Las claves del culebrón de la entrega de los carros de combate Leopard 2 a Ucrania

El Gobierno de Polonia quiere entregar en torno a una docena de sus carros de combate Leopard 2 a Ucrania, pero topa con los múltiples problemas que pone el Gobierno socialdemócrata del país fabricante Alemania, para que puedan finalmente enfrentarse a los invasores rusos.

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La más moderna variante polaca del «Leopard» 2, denominado como PL. (Foto Ministerio de Defensa de Polonia)

El carro de combate Leopard 2, que fabrica la multinacional germana Krauss-Maffei-Wegmann, por su calidad podría ser la piedra de toque del Ejército ucraniano, ante una nueva fase de la guerra de movimientos, para la que actualmente los rusos se están reforzando y que podrían iniciar una nueva ofensiva en primavera. Según los videos los invasores están mandando más carros de combate a las zonas de Ucrania que han ido controlando desde 2014 y durante la presente invasión. Las cifras citadas por medios polacos, indican que han llegado 55 en los últimos 10 días, lo que significa una media mensual de alrededor de 160 carros, muchos son de modelos más antiguos, sacados de las reservas, como son los T-62, aunque también incluyen los modernos T-90M, que cada vez se ven más en el frente de batalla. 

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El moderno carro de combate ruso T-90M. (Foto Тухачевский)

Por otro lado, desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, Volodímir Zelenski y su Gobierno empezaron a solicitar ayuda militar a los países de la OTAN, que ha ido llegando sin cesar, pero en cantidades limitadas, y sobre todo sin la más mínima uniformidad. Así ahora mismo los ucranianos usan piezas de artillería, fusiles de asalto, Vehículos de Combate de Infantería (VCI), incluso carros de combate de múltiples modelos rusos (de los heredados tras la disolución de la Unión Soviética como capturados), que, junto a los modelos locales, suponen una pesadilla logísticamente hablando, y propician unas vidas operativas muy efímera por dicha causa.

Sin embargo, uno de los elementos más solicitados por el presidente ucraniano y su eficaz Ejército, son los carros de combate o Main Battle Tank (MBT), como se les conoce internacionalmente, de origen occidental, que aportarían el concepto de calidad, frente al de masa de sus contrapartes rusos, en el duro campo de batalla. Las grandes planicies ucranianas hacen al carro de combate como un elemento muy importante de acción del conflicto, solo por detrás de la artillería y los sistemas de aviones no tripulados o Remotely Piloted Aircraft Systems (RPAS).

En este sentido, el presidente de Polonia Andrzej Duda, durante una visita el pasado 11 de enero a la ciudad de Lviv, sita al oeste de Ucrania, anunciaba en una rueda de prensa que su nación cederá «una compañía» de Leopard 2 al ejército ucraniano, sin especificar el número (que serían una docena, según aclaró Jakub Kumoch, portavoz de exteriores del Gobierno de Varsovia) ni el modelo en concreto, ya que Polonia tiene hasta tres modelos diferentes del ingenio de combate alemán.

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Un «Leopard» 2 avanza a alta velocidad. (Foto US Army)

Según Andrzej Duda, este movimiento formará parte del inició de un esfuerzo conjunto, para apoyar a Ucrania con equipo militar pesado, alentando a otros países europeos de la OTAN, como Dinamarca, Holanda, España o Finlandia e incluso a Alemania a ceder parte de sus Leopard 2, para que Ucrania puede tener una fuerza importante de este potente MBT, uno de los mejores del mundo.  Sin embargo, dado que el Gobierno de Alemania, que tiene la última palabra a la hora de permitir su cesión, se lleva tiempo aplazando la decisión. Así, la actual administración socialdemócrata del canciller Olaf Scholz sigue dando excusas para boicotear esta ayuda, aludiendo primero a que podría suponer una nueva escalada en el conflicto. Mientras, países como Reino Unido ya ha anunciado oficialmente que contribuirá a la renovación del material blindado ucraniano con sus MBT Challenger 2 y sus cañones autopropulsados AS-90, que aunque muy útiles seguirán fomentando las gran diversidad de sistemas y dando múltiples programas al personal de mantenimiento ucraniano.  

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Carro de combate «Challenger» 2 británico. (Foto Ministerio de Defensa de Reino Unido)

                                                                           

Esta última decisión de Londres y las continuas presiones de otros países de la OTAN, han obligado al Gobierno de Scholz a dar otra razón para evitar la entrega de los Leopard 2, condicionándola a la cesión por parte de la administración del presidente de Estados Unidos Biden, de sus carros de combate Abrams a los sufridos ucranianos.  Tal política vuelve a poner sobre la mesa las intensas relaciones de la clase política alemana con la Rusia de Putin, que llevaron a poner la estrategia energética germana en manos de Moscú, para cumplir un supuesto calendario ecológico promovido por asociaciones y partidos, algunos financiados por la dictadura rusa. No se debería de olvidar que el ex canciller alemán Schroeder fue desde 2005 uno de los más altos ejecutivos de la empresa Nord Stream, que controlada por Moscú, suministra a través del gaseoducto del mismo nombre, aunque su principal tubería se destruyó en un sabotaje en septiembre de 2022, el gas ruso a Alemania y otros países de Europa.