Marlaska no consigue chalecos anti-balas para la Guardia Civil

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, sigue teniendo grandes dificultades a la hora de entender y satisfacer las necesidades más básicas de la Guardia Civil a su cargo. Tanto es así, que después de la fuerte polémica sobre el armamento obtenido para la Benemérita por parte del departamento de Interior, ahora parece unirse las dificultades del ministro de Pedro Sánchez por obtener chalecos anti-balas para los agentes de la Guardia Civil, que siguen exigiendo medios y material suficientes para hacer frente a sus responsabilidades diarias con el país.

La gestión de uno de los cuerpos de seguridad del Estado más relevantes, la Guardia Civil, parece estar convirtiéndose en un verdadero quebradero de cabeza para el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Y es que los requerimientos de los agentes de la Benemérita se mantienen constantes en el tiempo, mientras el ministro parece hacer «oídos sordos» ante estas necesidades. Algo que resulta aún más irrisorio para muchos agentes, debido a la cercanía del Ejecutivo central con formaciones como EH Bildu y ERC, mientras que el ministro de Interior se mantiene permisivo ante el acercamiento y las ventajas penitenciarias a miembros de la banda terrorista ETA.

Una tensión entre agentes de la Benemérita y Grande-Marlaska que ahora podría verse afectada por las aparentes dificultades del Ministerio de Interior por conseguir chalecos antibalas para dotar a las diferentes unidades de la Guardia Civil. Y es que, a pesar de que el anuncio de licitación para obtener estos chalecos se publicaba en el pasado mes de noviembre, la Guardia Civil parece no haber conseguido aún empresas que busquen comprometerse con este servicio.

MÁS MARGEN DE TIEMPO PARA CONSEGUIR CHALECOS

Así pues, en el pasado mes de noviembre, desde la Jefatura de Asuntos Económicos de la Guardia Civil se activaba el anuncio para el «suministro de un mínimo de 1.145 chalecos antibalas externos portaplacas para dotar al personal de diferentes unidades de la Guardia Civil». Un contrato para el que el Ministerio de Interior ha destinado cerca de medio millón de euros, según los documentos oficiales a los que ha tenido acceso este diario.

En concreto, 495.785 euros que están destinados desde el departamento de Grande-Marlaska a conseguir chalecos para los agentes de la Benemérita que tengan una «resistencia a la penetración» que, tal y como exige el Ministerio de Interior, esté determinada «con ensayos balísticos con armas de fuego y con ensayo de resistencia a cuchillos y punzones».

Exigencias que parece que no han conseguido ser cumplimentadas por las empresas, y que han llevado al departamento de Marlaska a ampliar las fechas del contrato. Así pues, tal y como ha publicado Interior a través del Boletín Oficial del Estado, el plazo de admisión de ofertas se ha visto ampliado hasta mediados del mes de febrero, adaptándose los plazos de la licitación a la posible llegada de ofertas para suministrar estos chalecos antibalas a la Guardia Civil.

LA GUARDIA CIVIL, «DESARMADA» POR MARLASKA

Unos chalecos que han sido una de las claras exigencias de los agentes de la Guardia Civil en los últimos meses. Y es que, tal y como han confirmado agentes a Moncloa.com, lo cierto es que muchos de los agentes de la Benemérita tienen que utilizar estos materiales «en caliente» en zonas tan conflictivas como las fronteras migratorias de Ceuta y Melilla. Un uso compartido que en muchas ocasiones no sólo no cumple con las medidas de higiene, sino que además no llegan a cubrir con las necesarias medidas de protección de estos agentes.

Desprotección de los agentes que se repite de forma constante durante la gestión de Marlaska del Ministerio de Interior. Algo que no han dejado de criticar las asociaciones de la Benemérita. Especialmente, después de la última polémica protagonizada por Interior tras la compra de las pistolas ‘Ramon’, una “copia barata” de las tradicionales Glock que desencadenaba una lluvia de críticas hacia el ministro Marlaska.

Críticas que también se repetían contra la directora general de la Guardia Civil bajo el mandato de Marlaska, María Gámez, cuyas decisiones de cara a la Benemérita tampoco han pasado desapercibidas. Es el caso de la reciente compra de motocicletas y coches eléctricos para los agentes de la Guardia Civil. Vehículos cuya autonomía es incompatible con la labor diaria de los agentes, tal y como lamentan fuentes internas, lo que hace inservibles estos vehículos. Algo aún más remarcable en el caso del Seprona, donde las motocicletas compradas por Gámez no llegan a cubrir ni un mínimo de las necesidades de movilidad de los agentes.