Marlaska imita el discurso de Félix Bolaños y centra su 2023 en la Guerra Civil

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, parece no tener suficientes asuntos que gestionar dentro de su departamento. Así pues, el titular de Interior parece tener tiempo, en este nuevo 2023, para «robar el discurso» incluso a su homólogo de Presidencia, Félix Bolaños. Al menos, en lo que respecta a la Memoria Histórica y, en especial, la Guerra Civil, la cual parece haberse convertido en el «amuleto» de los socialistas durante la legislatura.

La Guerra Civil española, y en concreto, la «Memoria Democrática» sobre este terrible enfrentamiento a nivel nacional, se han convertido en uno de los temas «estrella» del Gobierno de Pedro Sánchez. Algo que quedaba demostrado con decisiones históricas como la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos, celebrada por el PSOE y sus partidos afines, y cuestionada por parte de la ciudadanía y los partidos de la oposición, que dudaban de la necesidad del país de acometer este movimiento en «favor» de la memoria histórica sobre los hechos de la Guerra Civil del 36.

Un movimiento que, sin embargo, conseguía posicionar al Gobierno de Pedro Sánchez como un gran defensor de la memoria democrática, así como el gran «reparador» del dolor de las familias durante la guerra interna del país. Un planteamiento que se mantiene desde el Gobierno central gracias al Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, liderado por Félix Bolaños.

Y es que el ministro no ha dudado, en estos últimos años y meses de legislatura, en seguir «obsesionado» con la Guerra Civil española y sus consecuencias. Una obsesión personificada en el secretario de Estado de Memoria Democrática, que se centraba en la exhumación e identificación de las víctimas desaparecidas de la Guerra Civil. Eso sí, a costa de todos los españoles. Algo que se podía comprobar en algunas de las decisiones tomadas desde el departamento de Félix Bolaños, como la de destinar, en el pasado mes de abril, tres millones de euros para la exhumación de desaparecidos de la Guerra Civil y la dictadura.

MARLASKA SIGUE LOS PASOS DE FÉLIX BOLAÑOS

Sin embargo, parece que Félix Bolaños no es el único ministro dispuesto a recuperar la Guerra Civil en su discurso. Especialmente, a pocos meses de las elecciones generales. Así pues, ahora ha sido el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, el que no ha dudado en aprovechar la guerra interna del país para hacer un movimiento que, sin duda, le da gran protagonismo en esta cuestión de la Memoria Democrática liderada por Bolaños.

En concreto, Marlaska ha ordenado iniciar los procedimientos para retirar las condecoraciones y recompensas policiales que hubieran podido recibir en el pasado agentes de Policía y Guardia Civil en la dictadura franquista, incluidas las de Antonio González Pacheco, conocido como Billy El Niño, a título póstumo. Del mismo modo, el ministro de Interior ha anunciado que se creará una comisión que tiene por encargo reformar la ley de Asociaciones y eliminar símbolos franquistas.

Órdenes del ministro de Interior que también se extienden a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, así como al resto de las direcciones generales del ministerio, en cuyos máximos responsables delega Marlaska la responsabilidad de incoar los procedimientos de revisión de oficio y de revocación de las condecoraciones y recompensas, siguiendo así la Ley de Memoria Democrática.

GUERRA CIVIL SÍ, GUARDIA CIVIL NO

Un planteamiento que ha posicionado a Fernando Grande-Marlaska en el epicentro de la Guerra Civil y la Memoria Democrática, en una gran imitación del discurso liderado por Félix Bolaños desde presidencia. Un movimiento del ministro que, sin embargo, parece destacar por la aparente dejación de funciones de Marlaska con respecto a otros asuntos que le atañen dentro del departamento de Interior.

Especialmente, en el cuidado y el mantenimiento de la Guardia Civil española, dependiente directamente del Ministerio de Interior. Benemérita que, tal y como han destacado fuentes del cuerpo a Moncloa.com, se siente abandonada por Grande-Marlaska, que no parece estar especialmente dispuesto a fortalecer al cuerpo armado.

Así pues, y a pesar de las continuas quejas de los agentes, el Ministerio de Interior sigue sin facilitar uniformes o chalecos antibalas suficientes para el servicio de la Guardia Civil, que en muchos casos debe utilizar complementos «en caliente» pasándoselos de unos agentes a otros al finalizar el servicio. Del mismo modo, los vehículos de la Benemérita siguen cumpliendo años, con más de 15 ya a sus espaldas, mientras desde el departamento de Interior se invierten miles de euros de fondos públicos en la obtención de vehículos eléctricos que, a pesar de estar destinados a la Guardia Civil, no tienen prácticamente utilidad alguna dentro de las funciones diarias de los agentes.