Así acosaba Mónica Silvana a sus asistentes: «Hemos sufrido psicológicamente»

La eurodiputada Mónica Silvana «no sabía» diferenciar lo personal de lo profesional. Este es el resumen de los asistentes que sufrieron el acoso psicológico por el que ha sido sancionada la parlamentaria socialista. El PSOE no la recuperará de ninguna de las formas, pero ahora que se han filtrado los detalles de cómo acosaba presuntamente a sus trabajadores, en Ferraz tienen más claro que nunca que no debe tener hueco en el partido. De hecho, ni siquiera hay ya ningún valedor de Silvana. Y más después de estas declaraciones que se han dejado ver en EFE. «Hemos sufrido personalmente, psicológicamente y económicamente. Ella no sabía diferenciar lo del despacho de lo personal», ha explicado una de las asistentas a la agencia. «Es maleducada y agresiva en el trato», detallan los afectados.

La europarlamentaria no tenía una buena relación con sus asistentes. Ella sí que cobraba un buen salario, el problema es que su obsesión, según cuentan fuentes del PSOE, por ascender en el partido «a toda costa». Según estas declaraciones, Silvana habría presuntamente humillado  «personal y profesionalmente» a algunos de sus tres asistentes de forma recurrente, tal y como han relatado las propias víctimas. El resumen no es nuevo. De hecho recuerda a unas acusaciones que cayeron sobre la ministra de Igualdad hace poco. Estos trabajadores han relatado que les utilizaba como  «ayundantes personales» para sus cuestiones en muchos casos no relacionadas con las labores o competencias del Parlamento Europeo. Y, por supuesto, en más de una ocasión, «fuera de horario», tal y como cuentan en el artículo los afectados.

«Me hizo llorar en más de una ocasión, algunas delante del equipo. Era un lloro de impotencia porque mi educación me impedía tomarme las licencias que ella se tomaba para hablarme de esa manera», ha detallado una de las afectadas a EFE. Estos asistentes han relatado que también le transmitieron a Silvana su falta de comodidad en el puesto y todos los problemas que veían en este supuesto, pero la eurodiputada no dio su brazo a torcer. Había mucho que hacer si se quería crecer en el partido. En Ferraz, fuentes del partido han relatado a MONCLOA.com que no es nueva la ambición de Silvana ni es nueva su pretensión de venderse especialmente en la prensa latinoamericana.

todo el mundo miró para otro lado

«La sensación que me queda es que cuando yo pedí ayuda antes de que se extinguiera mi contrato todo el mundo miró para otro lado. Me fue muy difícil encontrar otro trabajo. Eres una víctima y tienes que demostrar que lo eres, cuando debería ser al revés. Hasta con las familias a veces es complicado que te entiendan», comenta una de las afectadas por el presunto acoso de Silvana, por el que ha recibido la mayor sanción del Parlamento Europeo en este supuesto.

La eurodiputada se defiende como puede. El problema es que en el partido están visiblemente molestos con la actitud de una parlamentaria que ha ascendido, según fuentes del partido, gracias a la buena relación que mantenía con José Manuel Franco, uno de sus principales valedores. Ahora está sola y en el PSOE de Madrid, donde ella misma creía que podría recaer, no la quieren ni en pintura, tal y como han confirmado fuentes de esta delegación del partido a MONCLOA.com. El resultado para Silvana es que muy probablemente tendrá que buscarse la vida fuera de la política dado que el hecho de ser la única europarlamentaria socialista que ha sido sancionada por acosar a sus asistentes no es un buen galón con el que tirar hacia delante.

Mónica Silvana no tenía muchos amigos en el partido, algo que se ve ahora que está en horas bajas. No ha habido absolutamente ningún socialista que haya dado la cara por ella. De hecho, empiezan a dejarse ver algunos comentarios despectivos sobre su labor profesional que no ayudan a la idea de que vaya a sobrevivir en el PSOE. Ni José Manuel Franco ha levantado la voz por ella, una noticia que ha apenado a la socialista más ambiciosa del parlamento, tal y como la denominan algunos de sus propios compañeros.