El Partido Popular se prepara para adormecer la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), aunque ya estaba aletargada. Los vocales conservadores están en consonancia con el PP porque ambos quieren lo mismo: que todo siga igual hasta que pasen las elecciones generales. Ya se han dado los dos nombramientos que faltaban en el Tribunal Constitucional. Cándido Conde-Pumpido no será presidente del alto tribunal y el PP se ha salido con la suya. Ahora, el siguiente paso es aletargar aún más los rumores de renovación para aguantar hasta las elecciones generales. El PSOE y Unidas Podemos lo saben y mientras ellos utilizan cualquier micrófono para dar rienda suelta a la presión, desde el PP no responderán de forma directa a las pretensiones de renovar el CGPJ.
Los populares tienen lo que querían porque Conde-Pumpido no será el presiente del Tribunal Constitucional y porque ahora los vocales conservadores se pueden permitir el lujo de relajarse y de ignorar las presiones externas. Ni siquiera Felipe VI y su discurso de Navidad ha conseguido seducir al Partido Popular de que ceda en la renovación del Consejo. El problema es que ahora las fuentes de Génova 13 dejan claro que los populares quieren adormecer aún más el rumor de la renovación para aguantar a las elecciones. Y ya no es solo una estrategia del magistrado del Tribunal Constitucional Enrique Arnaldo, ya es una cuestión de partido porque quieren abordar la renovación con ventaja. No les conviene ceder ahora por intereses políticos pese a que en Europa y en el propio Congreso crezcan las presiones.
Es cierto que el PP acepta la idea de que el Constitucional tendrá mayoría progresista durante mucho tiempo, pero también lo es que se respira cierto alivio y satisfacción en el partido. Conde-Pumpido no será presidente. O al menos es lo que sí tienen claro. Pero el Consejo General del Poder Judicial se quedará completamente aletargado porque no hay nadie en el PP ni en el propio Consejo al que le convenga que tenga lugar este cambio. Los propios vocales conservadores están en una posición privilegiada después de estar en funciones durante más de cuatro años. Y si los vocales se atrincheran al igual que lo ha hecho el PP, no habrá ningún cambio previsiblemente.
El PP tiene claro que no tiene que renovar el Consejo General del Poder Judicial antes de que pasen las elecciones. Pero también tiene claro que los ojos de la Comisión Europea están encima de su actuación política porque son conscientes de que están faltando a la Constitución por intereses políticos puros y duros, algo que también recuerdan algunas voces en Génova. En cualquier caso, el PP tiene claro que a estas alturas y con la campaña electoral a la vuelta de la esquina no tiene mucho sentido, político, claro, el lanzarse a renovar un Consejo en el que podrán meter mano en forma de vocales otros partidos como Unidas Podemos.
El PP juega su propio partido pero ha colocado a Esteban González Pons, vicesecretario general institucional del Partido Popular, en el banquillo. él era el encargado de negociar todos estos pequeños flecos con el PSOE para dar la imagen de que el PP estaba dispuesto a renovar, pero ya le han metido en la nevera porque la doctrina Arnaldo ha conseguido arrastrar al propio presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo. En Génova 13 las fuentes lo tienen claro: Feijoo no renovará el Consejo y después de la decisión del CGPJ de nombrar a los dos magistrados del Tribunal Constitucional que quedaban dejarán que los vocales se atrincheren como los soldados de Filipinas hasta que llegue el momento adecuado. Y evidentemente ese momento será después de las elecciones.