Conde-Pumpido y Juan Carlos Campo esperan dar un «rapapolvo» a la ley de Irene Montero

El flamante presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, podría estrenarse dándose el gusto de dar un revolcón a la ley del solo sí es sí de Irene Montero, la ministra de Igualdad. Este Alto Tribunal ha admitido a trámite el recurso presentado por Vox contra la ley de Montero dejando en una posición delicada la relación entre el PSOE y Unidas Podemos. Fuentes de Ferraz tienen claro que Conde-Pumpido va por libre pese a que se le relacione con el partido, pero desde la formación morada tienen otra consideración algo más conspiranoica: creen que el flamante presidente del Constitucional echará por tierra el trabajo de la ministra. Si esto es así, en el PSOE prevén un conflicto interno a las puertas de las elecciones.

Son muchos los delincuentes sexuales que han salido de prisión antes de lo previsto gracias a la ley de Irene Montero. Que estaba mal redactada la norma por el equipo personal de la ministra de Igualdad ya lo advirtieron desde el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Sin embargo, como dijo Manuela Carmena, la «soberbia infantil» del ministerio y de la ministra hizo que se hiciera realidad. Ahora empiezan los problemas y todo ha llegado a Conde-Pumpido, presidente del Constitucional y máximo exponente judicial del socialismo. También Juan Carlos Campo tendrá que votar en este asunto, quien fue ministro de Justicia y quien ya conoce bien a Montero. Pero todo esto podría derivar, según fuentes del PSOE, en un conflicto con Podemos dada la situación.

El magistrado de Tribunal Constitucional no tiene que responder ante Pedro Sánchez. Es cierto que el presidente del Gobierno ha vendido que ha sido él quien ha tomado la decisión de mimar a Conde-Pumpido (al igual que lo ha hecho con su mujer colocándola en el Consejo General del Poder Judicial como vocal) ante los suyos en el Gobierno. Todo esto ha hecho que en Podemos tengan la idea de que es precisamente el PSOE el que controla a un Conde-Pumpido que desde Ferraz aseguran que no responde ante nadie. En cualquier caso, el solo hecho de que hayan admitido a trámite el recurso de Vox contra la ley del solo sí es sí ha disparado la tensión entre Unidas Podemos y el PSOE.

La propia mujer de Conde-Pumpido firmó ese escrito que hablaba de que la ley del solo sí es sí traería problemas técnicos como reducción de penas. Desde el PSOE han estado encantados con esta norma porque les ha permitido quitarse de encima los focos en un momento clave en el que estaban absolutamente inmersos en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) con partidos como Esquerra Republicana. Con este cuadro, los socialistas no han tenido nunca la necesidad de meterse contra esta chapucera norma de Irene Montero hasta ahora que ha llegado a manos no solo de Conde-Pumpido, sino también de Juan Carlos Campo.

Vox simplemente quiere dar guerra. Y el PP da por perdido el Constitucional después de que Conde-Pumpido ganara una batalla que no se esperaban. Aún así, que le den un rapapolvo a Montero es algo que todos en la magistratura ven con buenos ojos porque entienden que la ley del solo sí es sí está muy mal redactada hasta extremos que pocos entienden dentro de Unidas Podemos. Conde-Pumpido recibirá este recurso y veremos qué decisión toma, pero todos esperan que tenga muy en cuenta los argumentos de Vox además de las propias consideraciones de otros organismos importantes del Estado como el CGPJ.

Irene Montero no tiene ninguna intención de recular ni de aceptar una pequeña remodelación de la ley porque entienden que sería una derrota. Lo más curioso de todo esto es que no les importa que los delincuentes sexuales estén viendo reducidas sus penas por la redacción de la ley porque han tomado la decisión de culpar de ello a los jueces, que tienen la obligación de aplicar la ley tal y como se redacte. Desde la formación morada ya anticipan que, si Conde-Pumpido toma una decisión que no mantenga la norma como está, darán guerra al PSOE porque les considerarán responsables directos.