Mónica Silvana cava su tumba política por «acosar» a sus asistentes y perjudicar al PSOE

La eurodiputada Mónica Silvana está con el agua al cuello y le pone una nueva piedra en el camino al PSOE, en pleno año electoral, tras haber sido notificada sobre la sanción impuesta por el Parlamento Europeo, por estar involucrada en un presunto caso de acoso laboral contra tres de sus asistentes. Tendrá que pagar una multa de 10 mil euros y estará suspendida de su actividad durante 30 días.

Tras conocerse la decisión, que fue anunciada por la propia presidenta del organismo, Roberta Metsola, Silvana ha anunciado que hará uso de su derecho a recurrir la decisión ante el Parlamento Europeo y ante el Tribunal General de la Unión Europea, porque a su juicio, no ha tenido las garantías durante el proceso que se desarrolló durante los últimos dos años.

Dentro del PSOE se encendieron las alarmas una vez que se supo de la sanción contra Silvana y les preocupa que sea justamente por un caso de acoso, sobre todo porque a lo largo su carrera como política, la eurodiputada se ha vendido ante el electorado como una acérrima defensora de los derechos de los ciudadanos y activista del movimiento LGTBIQ, por lo que saben que este año, en el cual se celebrarás las elecciones municipales, autonómicas y generales, un escándalo de este calibre podría traer consecuencias indeseables dentro del partido que buscar conservar una mayoría que le permita repetir en el gobierno.

De acuerdo con las declaraciones de la presidenta del Parlamento Europeo, la sanción impuesta a Mónica Silvano fue desglosada de la siguiente manera: cinco días de castigo por el acoso a un primer asistente, 10 días más por la denuncia que formuló un segundo colaborador de la eurodiputada y otros 15 días de castigo por un tercer asistente que la señaló de haber cometido acoso psicológico en su contra, por lo que el organismo, tras evaluar los señalamientos decidió a favor de los trabajadores y en contra de la eurodiputada.

Silvano emitió un comunicado para defenderse y ha decidido señalar como responsable de la situación a la «ultraderecha» europea y advierte que supuestamente no han sido escuchados los testimonios de las personas que trabajan con ella en la actualidad y agradeció las muestras de solidaridad que ha recibido desde que se conoció la sanción que le han impuesto.

«Seguiré trabajando como lo hice hasta ahora, tanto a nivel local, regional como europeo. Aportando trabajo y compromiso con temas tan sensibles como la ayuda humanitaria, la protección de las comunidades más vulnerables de la sociedad, como son las personas con discapacidad, migrantes, afrodescendientes, comunidad LGTBI, pueblo gitano, entre otros», señaló la eurodiputada en el comunicado que emitió para defenderse.

Mientras todo esto sucedía, puestas adentro del PSOE conversaban sobre las implicaciones que podría tener este escándalo, en el caso de que la situación escale a mayores, si Silvano insiste en defenderse y se comprueba que los señalamientos en su contra son ciertos, pues saben que los españoles la asocian directamente con el PSOE y esto podría traer más consecuencias negativas al partido socialista que en este momento lucha por mantenerse a flote y que pese a todas las medidas económicas que ha lanzado el Gobierno de Pedro Sánchez, en las encuestas todavía no aparece con una mayoría que le permita conformar un nuevo gobierno en las próximas elecciones generales.

Dentro del PSOE están intranquilos por los números, pues saben que les está saliendo muy caro, a nivel de popularidad, el haberse aliado con Podemos y con los independentistas catalanes para formar el Gobierno de Pedro Sánchez, y más durante los últimos meses, donde han tenido que aprobar todos los caprichos de los socios para garantizar que salieran adelante los Presupuestos Generales del Estado de 2023.

La frase más comentada dentro del PSOE ha sido que con este escándalo, Mónica Silvano ha comenzado a cavar su tumba política, porque saben que, de llegar a comprobarse que son ciertos los señalamientos, el electorado no le perdonará justamente a ella, que se vende como activista y defensora de los derechos, el hecho de que se haya permitido acosar psicológicamente a sus propios colaboradores y más cuando hace parte de un Gobierno que se llena la boca con frases populistas de que gobiernan para el pueblo y que combaten a la «derecha» con garantizando más derechos.

Es por ello comenzarán a evaluar de que manera le bajan, aún más, el perfil de Mónica Silvano, lo que le supondría un posible fin de la carrera política, al menos dentro del PSOE, porque el partido no está, en estos momentos, para perdonar este tipo de situaciones que pongan en riesgo la permanencia en el poder, sobre todo en un momento en el que tienen también a la figura de Yolanda Díaz y su movimiento Sumar haciendo tambalear el liderazgo de Pedro Sánchez en el sector más socialista del electorado español.