Enrique Arnaldo se impone a Feijoo y marca por libre la doctrina judicial del PP

Enrique Arnaldo ha llevado al Partido Popular y a la justicia española a una situación complicada. En el PP no saben cómo salir de este embrollo, pero empiezan a verse voces que consideran que tendrán que acceder a la renovación del Consejo General del Poder Judicial si quieren frenar esta deriva institucional. El Tribunal Constitucional ha decidido por una mayoría de seis a cinco paralizar la reforma express que llevaba a cabo el PSOE junto con una mayoría simple en el Congreso que buscaba cambiar la forma de funcionar del CGPJ y el TC. El culpable, según fuentes de Génova y fuentes de Ferraz, de esta crisis con pocos precedentes en el país es Enrique Arnaldo, quien ha convertido el Tribunal Constitucional en la última trinchera de los conservadores. El PP empieza a sentirse entre la espada y la pared, pero los magistrados conservadores están dispuestos a llegar hasta el final.

Si el PP bloqueaba la renovación de los vocales del Consejo era porque Enrique Arnaldo quería conservar la mayoría en el Tribunal Constitucional. La obsesión del gurú en materia de justicia del PP era la de que los vocales del Consejo General del Poder Judicial fueran en su mayoría conservadores para así controlar los nombramientos que se hicieran en el Constitucional. El problema es que esta forma de proceder que solo se basaba en un bloqueo se ha enquistado hasta el punto de que Bruselas tiene puesto el ojo en España. En el PP ahora ven en Enrique Arnaldo un ‘hooligan’ judicial que, pese a que hay quien el aplaude la valentía, está metiendo en más problemas políticos de los deseados a un Alberto Núñez Feijoo que le cuesta salir de su zona de confort y hablar con otros populares expertos en justicia que no sean Manuel Almenar.

Enrique Arnaldo ha sido el precursor de estos 6 magistrados que han tomado la decisión de paralizar una reforma de ley del Congreso. Algunos desde la izquierda hablan de que la Justicia ha amordazado el Parlamento y otros desde el ala conservadora entienden que simplemente se ha puesto coto a las pretensiones de Pedro Sánchez de cambiar las reglas del juego a su favor para renovar el CGPJ. En cualquier caso, los moderados tanto del PSOE como del PP entienden que Pedro Sánchez ha estado desde el minuto uno dispuesto a renovar el CGPJ con las reglas del juego de siempre y que ha sido la doctrina de Enrique Arnaldo unida a la pataleta de Pablo Casado la que ha llevado al Partido Popular a una situación completamente insostenible. Y el pánico ahora también se respira en Génova.

No es que haya sido una mayoría amplia la que ha decidido frenar la reforma express del Gobierno. Han sido los magistrados conservadores del Tribunal Constitucional los que han paralizado por motivos aparentemente políticos la reforma legal que preparaba el Ejecutivo. Este escándalo será utilizado por el PSOE para visibilizar más ante la UE el problema que hay en España con la renovación de la justicia. Y desde el PP están convencidos de que el tirón de orejas de la Comisión será para ellos, no para los socialistas. Por esto hay quien ya entiende que se ha dado un nuevo impulso a las negociaciones y Esteban González Pons ya calienta en la banda para mantener las primeras conversaciones con los socialistas.

Enrique Arnaldo se ha convertido en un verso suelto en el Partido Popular desde que llegó Feijoo porque no le han dado acceso al clan. El PP tiene que afrontar los cambios que Arnaldo sigue dejando caer en cuestiones judiciales, pero esta vez sin una comunicación fluida. Las fuentes de Génova dejan claro que por primera vez en meses tienen la sensación de que no controlan del todo el Tribunal Constitucional pese a que toma decisiones en beneficio de los intereses políticos del Partido Popular. Enrique Arnaldo juega solo y Feijoo va al rebufo de unas decisiones que empiezan a complicarle la vida al líder.