Inés Arrimadas arranca una purga entre los cuatro gatos que quedan en Ciudadanos

La reelegida como presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, está enfadada. Cree que ese intento de asalto de Edmundo Bal puede suponer una ruptura para un partido que fuentes del grupo naranja ya dan por desaparecido. Aún así, Arrimadas quiere utilizar su parcela de poder para hacer algo similar a lo que hizo Pablo Iglesias en Podemos cuando Íñigo Errejón y otros rebeldes presentaron un proyecto alternativo. Arrimadas integrará a Edmundo Bal literalmente porque no tiene caras conocidas, pero buscará la forma de apartar a los pocos que se fueron con el diputado para demostrar que no se puede decir «no» a la «reina» naranja. Habrá una purga entre los cuatro gatos que quedan en el partido. Pero desde luego las expectativas electorales no son buenas, tal y como se puede ver en cualquier sondeo.

Edmundo Bal ya lo dijo: «Arrimadas no puede ignorar al 47% restante». La presidenta de Ciudadanos ha ganado esas internas con un 53% de los votos, pero ha dejado claro que su proyecto no convence a una mayoría aplastante. Evidentemente es la mejor opción para los pocos que se han quedado en este barco, pero las ansias de venganza de la presidenta no quedarán en saco roto. A Edmundo Bal no le dejará de lado por otra cuestión: en Ciudadanos adolecen de falta de caras conocidas. Pero sí que apartará a todos aquellos que se lanzaron a buscar una alternativa a ella. Fuentes directas del partido naranja aseguran a MONCLOA.com que Arrimadas quiere reestructurar lo poco que queda de Ciudadanos dejando de lado a los que le dieron la espalda.

Inés Arrimadas se ha convertido en una apuesta fallida porque los sondeos internos no dejan de golpear las expectativas electorales de la formación. Su esperanza y su apuesta está con las autonómicas y las municipales, a ver si así reflota un partido hundido, pero no parece que haya mucha esperanza entre los suyos. Si a esto le sumamos el anuncio de Arrimadas de que habrá una pequeña reestructuración interna ante todos aquellos que apoyaron la candidatura de Edmundo Bal, el resultado es triste para muchos. Edmundo ha intentado que quienes se fueron con él tengan cabida en esta reedición 2.0 de Ciudadanos, pero por mucho que se quejara a las puertas de la sede no parece que la catalana vaya a dar el brazo a torcer.

El problema de Edmundo Bal es que intentó por todos los medios llevar a su candidatura a todo el que pillaba por delante. Se obcecó especialmente con los que rodeaban a la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, pero solo consiguió que algún despistado se sumara a su causa. Es cierto que Edmundo Bal es un valor a tener en cuenta en la formación dado que es uno de los pocos que tiene un nombre y una cara conocidas. Pero lo cierto es que su sublevación solo traerá la salida de algún despistado que se creyó que el proyecto de Edmundo Bal sería más votado que el de Arrimadas. No le fue del todo mal, dado que sacó más del 40% de los votos, pero se quedó lejos del 53% de Inés Arrimadas, por lo que ya está completamente fuera de juego.

Ahora solo queda esperar. Las fuentes insisten en que habrá una pequeña purga en forma de reestructuración. «Lo que faltaba». Pero Arrimadas no quiere dejar el partido tal y como está porque entiende que un mal resultado en las autonómicas o generales, y tal y como aseguran desde el partido naranja, podría generar otra pequeña sublevación interna que ponga en riesgo su candidatura a las elecciones generales. Con llegar a un puñado de diputados en el Congreso valdría, pero lo cierto es que no quiere mayores problemas en 2023.