Ayuso presiona al Gobierno para que quite la mascarilla en el Metro antes de las elecciones

El dejar definitivamente las mascarillas es algo que está encima de la mesa desde hace tiempo, pero nadie en el Gobierno se ha atrevido a ponerlo en marcha. La decisión es del Ejecutivo, pero lo cierto es que la Comunidad de Madrid quiere presionar para que esto cambie lo antes posible. Fuentes de Sol aseguran que quieren hacer fuerza ante el Gobierno para que se quiten las mascarillas al menos en el transporte público. La idea es apuntarse el tanto dado que el Metro de Madrid sufre especialmente las consecuencias de esta norma que obliga a poner el tapabocas en estos trenes tan transitados.

El único problema es que el Gobierno también se quiere reservar el derecho de quitar las mascarillas cuando mejor le convenga. Evidentemente, el invierno no era un buen momento dado que los casos de covid se habían disparado, pero ahora han cambiado las tornas. En el PSOE quieren anunciarlo más adelante, en la previa de las generales, pero en la Comunidad de Madrid están intentando por activa y por pasiva presionar al Gobierno de Pedro Sánchez, presidente del Ejecutivo, para que dé un golpe sobre la mesa y quite por fin la obligatoriedad del uso de la mascarilla en el transporte público.

El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha defendido este jueves que el criterio de responsabilidad y protección a personas vulnerables son los que deben guiar el uso de la mascarilla para luchar contra la propagación del Covid-19. En declaraciones a ‘Telemadrid’ recogidas por Europa Press, el máximo responsable de la Sanidad madrileña ha subrayado que la Comunidad de Madrid lleva desde octubre trasladando «una postura a favor de la supresión» de la mascarilla en el uso de transporte público.

«No tenía sentido en transporte cuando se eliminó en ocio», ha justificado Ruiz Escudero, quien ha apuntado que «en breve» se aprobará la eliminación de su uso obligatorio en la Ponencia de Alertas.»El criterio para el uso de mascarilla hay que hacerlo en sentido de responsabilidad: primero el que tenga síntomas que proteja para no contagiar a los demás y el protección de los vulnerables. Ese es el criterio que tenemos que utilizar», ha alegado.

En este sentido, ha indicado que su uso seguirá siendo obligatorio en centros sanitarios, como centros de salud, hospitales y farmacias, y en centros sociosanitarios. «El uso en esos puntos va a estar más prolongado durante más tiempo», ha zanjado.

La ministra de Sanidad y candidata a la Alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, afirmó este miércoles que «pronto, pronto, pronto» se eliminará la obligatoriedad de llevar la mascarilla en el transporte, si bien admitió que hay que ver cómo evoluciona el coronavirus y la situación de China.

NI CASO A IBERIA

Iberia se ha plantado contra el Gobierno. La pasión de este Ejecutivo por el uso de mascarillas en el interior del transporte público, de las farmacias y de los aviones le ha pasado factura. Han pasado ya casi tres años de la pandemia y aún hay restos que empiezan a tener poco sentido, a ojos de Iberia, y sobretodo que repercuten en las cuentas de las grandes empresas. El director corporativo de Iberia, Juan Cierco, ha lanzado un mensaje delante de varios miembros del Ejecutivo que parece haber hecho mella en el Gobierno. «Ha llegado el momento de quitárnosla porque empieza a afectar al turismo. Ya no tiene sentido», ha comentado Cierco. Algo que desde el Gobierno se plantean anunciar, pero para 2023.

No es algo nuevo ni ajeno al resto de aerolíneas. Ninguna entiende que se mantenga esta obligación cuando al mismo tiempo se permite que los asistentes a un concierto, una discoteca o un museo puedan asistir sin mascarilla. Para las aerolíneas, la obligación de la mascarilla en los aviones es trivial y sobretodo una pequeña lacra para las cuentas de las compañías porque repercute en el turismo. A estas alturas no tiene sentido, a ojos de Juan Cierco, seguir con esta dinámica, pero el Gobierno tiene la intención de dar este salto más adelante, cuando avance el invierno y sobretodo cuando se acerquen las elecciones para poder dar ese golpe de efecto. No quiere enfadar a los fanáticos de las mascarillas ni tampoco dar un anuncio que considera que la dará rédito electoral, tal como informan fuentes del PSOE.