Juicios y «persecuciones»: así son las «represalias» que vive un ex testigo de Jehová

«Los testigos de Jehová nos esforzamos por practicar el cristianismo que Jesús enseñó y que los apóstoles siguieron». Con estas palabras se presentan los Testigos de Jehová, una organización centenaria que cuenta con cerca de nueve millones de fieles en todo el mundo. Considerada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos como una religión, los Testigos de Jehová parecen no haber nunca abandonado la polémica, siendo muchos los que han criticado a este grupo coercitivo. Entre ellos, Gabriel, un ex testigo de Jehová que ha explicado cómo está siendo su experiencia a Moncloa.com, después de cuatro años fuera de la organización.

Sin duda, una de las organizaciones religiosas más conocidas en todo el mundo es la de los Testigos de Jehová. Un grupo religioso que, tal y como destacan desde su propia página web, ofrece a todos aquellos que se acerquen a su institución una percepción distinta a la ofrecida por la Iglesia católica sobre el cristianismo y la Biblia. Una percepción que, según ellos mismos destacan, fue fundada por el propio Jehová, que llamó a los cristianos «de la oscuridad a su luz maravillosa».

«Cuando los estudiantes de la Biblia descubrieron la oscuridad religiosa en la que el mundo estaba inmerso desde hacía siglos su fe en Dios los llevó a librarse de las enseñanzas falsas y a llevar la luz de la verdad a la humanidad» destacan. Una imagen de verdad y un camino de luz que, sin embargo, parece ser muy distinto al que experimentaba un testigo de Jehová, Gabriel, que ha hablado con Moncloa.com casi cuatro años después de haber salido del grupo coercitivo, asegurando que lo vivido ha sido «un horror».

ASÍ FUE SU EXPERIENCIA COMO TESTIGO DE JEHOVÁ

«Una cosa es lo que se pone a la vista del público; una fachada de amabilidad» asegura Gabriel en conversaciones con este diario. Una imagen idílica que, sin embargo, parece estar muy lejos de la realidad que ha vivido él dentro de la entidad. «Realmente, todos están adoctrinados».

Un «adoctrinamiento» que parece mantenerse también dentro de la propia organización, donde, según el ex testigo de Jehová, él mismo sufrió abusos sexuales por parte de un anciano muy conocido dentro de la red de Madrid desde los 12 hasta los 16 años. «No se lo dije a nadie por miedo. Si no tienes al menos dos testigos oculares de un «pecado», no hacen nada» lamenta ahora Gabriel en conversaciones con este diario.

Un calvario adolescente ante el que el joven no contó con apoyo alguno de la comunidad, siendo él mismo el que, confiando en las creencias de la congregación, decidía «dejar en manos de Jehová» la situación vivida de abusos sexuales durante cuatro años.

Un sufrimiento que continuaba poco después, cuando se producía el fallecimiento de su madre, perteneciente también a la congregación de los testigos de Jehová, tras negarse a recibir una transfusión de sangre. Eventos que llevaban a Gabriel, el 1 de marzo de 2019, a abandonar los Testigos de Jehová.

LA «PESADILLA» CONTINÚA CUATRO AÑOS MÁS TARDE

Una salida de la agrupación que pronto se convertía en un «calvario» para él. «Te matan socialmente» ha asegurado Gabriel en conversaciones con Luis Santamaría, investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas. Y es que, a pesar de que desde la asociación se asegura que es una «decisión personal», lo cierto es que cuando un «apóstata» se separa de la organización, prácticamente pierde de forma automática todas sus conexiones sociales. Algo que le sucedía a Gabriel con su propio padre, recientemente fallecido, que decidía dejar de dirigirle la palabra en los primeros tiempos tras su salida de los Testigos.

Consecuencias de su salida de la agrupación que el ex testigo de Jehová sigue sufriendo actualmente, casi en el cuarto aniversario de este momento. Así pues, Gabriel se enfrenta ahora a un juicio contra los Testigos de Jehová, los cuales no han dudado en denunciarle por una violación de «derecho al honor». Denuncia que ha sido consecuencia directa de las acciones comunicativas de Gabriel, que no ha dudado en publicar, a través de las redes sociales, las prácticas de la agrupación religiosa, así como textos y documentos redactados desde la propia agrupación.

«Quieren silenciarnos a través de denuncias» ha lamentado Gabriel quien, sin embargo, ha asegurado que no tiene «ningún miedo» a la asociación. «Todo lo que publico es cierto. Mucho sale de sus revistas y libros; pero ellos dicen que son inventos» ha asegurado. Una lucha de Gabriel que también está viviendo en primera persona la Asociación de Víctimas de los Testigos de Jehová, que fue también denunciada debido a que desde la agrupación se intentó que retiraran la palabra «víctimas» del nombre de la asociación. «Quieren prohibirnos hasta nuestra forma de sentirnos. Sobre los abusos, los maltratos, las consecuencias de las expulsiones» lamentan.

Una realidad tras su salida de los Testigos de Jehová que hace que, cuatro años después de su salida de la agrupación religiosa, Gabriel reciba a este medio con una complicada realidad: «voy día a día» ha asegurado. Una realidad que esconde detrás que, cuatro años después, el ex testigo de Jehová sigue arrastrando las consecuencias de haber pertenecido a la asociación, a través de denuncias y aparentes hostigamientos por parte de los que, hasta 2019, eran sus «hermanos» de congregación.