Si hay algo que no perdona Pedro Sánchez a sus ministros, es que dejen en evidencia las tensiones internas y que se critiquen entre ellos, al menos en público, pero al parecer, la ministra de Defensa, Margarita Robles, lo ha olvidado, pero tras un pequeño toque de atención que le llegó desde La Moncloa, tras haber arremetido contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, le toco salir al paso a enmendar su exceso y disimular.
Toda la crispación que se generó por los homicidios de dos mujeres durante los últimos días, a manos de sus parejas, movilizó a los ministros y cada uno soltó lo que tenía en mente y Robles fue tajante con Montero, al señalar que quizá sería conveniente hacer un poco de autocrítica y que quizá la Ley del solo sí es sí no estaba siendo todo lo efectiva que se pensó, justo en el momento en el que Irene Montero está en el ojo del huracán por las consecuencias de la aplicación de ese texto legal a agresores sexuales, que han quedado en libertad o han visto reducidas sus penas.
Sin embargo, pocas horas después de las primeras declaraciones, la ministra volvió a salir para enmendar su declaración, señalando que desde el Gobierno de Pedro Sánchez debían trabajar en equipo, tratando de rectificar y evitar que la opinión pública se hiciera eco de la arremetida de la ministra contra Irene Montero, debido a los efectos de la ley que ella impulsó, así como por la oleada de homicidios contra mujeres cometidos durante las últimas semanas.
De hecho, no es la primera vez que sale Robles a crucificar a Irene Montero, pues cuando comenzó la polémica por la aplicación de la Ley del solo sí es sí, la ministra de Defensa también refutó los señalamientos que la ministra de Igualdad había hecho contra los jueces, señalándolos como responsables de la interpretación que estaban haciendo del texto legal y tratando de responsabilizarlos de los efectos que ello estaba generando en la reducción de las penas de los abusadores sexuales.
De hecho, no solo Robles llegó a cuestionar lo que ha sucedido con Montero y la Ley del solo sí es sí, dentro del PSOE han sido enfáticos en la necesidad de que haya una rectificación, pero ha sido precisamente Pedro Sánchez, quien en su afán de vender al país la imagen de que su Gobierno está más unido que nunca, el que ha pedido que se eviten las confrontaciones directas con Podemos, y en especial con Irene Montero, pues saben el peso político que tiene la tolda morada dentro de la coalición, por lo que no se quiere arriesgar a perder su apoyo y menos en época electoral.
No obstante, puertas adentro lo que realmente sucede es que muchas de las ministras socialistas de Pedro Sánchez están en completo desacuerdo con todo lo que ha sucedido tras la aprobación de esta ley impulsada por Irene Montero, y mientras María Jesús Montero solo se empeña en decir que dentro del Gobierno tiene que haber lealtad, Margarita Robles, de vez en cuando, permite que se le vaya un poco la mano y no se corta a la hora de emitir sus opiniones sobre los excesos de Unidas Podemos y, en especial de Irene Montero.
Estas divisiones dentro del Ejecutivo son todas consecuencia del capricho de Pedro Sánchez de convertirse en el macho alfa del Gobierno, rodeándose de ministras mujeres y que los pocos ministros que tiene no lo superen en liderazgo, por lo que las confrontaciones a lo interno se hacen cada ve más evidentes, porque las ministras socialistas están muy en contra de las políticas que han pretendido impulsar las de Podemos, mediante la estrategia del chantaje al Gobierno, para conseguir sus objetivos.
Semanas atrás, cuando Robles salió a criticar a Irene Montero por su arremetida contra los jueces, también se hizo muy evidente que las críticas contra el sistema de administración de justicia por parte de Podemos y sus líderes, no habían sentado bien dentro del Gobierno y también hubo una rectificación, pero menos evidente que en esta oportunidad, cuando en un mismo día no le quedó más remedio a la ministra de Defensa que salir a recoger el agua derramada y decir que lo importante era que se trabajara en equipo para poder buscar soluciones que ayudaran a resolver el problema de lo que ellos han decidido llamar violencia machista.