Teresa Ribera entona el «mea culpa» y controlará el despilfarro de los Fondos Next Generation

La pandemia del coronavirus provocaba, desde comienzos de 2020, una brutal crisis social y sanitaria a nivel internacional. Del mismo modo, países de todo el mundo sufrían, como consecuencia de la pandemia, una abrumadora crisis económica, provocada especialmente por el parón casi generalizado del comercio y la industria en muchos países, incluido España. Una situación ante la que la Unión Europea decidía «abrir la cartera» a los países miembros, con la creación de los Fondos Next Generation, para reactivar la economía de la UE a través de las economías nacionales. Un plan que, sin embargo, no parece haber salido a la perfección en España. Algo que parece tener claro la ministra Teresa Ribera, quien creará una Unidad de Medidas Antifraude para «controlar» el gasto de estos Fondos en su departamento.

Una crisis económica prácticamente sin precedentes. Ésta era una de las muchas consecuencias de la pandemia del coronavirus a nivel internacional durante el año 2020 y 2021, no siendo hasta 2022 que las economías nacionales y supranacionales han comenzado a recuperarse económica y positivamente de la pandemia. Una recuperación que se hacía posible entre los países miembros de la Unión Europea gracias, en gran medida, a los Fondos Next Generation, creados de forma urgente por la entidad supranacional para reactivar las economías nacionales, paralizadas casi por completo debido a los confinamientos obligatorios de sus ciudadanos.

EL DESPILFARRO, UNA CONSTANTE EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Unos Fondos que, tal y como ha recordado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, gestionado por la ministra Teresa Ribera, están centrados en «amortiguar la crisis sin precedentes producida por la pandemia COVID-19».

«Un paquete de medidas económicas de gran alcance para promover una rápida recuperación, constituyendo las bases de un crecimiento sostenible para las próximas décadas, y diseñando un planteamiento innovador que favorezca la convergencia, la resiliencia y la transformación en la Unión Europea» destacan los documentos oficiales de la cartera de Teresa Ribera. Un proyecto que se centra en «cuatro objetivos: promover la cohesión económica, social y territorial de la UE; fortalecer la resiliencia y la capacidad de ajuste de los Estados Miembros; mitigar las repercusiones sociales y económicas de la crisis de la COVID-19; y apoyar las transiciones ecológica y digital».

Un propósito que no parece estar cumpliéndose, al menos de forma constante, dentro de la administración pública española. Y es que, tal y como ha sabido Moncloa.com, parte de estos Fondos Next Generation han sido utilizados desde los diferentes departamentos del Gobierno nacional para tareas que poco o nada parecen tener que ver con la finalidad diseñada desde la Unión Europea para estas ayudas económicas.

Así pues, el equipo que dirige Pedro Sánchez decidía recientemente adoptar un plan de acciones contra el cambio climático, financiado con los fondos Next Generation con más de 257 millones. En concreto, teniendo como objetivo desarrollar una tecnología respetuosa con el medio ambiente a través de medidas sostenibles que, sin embargo, no parecen ser entendidas ni por aquellos que buscan aplicarlas.

Del mismo modo, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, utilizaba los Next Generation para comprar tablets para los altos cargos de la Policía Nacional. De forma casi simultánea, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, gastaba casi 200.000 euros en un evento de «difusión de la cultura española» en México, mientras Nadia Calviño usaba un millón de euros de los Fondos para planear eventos de su departamento.

TERESA RIBERA CONTROLARÁ LOS NEXT GENERATION

Gastos que, sin duda, hacían saltar todas las alertas dentro de la Unión Europea, provocando que los comisarios de la entidad supranacional dieran un «toque de atención» al Gobierno de España, advirtiendo que la economía nacional no se estaba viendo enriquecida por los Fondos Next Generation ya invertidos.

Una situación que parece que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quiere revertir. Al menos, en su departamento, cumpliendo así con las exigencias y con lo estipulado dentro de las normativas que rigen el gasto de los Fondos Next Generation.

Así pues, la ministra socialista ha decidido hacer pública la creación y regulación de una Unidad de Medidas Antifraude del Ministerio, creada a través de su Subsecretaría. Una Unidad que se encargará de «elaborar el plan de medidas antifraude, de prevención de conflicto de intereses, ausencia de doble financiación y adecuación del régimen de ayudas de Estado para la gestión de todos los proyectos financiados con cargo al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia en ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia».

«Su objeto es definir las principales acciones que deben adoptarse para evitar el mal uso o el fraude de los recursos […] con la finalidad de prevenir, detectar y establecer medidas correctoras para que los recursos financieros procedentes de la Unión Europea no se malgasten y cumplan los importantes fines para los que están asignados» destacan desde el Ministerio de Teresa Ribera, que controlará así el gasto de su propio departamento de los fondos Next Generation, en detrimento del resto de ministerios, que parecen seguir actuando de forma impune, agotando los recursos europeos sin conseguir una verdadera reactivación económica del país.