Los roscos de vino son unos dulces típicos navideños realmente deliciosos. Antaño se vendían en los surtidos de polvorones y mantecados y eran muy codiciados porque solo se incluían un par de unidades. Hoy día se pueden comprar a granel para no quedarse con las ganas, pero prepararlos en casa es otro nivel. Son mucho más fáciles de lo que crees y quedan perfectos siempre, con el sabor y la textura clásica y ese aroma único del anís y la naranja que le da ese toque especial.
5EXTENDER CON UN RODILLO
Con ayuda de un tenedor vamos mezclando los ingredientes hasta que quede con una textura de migas bastante húmedas. Con las manos compactamos la masa y formamos una bola. Después ponemos esta masa sobre un papel vegetal de horno y la aplastamos un poco. La cubrimos con otra lámina de papel vegetal y la estiramos con el rodillo hasta formar una lámina de un grosor de aproximadamente 1 cm o 1,5 cm. La textura es muy arenosa, así que hay que ir compactando la masa en los bordes para que se mantenga apretada.