Nadie quiere reciclar a Pablo Echenique

El portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, no ha hecho amigos durante esta etapa política que amenaza con hundir Podemos a nivel electoral. Se ha quedado en un limbo político en el que ni siquiera las que ahora tienen las riendas de Podemos, la ministra de Igualdad, Irene Montero, y la de Asuntos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, le quieren rescatar. Echenique da guerra por Twitter y cuando toma la palabra en el Parlamento, pero lo cierto es que el portavoz no tiene una expectativas políticas prometedoras. Desde Podemos no dan por hecho que vaya a seguir teniendo galones en el partido cuando pasen las generales y desde el entorno de Yolanda Díaz aseguran que no quieren un perfil así ni en pintura. Con estas cartas, parece que Echenique no las tiene todas consigo.

Echenique se ha quedado en ese viejo «pablismo» que el exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias se ha llevado al mundo mediático en forma de titulares repletos de polémica como ese que decía que había que montar supermercados públicos, como sí había en Venezuela (los abastos bicentenarios y mercal). Lanza mensajes polémicos por las redes sociales, se mete en todas las guerras que se le ponen por delante y sobretodo mantiene una actitud soberbia que básicamente espanta al entorno de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. No tiene hueco en Sumar, algo que es una evidencia, según las declaraciones que vienen del entorno de la titular de Trabajo, pero tampoco parece que tenga un futuro muy prometedor en Podemos, pues Irene Montero e Ione Belarra mantienen ciertas distancias con él.

El futuro de Echenique no está nada claro. Es cierto que es un perfil conocido que tendría encaje solo por su potencia en las redes sociales y por la animadversión que despierta en ciertos sectores de la derecha (especialmente en Vox), pero tampoco tiene fácil su entrada en las formaciones de izquierdas. Nadie habla bien de él en Podemos, pues ni siquiera Izquierda Unida se permite, a excepción de Enrique Santiago, el lujo de tener una buena opinión de él. Echenique, para hacernos una idea, fue uno de los dirigentes de Podemos que más criticó a Alberto Garzón y quien le puso el apelativo de «traidor» cuando se puso a negociar con el PSOE a espaldas de Pablo Iglesias para intentar pescar algo mientras el líder intentaba entrar en el Gobierno con algún ministerio de Estado.

Echenique podría volver como investigador del CSIC, algo de lo que ha presumido en más de una ocasión ante las críticas de los de siempre. Pero no parece que tenga intención de abandonar la política. Desde Podemos consideran que se le recolocará en cualquier lado, pasando incluso por su vuelta a la comunidad autónoma de Aragón. Las especulaciones son de todos los colores, pero nadie se cree que vaya a tener cabida en la formación mayoritaria en la izquierda que será Sumar, siempre que dejemos al lado al PSOE. Echenique no ha hecho amigos y se ha convertido en uno de los pocos que no tiene quién le quiera. Ni Podemos, ni IU ni Sumar prevén sumarle en una primera posición. Solo los morados podrían hacerle hueco como diputado pero están desesperados por meterse bajo el parapeto de Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno.

Con este cuadro, solo queda por ver los pasos que da Yolanda Díaz con respecto a Podemos. Ahora mismo, las que tienen el control tienen una dificultad enorme. Irene Montero debe ir fuera si quieren entrar en el equipo de Yolanda Díaz, algo que nadie contempla dado que es la propia Montero la que tiene el control total de la formación. Sobre Ione Belarra no hay tantas quejas en el entorno de Díaz. Pero con las dos cabezas de lista en riesgo, muchos dudan en el seno de Podemos, según fuentes consultadas, sobre si Echenique tendrá un hueco en la próxima legislatura.