La explosión de contagios en China lleva aun ala del PSOE a pedir mascarilla en ‘centros comerciales’

Hay un sector importante del PSOE que tiene claro que las restricciones les traen rédito electoral. Son una sección minoritaria, pero entienden que los jubilados y los temerosos de la pandemia agradecidos a la mascarilla obligatoria y al gel hidroalcohólico son más de los que Pedro Sánchez cree y ya están utilizando la explosión de contagios en China para reabrir el debate de las restricciones. El uso de mascarilla en exteriores está descartado, tal y como informan fuentes del PSOE. Pero el uso en interiores como los centros comerciales sí que es un debate interno que están viviendo en el Gobierno y que amenaza con arrancar 2023. La «buena» noticia (o mala para algunos) es que la mayoría de los socialistas no quieren volver a las restricciones en periodo electoral. La pelota está sobre el tejado de Pedro Sánchez y de sus intereses en este año tan marcado por las elecciones.

En China se han disparado los contagios. Y el Gobierno ya ha impuesto medidas de control en el aeropuerto, pero en el PSOE hay voces que ya claman por volver a las restricciones que había durante la pandemia. Evidentemente hay escenarios descartados, tal y como detallan fuentes del PSOE. El primero de ellos es el de llevar las mascarillas en el exterior. Y el segundo de ellos es el de imponer las vacunas o el pasaporte COVID, aunque sí que quieren colocar las viejas por miedo a que se caduquen, algo en lo que entraremos más adelante. Sin embargo, la idea de colocar la mascarilla obligatoria en centros comerciales y otros establecimientos empieza a ser una idea que gusta, y mucho, entre los masklovers del Gobierno. El problema es el año electoral y la resistencia de una mayoría de socialistas que defiende que ahora sí están preparados los servicios sanitarios para hacer frente a la nueva oleada.

Hay algún popular en Génova 13 de peso que considera que esto no es más que una cortina de humo para tapar otros escándalos políticos que tienen que ver con las concesiones a los independentistas. Sin embargo, es cierto, tal y como informan fuentes del Gobierno, que hay un debate interno en el Ejecutivo por ver si se recuperan algunas de las restricciones contra la pandemia o directamente se dejan tal y como están. De momento no parece que haya un consenso claro, pero lo cierto es que la presión de los masklovers cobra sentido porque han lanzado una corriente por la cual defienden que traería beneficios electorales al PSOE. Todo porque entienden que los jubilados son en gran parte una mayoría dentro de los votantes del PSOE. Y si a esto se le suma la pretensión del Ejecutivo de atraerles a su causa con una subida de las pensiones de más de un 8%, blanco y en botella.

La mala noticia para los que sí apuestan dentro del Gobierno por dejar fuera las restricciones por la pandemia es que la idea de quitar las mascarillas del transporte público y de las farmacias, así como en los aviones, sí que está más lejos que nunca. Ahora se trata de resistir los golpes de los masklovers, tal y como les llaman con sorna dentro del Gobierno a quienes quieren imponer de nuevo las mascarillas en todos los lados. Pero lo de quitarlas de los aviones y otros lugares como el Metro queda para mucho más adelante. Aunque haya elecciones pronto.

COLOCAR LAS VACUNAS

El Ministerio de Sanidad, capitaneado por Carolina Darias, quiere quitarse de encima las vacunas contra el Covid-19 cuanto antes y por ello ha hecho un llamamiento para que toda la población acuda a recibir el vial de refuerzo. No quieren volver a vivir la situación de hace unas semanas, cuanto el departamento de Sanidad llenó todos los titulares debido a que se habían visto obligados a destruir un total de 14 millones de vacunas contra el coronavirus que se encontraban en los almacenes de las dependencias sanitarias y a los que no había dado salida. Por este motivo, el ministerio que dirige Carolina Darias ha decidido tomar cartas en el asunto y pedir a toda la gente que se vaya a inocular para no tener que volver a tirarlas a la basura.

El 19 de diciembre salió a la luz que el Ministerio de Sanidad y en concreto la Agencia Española del Medicamente habían adquirido un elevado número de dosis que comenzaron a inocularse el pasado 27 de diciembre de 2020, momento en que comenzó la campaña de vacunación. Sin embargo, parece ser que no calcularon correctamente las cantidades y adquirieron más de la cuenta. Así, hasta el 14 noviembre de este año 2022 un elevado número de viales han tenido que ser destruidos porque había caducado y no era imposible suministrarlo a la población. Concretamente, la cifra de vacunas que han sido eliminadas asciende a 13.870.197. Una cuestión que ha levando las críticas de gran parte de la población, dado que supone un malgasto de los fondos públicos.