Irene Montero evita, a toda costa, darle la cara a la portavoz de las trabajadoras sexuales

El pasado 26 de noviembre la ministra de Igualdad, Irene Montero, se vino arriba ante las demostraciones de «adoración» de sus seguidores, miembros del partido Podemos, que la esperaban eufóricos frente al Círculo de Bellas Artes, para un acto de su formación para mostrarle su apoyo a propósito de los ataques que había recibido la funcionaria por las consecuencias de la aplicación de la Ley del Solo Sí es Sí.

A este evento se presentaron 18 trabajadoras sexuales, quienes llegaron al lugar solo acompañadas de 18 cruces, como símbolo de cada una de las trabajadoras sexuales que han sido asesinadas este 2022, en los países que han intentado abolir la prostitución, tal como pretende hacerlo el Gobierno con una ley que está por ser aprobada en el Congreso de los Diputados.

Sin embargo, tras conocer que estaban en el lugar las trabajadoras sexuales, Irene Montero decidió que ni siquiera les iba a permitir verla entrar o salir del recinto y por lo tanto, hizo cuantas peripecias pudo, ella, junto a todo su equipo de seguridad, para que la sacaran del lugar a través de un sótano, para no cruzarse con las manifestantes.

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Susana Pastor, portavoz de las trabajadoras sexuales y directora de la organización ASTRA, aseguró que durante todo el tiempo que estuvieron en el lugar, solicitaron la presencia de la ministra, para entregarle un documento en el cual pretendían solicitarle, una vez más, una audiencia, para conversar sobre las implicaciones de la aprobación de una ley que pretende abolir la prostitución.

«En lugar de salir ella a darnos la cara, nos mandó a una de sus amigas, una de pelito rojo, para que recibiera el documento, pero en cambio, dio un montón de vueltas para poder salir del lugar donde estaba en el evento, todo porque no se atreve a darnos la cara, ella, que se supone que es la ministra que quiere defendernos y la más feminista», expresó Pastor en una conversación con Moncloa.com.

Las trabajadoras sexuales llevan meses tratando que desde el Congreso de los Diputados les den audiencia para que ellas puedan exponer los argumentos por los cuales consideran que en lugar de aprobar una ley para abolir la esclavitud, legislen en función de legalizar la prostitución, como han hecho otros países, donde según ellas, esta medida ha mejorado las condiciones laborales de las mujeres que se dedican a trabajar en el mundo de la prostitución.

«¿Por qué la ministra Irene Montero no nos quiere dar la cara? Haremos lo que sea porque nos reciba, porque queremos que nos muestren los estudios esos en los que se basan para promover la abolición de la prostitución en España. Ella ha recibido unos recursos que sabemos todos que a las trabajadoras sexuales no van a llegar, pero no podemos entender porque no nos quiere recibir», dijo la presidenta de la organización ASTRA.

El día que Montero se escabulló por un parking para evitar darle la cara a las trabajadoras sexuales, solo pretendían conversar con la ministra, en vista de que le han solicitado por varias vías una audiencia, pero que jamás han recibido ningún tipo de respuesta ni de su pate, ni de ninguna autoridad del Ministerio de Igualdad, por lo que las trabajadoras sexuales advierten que su discurso de la defensa de los derechos de las mujeres y en pro del feminismo dista mucho de aceptar que quienes se dedican al trabajo sexual lo hacen ejerciendo el libre derecho de escoger su oficio y en total libertad.

«Nosotras no entendemos por qué la ministra odia tanto a los hombres, qué le han hecho para que solo busque la manera de perjudicarlos. Ella cree que intentado abolir la prostitución, este oficio dejará de existir, y no entiende que haciendo eso solo condena a las chicas a la clandestinidad y las somete a más riesgos de los que ya hay. ¿Por qué Irene Montero odia a los hombres? Esta señora no es normal», expresó Susana Pastor.

La portavoz de las trabajadoras sexuales advirtió que el gremio se mantendrá en pie de lucha hasta que desde el Parlamento de los Diputados desistan de hacer la reforma del Código Penal que busca acabar con la prostitución y que mientras ello ocurre continuarán insistiendo con la ministra Irene Montero para que las atienda y les muestre los supuestos estudios en los que se basan para argumentar la necesidad que tienen de abolir la prostitución en España y escuche los argumentos que ellas tienen para continuar ejerciendo este oficio, pues ya no se trata solo de ella y sus condiciones laborales, sino de los clientes que requieren de sus servicios, como una manera de obtener afecto y satisfacer necesidades, pues no lo consiguen de otra manera.

Pastor criticó el hecho de que países como Turquía estén más adelantados que España en cuanto a a legislación referida al oficio de la prostitución y los beneficios que ello ha traído para las trabajadoras, ofreciéndoles un marco legal que les ofrece beneficios como se los ofrecería cualquier otro trabajo.