El proceso de reconciliación de España con Venezuela avanza, como dirían dentro del chavismo, «a paso de vencedores», y muestra de ello es que esta semana el recién nombrado embajador de España en Caracas, Ramón Santos, se volvió a reunir con miembros del régimen de Nicolás Maduro; específicamente con el recién nombrado canciller Yván Gil, en el marco del restablecimiento de las relaciones entre esos dos países, tal como lo señaló el funcionario chavista a través de su cuenta de Twitter.
«Productivo encuentro con el embajador de España en nuestro país, Ramón Santos Martínez, con quien trazamos líneas de trabajo en aras de afianzar los asuntos de interés bilateral y multilateral en el escenario iberoamericano, como los instruyó nuestro presidente Nicolás Maduro», escribió el funcionario chavista en su cuenta de Twitter.
El chavismo trabaja arduamente en la plena reconciliación con España, como parte de la estrategia de una plena reactivación de la diplomacia en Venezuela y establecer contactos con la Unión Europea para que reciban al líder del régimen venezolano, que había sido desconocido como presidente por al menos 52 países, tras las elecciones de 2018.
El proceso de reconciliación se reactivó gracias a las diligencias del Ministerio de Asuntos Exteriores, y su titular, José Manuel Albares, que ya desde septiembre del año pasado se dejó ver con el canciller de Venezuela, Carlos Faría, en el marco de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y se ha sellado con el nombramiento de los embajadores de ambos países, después de una relación que estuvo rota desde 2019.
Este encuentro con el canciller Yván Gil ha sido el segundo encuentro del embajador Ramón Santos con miembros de régimen chavista en menos de 15 días, pues el pasado 25 de enero estuvo en el Palacio de Miraflores, en Caracas, reunido con el propio Nicolás Maduro para entregar las credenciales que lo acreditan como embajador del Reino de España ante Venezuela.
A la par de este encuentro en Venezuela, en España la embajadora de Venezuela, Coromoto Godoy, también entregaba sus cartas credenciales ante el Ministerio de Asuntos Exteriores para formalizar su designación como representante diplomática ante el Reino de España, después de más de dos meses que tardaron en concretar la reconciliación.
Santos Martínez estuvo en Venezuela durante los últimos tres años, como encargado de negocios de España, tras la expulsión del embajador Jesús Silva Fernández en 2018, después que la Unión Europea anunciara el paquete de sanciones contra un grupo de funcionarios del régimen chavista y que el dictador venezolano señalara a España de cometer continuas agresiones y actos injerencistas contra el país suramericano.
Desde esa época las relaciones entre Venezuela y España era casi inexistentes y tras el nombramiento del exdiputado Juan Guaidó como presidente interino del país caribeño en el año 2019, España había sido uno de los 52 países que lo reconoció y que desconocían a Nicolás Maduro como presidente del país.
Sin embrago, tras más de tres años sin conversaciones, finalmente Venezuela comenzó a mover sus fichas para retomar el diálogo con España, y en especial con el Gobierno socialista de Pedro Sánchez, como puerta hacia la Unión Europea y fue así como desde finales del año pasado la diplomacia chavista orquestó su estrategia, primero enviando a Glenna Cabello, la hermana del número dos del régimen, Diosdado Cabello, como cónsul de Venezuela en Bilbao, para suavizar la tensión que había dejado el intento de la vicepresidenta del régimen, Delcy Rodríguez, de ingresar a territorio europeo, en enero de 2020.
Luego fraguaron el encuentro con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en la cumbre de la OEA, en septiembre del año pasado y posteriormente Nicolás Maduro tomó la decisión de enviar a España como embajadora a una de sus fichas más cercanas, Coromoto Godoy.
A la par de todos estos movimientos, regresó a Venezuela Yván Gil, quien también estuvo en España como encargado de negocios durante lo últimos tres años, pero ahora con el cargo de canciller, para asumir la responsabilidad, junto a la embajadora, de lograr que el dictador venezolano sea reconocido por toda la Unión Europea y que en un futuro lo puedan recibir en la región.
De hecho, ya el Parlamento Europeo fue consultado, por el eurodiputado Leopoldo López Gil, sobre la posibilidad de que Nicolás Maduro acuda en julio a la cumbre de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), que se celebrará en Bruselas.
Hasta ahora, la estrategia chavista en España les ha dado resultado y la primera victoria ha sido la aceptación de Coromoto Godoy como embajadora, sabiendo que la funcionaria es una enviada directa de Nicolás Maduro.