El ‘clan gallego’ da un tirón de orejas a Mañueco por su «permisividad» con García-Gallardo

El clan gallego, ese que rodea a Alberto Núñez Feijoo y que forma parte del grupo de Whatsapp de seis personas que tanto ha dado que hablar, se ha hartado de los titulares que está dando el gobierno de Alfonso Fernández Mañueco. Ya le advirtieron en su momento de que no debía pactar con Vox, pero el presidente de Castilla y León hizo caso omiso. Pero ahora se han visto obligados a coger el teléfono y volver a darle un toque de atención por el hecho de que su vicepresidente, Juan García-Gallardo, se le «ha subido a las barbas». Feijoo ha abroncado a Mañueco, tal y como aseguran fuentes de Génova, porque ha conseguido que la polémica reforma con el aborto y ese plan de poner a escuchar el latido del feto a las mujeres que quieran interrumpir el embarazo se vuelva tendencia. Y la buena noticia para el clan gallego es que Mañueco ha reaccionado.

El resumen es que Mañueco por sí solo ha conseguido romper esa imagen de moderación que quería dar Feijoo. En Génova está extremadamente molestos porque repiten que ya advirtieron que esto podía pasar. Cuando se celebraron las elecciones autonómicas de Castilla y León, Mañueco aprovechó el vacío de poder en Génova para pactar con Vox pese a que sabía que el futuro presidente del PP no estaba de acuerdo con llegar a puntos de encuentro con Vox. Poco le importó a Mañueco, pero ahora que el PP paga los platos rotos del presidente de Castilla y León se han puesto manos a la obra para llamarle la atención. Lo curioso es que el líder autonómico ya estaba mal visto por Pablo Casado y Teodoro García Egea. Y ahora vuelve a estar en el punto de mira por el clan gallego. No da una.

Mañueco ha reaccionado a la llamada de atención, algo que no hizo hace meses, cuando Feijoo llegó al poder. Sabe que en Génova están con el ojo puesto en Castilla y León porque las constantes concesiones que el presidente autonómico ha hecho sobre su vicepresidente de Vox han roto la imagen de moderación que Feijoo pretendía dar. La llamada ha sido contundente, cuentan fuentes del PP, y sobretodo ha instado a Mañueco a que reaccione ante su vicepresidente para evitar que la sangre llegue al río. El presidente de Castilla y León sí que se ha plantado contra García-Gallardo, pero no porque pensara que esta medida estuviera fuera de lugar, sino porque se ha desmadrado por la reacción de la sociedad.

Lo que cuentan las fuentes es que los niveles de tensión ya estaban por las nubes antes de lo ocurrido, pero no quisieron hacer sangre a nivel interno después de lo que había atravesado el partido con la salida de Pablo Casado. Que Mañueco haya reaccionado tiene que ver directamente porque Mar Sánchez, la mano derecha de Feijoo, y el propio presidente popular han tomado la decisión de, por fin, decirle a su barón lo que tiene que hacer. El que Mañueco haya reaccionado ha sido consecuencia de la dura llamada que ha recibido por parte de Génova, tal y como detallan las fuentes del PP. Juan García-Gallardo tiene su propia agenda y así la ha tenido a lo largo de la legislatura porque Mañueco así se lo ha permitido, pero ahora parece que tendrá que enfrentarse contra su presidente si quiere seguir con su hija de ruta.

Feijoo quiere permitir a los alcaldes pactar con Vox, pero ahora esto le ha venido lo suficientemente mal como para frenar su pretensión. La imagen de moderación es clave dado que Feijoo se inspira no solo en lo ocurrido en la Xunta, sino también en lo ocurrido en otras comunidades autónomas en las que los candidatos populares han dado la espalda a Vox. Mañueco sabe, según detallan fuentes de la Junta, que no será previsiblemente el candidato en las próximas elecciones. Es su última cabalgada. Pero desde el PP se han puesto más que serios para decirle que tiene que pasar por el aro si no quiere que la reacción de Feijoo sea más contundente que la que se ha dejado ver estos días. Ya no le pasará ni una más.