Edmundo Bal usa a Santiago Saura en las primarias de Cs para sacar a Begoña Villacís de la política

Begoña Villacís tiene su posición política gravemente comprometida tras el culebrón de su posible y fallido paso a las listas del PP. El concejal Santiago Saura está ya formando una candidatura para oponerse a ella en las primarias de Ciudadanos para la alcaldía de Madrid, con el apoyo de Edmundo Bal. La situación para Villacís es tan extrema, que en una reunión secreta que mantuvo este lunes con sus concejales, en varios momentos se quebró.

El problema para Begoña Villacís con esta candidatura es que, tras los acontecimientos de esta semana, el ambiente interno hacia ella está muy caldeado. Los chats internos la critican abiertamente, mientras hay varios concejales muy disgustados, no solo por los últimos movimientos, sino por lo que consideran que es la deriva del Grupo Ciudadanos en el Ayuntamiento en los dos últimos años. “Creo que Begoña no gana esas primarias”, asegura un concejal del grupo. De hecho, desde el aparato del partido se plantea incluso la legitimidad de Begoña Villacís, vicealcaldesa del Ayuntamiento de Madrid, para presentarse.

Así las cosas, la situación de Begoña Villacís ahora mismo es de extrema debilidad, justo dos semanas después de que ganara, junto con Arrimadas, la batalla de la refundación de Ciudadanos. Edmundo Bal, el rival de las dos líderes de la formación, saltó con furia este viernes, en cuanto El País publicó las conversaciones de Villacís insinuando pasarse a las listas del PP “como una corriente interna”. Publicó un tweet incendiario que borró minutos después. El que finalmente quedó en la red social no era nada amable con la vicealcaldesa de Madrid.

Con la nula simpatía por parte de Isabel Díaz Ayuso, con un Almeida con cara de circunstancias, Villacís parecía una apuesta de las plantas directivas de Génova nacional. Tras los escarceos de Elías Bendodo, la secretaria general, Cuca Gamarra, fue especialmente dura este lunes: “No la veo en ningún sitio”. El fichaje de Villacís era una idea de Miguel Ángel Tellado, destacado miembro del estricto círculo de Alberto Núñez Feijóo. Todo parecía que iba a ser Elías Bendodo quien se ocuparía de materializar las negociaciones. Una filtración sobre la reunión entre ambos al diario El Mundo el mismo día en que la vicealcaldesa salía en portada del periódico con evasivas, acabó de sentenciar la operación.

OPOSICIÓN INTERNA

Begoña Villacís cerró filas con Inés Arrimadas en la dura confrontación por gestionar Ciudadanos. Edmundo Bal, con el control no solo del grupo parlamentario, sino de algunos territorios, postulaba un cambio importante en la acción política, más alejado del PP. La lucha no fue gratis para la vicealcaldesa de Madrid. En la refriega, vio cómo dos de sus concejales se apuntaban al bando contrario. Especialmente doloroso fue el caso de Santiago Saura, concejal presidente del distrito de Retiro y delgado para asuntos de internacionalización y cooperación del Ayuntamiento de Madrid.

Saura tenía a cargo una de las principales competencias, de las más vistosas, que quedaron bajo el ala de ciudadanos en el pacto de Gobierno que llevó a José Luis Martínez-Almeida a la alcaldía de la capital de España. Villacís se enfrentaba en esos momentos a una complicada crisis, una traumática fractura en su equipo de 11 concejales. Dos de ellos, Sofía Miranda y Ángel Niño, portavoz adjunta y tesorero respectivamente, dimitieron de sus puestos, en clara rebeldía contra la vicealcaldesa. No eran los únicos que están en contra de la gestión del grupo que ha hecho Villacís. Los rumores de concejales que se quieren ir con el PP son constantes desde casi el arranque de la legislatura. Ahora entre los concejales hay la seguridad de que algún nombre sí va a ir en las listas del alcalde Almeida.

Sofía Miranda, que es la delegada de Deportes del Ayuntamiento y Ángel Niño, responsable de Innovación, son las dos caras visibles del descontento. Tras una tensísima reunión en Cibeles, ambos dimitieron de sus cargos directivos en el Grupo Municipal. Begoña Villacís se apoyaba en su lugarteniente, Mariano Fuentes (concejal de Desarrollo Urbano) y en Santiago Saura para los cargos de portavoz adjunto y tesorero. Los dos eran casi los principales ejecutores de uno de los proyectos más queridos de la vicealcaldesa, el Bosque Metropolitano, que avanza con dificultades.

