La esquizofrenia entre el sanchismo oficial y el PSOE de los ‘barones’ es tan palmaria, que el director de comunicación del PSOE no ha tenido reparo en contarlo en su cuenta de Twitter. De fondo, las batallas de las elecciones de mayo, locales y autonómicas, en las que los ‘barones’ se juegan su futuro lastrados por algunas decisiones del presidente del Gobierno. Los barones autonómicos están comenzando a desvincularse de la sede central. El barco está desestructurado y en la sede del PSOE lo saben, tanto es así que el jefe de comunicación ha afirmado que entender a los barones socialistas es como interpretarla «la lectura de los posos del café». Este es el sentir dentro de este partido.
Desde hace tiempo, muchos de los barones autonómicos han comenzado a desvincular de ciertas medidas tomadas por el seno socialista. El «sanchismo» ha marcado un antes y un después en las filas del PSOE y muchos ya están dejando claro que no comulgan con esta «ideología». El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; el presidente de Aragón, Javier Lambán; y el líder de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, son los tres descarriados del PSOE, en particular los dos primeros. Tanto Emiliano García-Page como Javier Lambán no han dejado echar pulsos al seno interno del partido que lidera Pedro Sánchez. Muchos no entienden a estos políticos y la postura que han adoptado desde hace tiempo, que consiste en ir contra muchas de las medidas que se toman desde el Gobierno en particular desde el ala socialista.
hay ciertos barones que no están dispuestos a comulgar con el «sanchismo»
Tal es el caso que hasta el director de comunicación de esta formación ha destacado que «interpretar a los «barones» del PSOE se ha convertido en un ejercicio que se aproxima a la lectura de los posos del café». Un claro ejemplo de que en las filas del grupo socialista no están tan unidos como Pedro Sánchez quiere demostrar. Las discrepancias entre los estos barones autonómicos y la directiva socialista son cada vez más evidentes. Y es que, que Emiliano García-Page se haya mantenido distintas conversaciones con el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo, no se ha visto con buenos ojos en Ferraz. Muchos no entienden la postura que está adoptado este líder regional y menos cuando las elecciones se encuentran a la vuelta de la esquina.
Acudir a las elecciones bajo unas siglas desestructuradas es un desastre, una cuestión que no están dispuestos a permitir en el seno del PSOE. Lo malo es que, ni la directiva ni los presidentes regionales insurrectos parecen dispuestos a dar su brazo a torcer. El partido socialista ha tratado de encarrilar alguno de estos díscolos, pero parece misión imposible. Estos políticos tienen clara la postura que pretenden mantener y han dejado claro que no piensan comulgar con el «sanchismo». Además, estos líderes regionales se encuentran en una situación de poder, dado que son de los pocos que han conseguido la victoria electoral en sus territorios. Son de los pocos socialistas que gobiernan en alguna región de España y no han dudado en utilizar esta situación para echar un pulso a Ferraz.
Sin embargo, Pedro Sánchez no ha dejado de intentar demostrar la unidad del PSOE y en todo los actos que ha llevado a cabo la formación ha tratado de exhibirlo. Así, en un evento con militantes en el que reunieron a la plana mayor del partido y a los barones autonómicos, el líder socialista destacado que iban a salir a ganar las elecciones autonómicas y municipales del próximo mes de mayo. En su intervención ante medio millar de militantes y simpatizantes socialistas, señaló que con ese encuentro se mostraba la «fortaleza» de un partido «en forma» que sale «a ganar las elecciones» y a ser primera fuerza política en todos los municipios. A su juicio, esto es lo que necesita la mayoría social del país.
La realidad es que esa «fortaleza» socialista parece estar tambaleándose. Queda aproximadamente un año para las elecciones y todo parece abierto, todo puede ser posible. En un primer momento las encuestas daban como claro vencedor a los populares de Feijoo, pero los últimos datos han recortado las diferencias entre el PSOE y el PP. Ahora, se ha abierto una esperanza para el partido de Pedro Sánchez, que no dudarán en aprovechar. Así, desde que se cerro septiembre y volvió la rutina política el Gobierno se ha puesto manos a la obra y no han dejado de aprobar medidas e iniciativas para conseguir el voto de los ciudadanos. Sin embargo, lo que se ha tornado como misión imposible es apaciguar a los barones insurrectos.