuestionar la necesidad de contar con la centenaria Legión.
