El Ministerio de Defensa tendrá en la segunda mitad del próximo año un avanzado avión Airbus C295 especializado en realizar experimentaciones, aunque hasta que llegue ese momento, se acaba de realizar un acto de “entrega” de la plataforma con efectos propagandísticos.
El pasado 20 de diciembre la secretaria de Estado de Defensa (SEDEF), María Amparo Valcarce, asistió en la factoría de Airbus Defence & Space (DS) en San Pablo (Sevilla) a la entrega de la plataforma aérea (el avión) de investigación al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), lo que va a posibilitar el desarrollo de proyectos científicos y tecnológicos, así como estudios medioambientales.
Así la ceremonia en la hispalense factoría, se configura como una entrega simbólica, que no formal, dada que el biturbina C295 todavía no se ha entregado, ya que requiere la firma de la preceptiva aceptación en fabrica, estando al prevista la entrega final del sistema como tal el 30 de junio de 2023, según prevé el contrato de adquisición. Hasta esa fecha, en la planta de San Pablo se procederá a la compleja instalación de los equipos científicos que portará el turbohélice, de los que buena parte irán sitos en barquillas o pods sitos bajo las alas, y en estaciones externas del fuselaje. Para manejar estos sensores y otros sistemas en la cabina del C295 se instalarán múltiples consolas, se apunta a una docena, del denominado sistema completo táctico integrado o Fully Integrated Tactical System (FITS).
Antes de seguir, se habría de explicar que el INTA, que lleva a el sobrenombre de “Esteban Terradas” en honor al ingeniero catalán que lo fundó en 1942, es un organismo autónomo del Gobierno de España con la consideración de organismo público de investigación, adscrito a la Secretaría de Estado de Defensa del Ministerio de Defensa. Tiene como director desde su creación a un general del Ejército del Aire y del Espacio, que es actualmente el teniente general Julio Ayuso Miguel.
La citada SEDEF ha señalado el esfuerzo inversor como prueba evidente del compromiso que el Ministerio de Defensa tiene con la industria nacional, en línea con el crecimiento progresivo del presupuesto de Defensa marcado por el Gobierno de España, hasta llegar al 2% del PIB en el año 2029, lo que permitirá modernizar y mejorar las capacidades militares de nuestras Fuerzas Armadas.
La nueva plataforma aérea ha supuesto una inversión de 27,5 millones de euros financiados en torno al 80% por parte del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) asignados al Programa Operativo Plurirregional de España (POPE) 2014-2020 y el resto por parte del Centro de Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) con fondos del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) Aeroespacial. Según la SEDEF se aprovecha la versatilidad del avión Airbus C295, adaptándolo para que sea dotado de los instrumentos que se requieren en diversas áreas científico – técnicas. Este avión, diseño español y fabricado casi en su totalidad en nuestro país, ha sido una de las grandes aportaciones aeronáuticas de España, como pone de manifiesto el éxito que ha alcanzado en el mercado.
El presupuesto citado se desglosa aproximadamente: en 13, 5 millones que cuesta la plataforma, 8,5 para su pendiente modificación y equipamiento, y finalmente algo más de 5 para los ensayos en tierra. Se ha de tener en cuenta, sobre todo a efectos de sostenimiento/mantenimiento, que el Ejército del Aire y del Espacio ya adquirió a Airbus DS 13 unidades de este modelo en la primera década de este siglo, de las que una docena (uno se perdió en un accidente en 2019 en Huesca) opera actualmente el Ala 35 que tiene sede en Getafe (Madrid).
Valcarce también destacó el papel de Airbus como referente primordial del sector aeroespacial, “ya que ejerce una capacidad tractora muy significativa en otras industrias de segundo y tercer escalón, incluyendo muchas PYMES, lo que contribuye a generar sustanciales retornos económicos de las inversiones realizadas y un importante revulsivo para las economías locales y regionales de nuestro país”. Aunque a la hora de la verdad el protagonismo en el desarrollo del más importante proyecto aeronáutico y de defensa que afronta España el del Futuro Combat Air Systems (FCAS), ha sido confiado a la empresa Indra, que previamente había sido “asaltada” para la toma total del control por parte de empresas muy afines al partido socialista español.
Volviendo al C295, lo más probable es que tras su entrega el próximo verano sea basado en el Centro de Ensayos de Sistemas no Tripulados oCenter of Excellence of Unmanned Systems (CEUS), que actualmente se está construyendo a una docena de kilómetros del polígono de ensayos del INTA sito en El Arenosillo (Huelva). Este nuevo centro está siendo también financiado por parte del CDTI, cuyo director general Javier Ponce también estuvo presente en la ceremonia de entrega del C295.
