El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha sorprendido a todos persiguiendo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con una bicicleta. No es que los socialistas tengan miedo a los carriles bici de la ciudad castellanoleonesa, sino que tienen algo de pánico a la idea de que aún no se hayan visto represalias visibles contra Óscar Puente después de las 1.001 polémicas que le han salpicado. En Ferraz están visiblemente molestos con el hecho de que el líder socialista le haya dado visibilidad en la precampaña electoral. Es cierto que se han esforzado en ocultarle y que le han dado toques de atención por su actitud deslenguada. Por todo esto, Sánchez «hizo el vacío», según cuentan fuentes del partido, a Puente en un acto socialista en la capital.
Fue un acto político del PSOE en Valladolid, ciudad de la que Óscar Puente es alcalde. Fue un evento al que acudieron todos los socialistas de Castilla y León. Y fue una celebración que pretendía marcar territorio en un momento en el que esta comunidad autónoma es el centro de todas las miradas por la polémica reforma de la ley del aborto que pretende obligar a las mujeres que quieran interrumpir su embarazo a escuchar los latidos del feto antes de hacerlo. Con todo esto, con el PP en guerra con Vox y con Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta, en el centro de todas las miradas, los socialistas decidieron aprovechar y marcar terreno en la ciudad de Puente. Pero no todo ha salido como ellos querían. No al menos de cara a la relación entre el alcalde más deslenguado del PSOE y el presidente del Gobierno.
Hubo encuentros interesantes y evidentemente el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, fue la estrella, pero Puente le persiguió todo lo que pudo. Incluso en bicicleta. Lo curioso y lo que llamó la atención de los socialistas que estuvieron presentes en el acto es que tanto Puente como Sánchez mantuvieron un trato frío a la par que el líder socialista intentó esquivarle siempre que podía para sacarle de la foto. Incluso las imágenes de Moncloa intentaron evitar el encuentro entre Puente y Sánchez hasta el punto de desenfocarle en alguna que otra captura.
La razón es simple. Óscar Puente es visto como una auténtica bomba en el PSOE que en cualquier momento puede saltar por los aires. No solo por ese Mercedes Clase G 63 AMG valorado en más de 170.000 euros que tan famoso le hizo después de que se lo prestara un empresario de mucho renombre, sino por las polémicas que ha acariciado siempre en el banquillo de los acusados por su relación con grandes hombres de negocios vallisoletanos. Ahora el PSOE no está para polémicas y no quieren acercarse demasiado a alguien que puede salpicar con noticias negativas a la marca política. Por eso el líder socialista no se quiso acercar más de la cuenta a un Puente que buscó a Sánchez como Sánchez busca a Joe Biden.
El ‘ghosting’ de Sánchez a Óscar Puente ha sido lo más comentado de un acto que estaba llamado a revivir el PSOE en Castilla y León aprovechando la polémica del aborto que ha puesto Vox encima de la mesa. Sin embargo, el morbo ha estado en que el anfitrión del acto no ha parecido el protagonista pese a que haya perseguido sin cesar al presidente del Gobierno en una bicicleta a ver si así conseguía la foto. La falta de sintonía entre Sánchez y Puente no es nueva, lleva presente desde hace mucho tiempo porque el líder de Valladolid es visto como el «otro Ábalos» del PSOE al que no pueden meter mano de momento porque tiene amarrada la candidatura de la ciudad.
Puente lleva años estando en el centro de la polémica desde el momento en el que le cazaron con un Meredes de 170.000 euros prestado. No es que el alcalde de Valladolid se haya cortado lo más mínimo en su vida política a la hora de aceptar algunos favores de amigos. Todo esto dejó a Ferraz en una posición incómoda que solo consiguieron subsanar apartándole de la gestión interna del partido, pero lo cierto es que queda Puente para rato y el PSOE quiere convertirle en un socialista más que no levante la voz. Pero esto no quita que Sánchez quiera huir del alcalde pese a que les sienten cerca por cuestiones de protocolo.