Yolanda Díaz lanza un «guiño» a Alberto Garzón para provocar la a Podemos: «Es un traidor»

La vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz ha abierto las puertas de Sumar a Alberto Garzón y a Izquierda Unida. Lo cierto es que la ministra de Trabajo ha conseguido irritar a todo Podemos con esta decisión dado que consideran al ministro de Consumo un «traidor» que siempre se ha movido por su propio interés y en contra de la doctrina del grupo. La decisión de Yolanda Díaz no ha sido definitiva, pero sí abre una ventana de oportunidad para Alberto Garzón dado que ha considerado su propuesta para integrar las formaciones de izquierda. Esta decisión se produce en un contexto realmente tenso entre la vicepresidenta y los dirigentes de Podemos porque no parece que vayan a ir de la mano a las elecciones.

El ministro de Consumo ha comentado que quiere poner en marcha una mesa de organizaciones políticas, todas aquellas que quieran participar en el proyecto de escucha de Yolanda Díaz que tanto desespera a quienes quieren entrar en el partido de la vicepresidenta. También ha hablado de unas «primarias proporcionales» para diseñar las candidaturas, algo que ha gustado a Díaz, pero que sobretodo puede ayudar a integrar al ministro en las filas de la titular de Trabajo. El problema es que desde Podemos lo ven con malos ojos porque han visto cómo uno de sus integrantes, o al menos uno de los que ha confluido para las elecciones generales, entrará en Sumar mientras que la ministra de Igualdad, Irene Montero, o la ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, no tienen invitación para esa plataforma.

En Podemos, cada vez que se escucha la palabra «Garzón» viene acompañada de la palabra «traidor». Se refieren, por supuesto, a ese momento en el que Pablo Iglesias estaba negociando con el PSOE (abril de 2019) los asientos para entrar en el Gobierno mientras Garzón negoció por su cuenta y riesgo sus propias prebendas a las espaldas de Unidas Podemos. Con este acto, Garzón se quedó con el San Benito de «traidor» y ya no hay quien se lo quite. Pero si ahora se le suma que está detrás de Yolanda Díaz en cada paso que da para buscar su supervivencia, la percepción que tienen de él en Podemos es de las peores que hay a nivel interno.

Hay quien ve que esa forma que ha tenido Yolanda Díaz de escuchar a un Garzón que tampoco ha querido entre sus filas tiene que ver con que la ministra quiere dar un mensaje a los morados. Garzón no es precisamente un político respetado dentro de la izquierda, pero sí que ha conseguido convertirse en un mal menor para la vicepresidenta. Contar o no con él no preocupa demasiado a las voces que susurran al oído de la dirigente gallega, pero sí que parece tener un valor como mensaje subliminal para los morados. Garzón tiene hueco, pero Irene Montero no.

LA SALIDA DE MONTERO

Ione Belarra e incluso Irene Montero tienen claro que no harán nada si no consiguen que su cabeza de lista sea Yolanda Díaz, el problema es que los planes de la vicepresidenta pasan por sacar a todos lo perfiles polémicos. Desde el entorno de la ministra de Trabajo son algo herméticos, pero sí que reconocen que Sumar pretende dejar atrás todos los temas más impopulares como los que no deja de protagonizar Irene Montero, ministra de Igualdad. Yolanda Díaz no descarta una confluencia con Podemos, pero quiere fuera y sin protagonismo a Irene Montero, tal y como aseguran fuentes del entorno de la ministra de Trabajo. Con Ione Belarra la sensación es otra, pero desde luego Yolanda Díaz quiere una formación que se centre en el «terreno de lo indiscutible».

La vicepresidenta del Gobierno se ha convertido en una de las pocas líderes de la izquierda, aunque más de uno ya habla de «la única». Este sentir ha llegado a las puertas de Podemos, que ya no sabe cómo, después de criticar fuertemente en boca de muchos a Yolanda Díaz, seducir a la ministra de Trabajo para que sea su candidata. De momento, Sumar se mantiene hermético y con pocos fichajes. De hecho, hay muchas formaciones que aún no se han integrado en el partido pese a que quieren hacerlo y pese a que la propia Yolanda Díaz tiene intención de sumarles al proyecto. La vicepresidenta del Gobierno quiere mantenerse en un perfil bajo hasta nueva orden, pero sabe que Irene Montero no es alguien que precisamente «sume».