La vieja guardia socialista muestra recelos con un Jesús Celada que se ha hecho con la Asamblea

El diputado del PSOE de Madrid Jesús Celada es uno de los pocos que hace su trabajo sin buscar reconocimiento. Al menos es la sensación que se tiene en el partido después de que Pilar Sánchez Acera abandonara la Asamblea de Madrid y dejara sin control el grupo parlamentario. Sánchez Acera no dejaba que nadie ocupara su puesto ni que asumiera competencia alguna. Ahora la encargada es Marta Bernardo, pero hay un diputado llamado Jesús Celada que ha asumido gran parte del peso de las gestiones parlamentarias sin que nadie le reconozca abiertamente la labor, aunque desde el PSOE son conscientes de su trabajo. Hay pesos pesados socialistas que esperan dar la puntilla a los nuevos, pero Celada es de los pocos que no tiene preocupación en este punto porque tiene su puesto asegurado en la administración.

Lo curioso es que hay quien teme el avance de las caras nuevas. A Jesús Celada le han enseñado la puerta de las candidaturas municipales al igual que han hecho con otros dirigentes socialistas, pero porque saben que podría convertirse en un peligro manifiesto para más de uno, según detallan fuentes del PSOE-M. En unas listas tan ajustadas como las socialistas, hay auténticos golpes figurados por entrar. Y más cuando se tiene en cuenta que son listas cremalleras. Celada es uno de esos políticos jóvenes que han venido de fuera que, como Juan Lobato, secretario general del PSOE-M, ha puesto en riesgo el status quo de los «perros viejos». Todo esto ha generado un cruce de filtraciones y acusaciones en el PSOE que ha puesto en el punto de mira a algunos como Jesús Celada. Pero los socialistas reconocen que está asumiendo gran parte del peso de la Asamblea sin necesidad de alardes.

Jesús Celada, al igual que Marta Bernardo, es uno de los pocos que ha dado un paso al frente para asumir las competencias de la Asamblea que Pilar Sánchez Acera había asumido hasta su salida. La diferencia es que quien se ha llevado los fuegos artificiales ha sido precisamente su compañera y no Jesús Celada. Esto se atribuye dentro del partido a evidentes intereses de determinados socialistas que están cogiendo posiciones para las elecciones autonómicas. La candidatura de Juan Lobato no es especialmente prometedora y los puestos a repartir son pocos, por no hablar de que no tocarán la administración pública previsiblemente. Con este elenco, la presencia de determinados socialistas que no son profesionales de la política ha tensado la convivencia en el PSOE-M. Y Celada ha sido puesto en el punto de mira pese a que no hay ningún socialista con el que haya hablado MONCLOA.com que no tenga una «excelente opinión profesional» de él.

Los socialistas de la foto, los de siempre, los que conocieron a Rafael Simancas y los que siguen manteniendo trato incluso con Tomás Gómez quieren que los puestos sigan repartiéndose entre ellos. Esta situación ha llevado a más de uno a atacar a la vieja guardia de Lobato sin que el candidato se diera cuenta. Juan Lobato, de hecho, está desaparecido en la Asamblea porque está centrado exclusivamente en él. Quien le lleva los asuntos ahora en el parlamento autonómico son Marta Bernardo y Jesús Celada y mientras tanto hay socialistas que solo buscan minar la proyección política de los que han llegado de nuevas. Hasta están repartiendo puestos en Madrid como concejales, dado que la ministra de Industria, Comercio y Turismo no tiene muy claro a quién llevarse con ella.

Celada es de los pocos que no ha sabido encajar bien en la dinámica política. No porque no tenga ganas de hacer cosas, sino porque no era conocedor de la fuerza que ejercerían algunos altos cargos del PSOE de Madrid por garantizar el puesto en las listas. Las presiones a quien ha asumido cargos en la Asamblea sin fuegos artificiales mediáticos se han formalizado en modo de oferta a algún municipio. Todo porque las listas queden bajo el control de los que siempre salen en la foto. Pero no parece que hayan conseguido su objetivo de momento.