Los movimientos de Villacís dieron pie a otra de esas reuniones de alta tensión entre concejales. En medio de las peticiones de explicaciones y los reproches, la vicealcaldesa, una mujer poderosa que no tiene problema en llevar la voz cantante y liderar, se quebró al menos dos veces, según los testimonios que ha podido recabar MONCLOA.COM

Los hechos se aceleraban: Isabel Díaz Ayuso daba un portazo, el aparato de Génova otro, y el fichaje quedaba depreciado hasta el punto de que iba dejando de ser interesante para el PP según pasaban las horas.

Paralelamente, Santiago Saura y Edmundo Bal, derrotados en la pelea del partido, preparaban su revancha. El concejal está preparando su candidatura a las primarias para disputarle a Begoña Villacís el número uno en la lista al Ayuntamiento. Y, algo impensable hace solo una semana, ahora mismo tiene más votos a favor que ella. Villacís, que pudo ser alcaldesa (la izquierda le ha ofrecido varias veces el bastón de mando), puede verse temporalmente fuera de la política si pierde esas primarias.

En Ciudadanos se ha visto el movimiento de Villacís como una traición. Primero fueron los vocales vecinos, cargos municipales nombrados por los partidos en cada distrito, los que mostraron airadas reacciones a la filtración de las ideas de la vicealcaldesa. El hecho de que tardara más de una hora en dar explicaciones, no hizo sino aumentar la indignación.

Luego han sido sus compañeros de candidatura en Ciudadanos, Patricia Guasp y Adrián Vázquez, los que han dejado claro que la estrategia de Ciudadanos no va a ser diluirse como corriente en el PP, la idea que Villacís ponía sobre la mesa. Quienes no se han pronunciado de momento han sido Inés Arrimadas, la más cercana a la vicealcaldesa en Ciudadanos, ni Mariano Fuentes, su lugarteniente municipal, ambos en un brete ahora mismo.

DUDAS CON EL FICHAJE DE VILLACÍS

Luego está el otro bando, los presuntos fichadores de Begoña Villacís. “Interés cero”… Isabel Díaz Ayuso fue tan contundente como suele serlo. Considera que ya se llevó lo mejor de Ciudadanos con el fichaje de Marta Rivera de la Cruz como consejera de Turismo. También algunos cargos intermedios de Ciudadanos pueblan la escala política de la administración autonómica. Ayuso y Villacís, que en cierto momento tuvieron sintonía, ahora mismo están en las antípodas de la simpatía entre ellas. En su día las unió su mala opinión sobre Ignacio Aguado, enemistado con ellas en el Ejecutivo madrileño y en el orden interno de Ciudadanos. Pronto cualquier sintonía desapareció.

El problema para Begoña Villacís es que Ayuso es la presidenta del PP de Madrid, con competencia casi absoluta en la elaboración de las listas. Ayuso está escarmentada de la operación de Pablo Casado y su entorno con Toni Cantó, un fichaje que no pudo empezar peor (su candidatura quedó impugnada por no estar empadronado en Madrid), siguió de mala manera en la Oficina del Español, y ha acabado con el actor presentando un programa en el canal de Marcos de Quinto.

No cabe duda de que el alcalde Almeida tendrá bastante que decir en la elaboración de su lista al Ayuntamiento. Más que nada porque de ahí derivará su equipo, ya que no puede nombrar delegados de las áreas a nadie que no sea concejal electo. ¿Quería Almeida a Villacís a su lado? La lealtad institucional de Villacís en momentos clave, como la moción de censura o el caso mascarillas, sin duda es un valor. Así lo destacó ayer el mismo Feijóo en una entrevista. Sobre lo demás, Martínez-Almeida es absolutamente hermético públicamente. Sí es notorio que se siente a gusto con algún concejal de la formación naranja.

Los conocedores de las proyecciones demoscópicas del PP ponen en duda la necesidad de aportar el talento de Begoña Villacís. El alcalde Almeida llegó a cuestionar en una entrevista reciente que la opción de Ciudadanos llegara “a los 70.000 votos”. Las proyecciones que llegan a Génova hablan de una casi mayoría absoluta. La elección a alcalde de Madrid posiblemente vaya a estar reñida, porque el precedente es una victoria de Manuela Carmena en 2019. La izquierda está activando todos sus resortes y ha empezado fuerte, con el Consejo de Ministros en su arsenal. Y disfrutando de cómo Ciudadanos, una piedra en su zapato, se está autodestruyendo.