Defensa «ningunea» las guardias militares: ni rastro de los 5.000 euros que sí cobran los médicos

El Ministerio de Defensa ha sido uno de los grandes «beneficiados» de las modificaciones que se han realizado en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2023, en comparación con los del ejercicio anterior. Aumento del presupuesto de gasto militar que, sin embargo, no hará que los integrantes de las Fuerzas Armadas mejoren sus condiciones económicas. Así pues, las retribuciones militares seguirán siendo irrisorias, siendo los propios profesionales de las Fuerzas Armadas los que, ahora, lamentan que el Ministerio de Margarita Robles siga sin poner en valor su trabajo, equiparable en algunos aspectos al realizado por otras profesiones públicas como bomberos o médicos.

Tras el estallido del conflicto armado entre Ucrania y Rusia, las principales organizaciones internacionales, como es el caso de la OTAN, así como gran parte de los países que la integran, decidían reforzar sus institutos armados, de cara a estar preparados ante una posible amenaza internacional, como la proferida por el Kremlin en los primeros momentos de ayuda internacional a Ucrania. Una situación en la que el Gobierno de España no dudaba en comprometerse con los países aliados a aumentar su presupuesto de Defensa, hasta alcanzar un 2% del PIB en gasto militar de cara a 2029.

Un aumento que ha llevado al ministerio de Margarita Robles a disponer de un Presupuesto de cara a 2023 que alcanza los 12.825 millones de euros, lo que supone «un aumento de inversión en políticas destinadas a Defensa del 25,8% respecto del año 2022». Un presupuesto que, sin embargo, no irá destinado a favorecer las remuneraciones que reciben los profesionales de las Fuerzas Armadas. Militares que ahora no han dudado en compararse con otras profesiones públicas, lamentando que sus guardias militares no reciban la misma «compensación económica» que las de otros profesionales, como los médicos públicos o los bomberos.

LAS RETRIBUCIONES MILITARES, FUERA DE LOS PRESUPUESTOS

Así pues, la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas, ASFASPRO, no ha dudado en defender los intereses económicos de los militares frente a las intenciones de Margarita Robles con respecto a los Presupuestos de 2023, destacando que «no hay nada positivo» en las remuneraciones militares en este año recién comenzado, a pesar del evidente aumento de presupuesto que ha vivido el departamento de Defensa.

En concreto, el silencio del Ministerio de Defensa, así como del actual JEMAD, el Almirante General Teodoro E. López Calderón, sobre las retribuciones militares en 2023, ha hecho saltar todas las alarmas entre estos profesionales, que han podido comprobar que, mientras que el desarrollo de la industria nacional de defensa está entre los principales objetivos del equipo de Robles, las remuneraciones militares siguen brillando por su ausencia.

«El almirante general analiza los diferentes capítulos que componen el presupuesto de Defensa, explicando los incrementos de los mismos y a qué se va a dedicar ese esfuerzo, destacando el 60% de aumento del Capítulo 6, el relativo a las inversiones, resaltando el desarrollo de la industria nacional» destacan desde ASFASPRO. Unas explicaciones extensas sobre el gasto en industria que contrastaban con el «mínimo espacio» de explicaciones de gasto de personal y retribuciones militares, que, tal y como destacan desde la asociación, deja un «panorama sombrío» para los profesionales, que ya ven que no habrá grandes cambios en sus nóminas durante los próximos meses, a pesar del incremento del 25% en el Presupuesto de Defensa.

Una situación que, tal y como lamentan desde ASFASPRO, lleva tiempo produciéndose, haciendo que, tal y como advierten desde la asociación, al Ministerio de Defensa cada vez le resulte «más difícil captar al personal de alta calidad».

LAS GUARDIAS MILITARES, SIN REMUNERACIÓN ECONÓMICA

Personal altamente capacitado que no optará por ingresar en las Fuerzas Armadas, tal y como lamentan desde las asociaciones militares, debido, no sólo a los bajos salarios iniciales, sino también a la falta de remuneración ante actividades como las guardias militares. Guardias que son altamente remuneradas en el campo civil, pero que dentro de las Fuerzas Armadas no están contempladas.

«Los médicos gallegos3 pueden, además del sueldo, cobrar hasta 5300€ más al mes si realizan guardias en los puntos de atención continuada: la disponibilidad se compensa con 230€ diarios, las guardias de 7 horas con 250€ cada una, las de 17 horas con 611€ y las de 24 horas
con 862€. ¿Cuánto cobran los militares por hacer guardias de 24 o 72 horas? Cero coma cero euros» lamentan desde ASFASPRO. Una realidad que muestra que, mientras las guardias sanitarias en el personal civil suponen cerca de 5.000 euros de ganancias mensuales, en el caso de las guardias militares, son una obligación no remunerada.

Algo que sucede también en el caso de los bomberos, en comparación con unidades militares especializadas en emergencias, como es el caso de la UME. «Los militares, especialmente los destinados en la Unidad Militar de Emergencias, son utilizados como si fueran bomberos en incendios y en múltiples situaciones que implican riesgo, pero ese esfuerzo es correspondido de forma diametralmente opuesta» destacan públicamente desde las asociaciones militares.

«Por ejemplo, los bomberos del Consorcio Provincial de Cádiz trabajan unos 65 días al año,
a turnos de 24 horas, lo cual significa realizar 1560 horas de servicio. A cambio, un bombero –subgrupo C1 de la Administración- que esté en la media -15 años de servicio- percibe 2400€ netos en 14 pagas al año. Si tenemos en cuenta que en las Fuerzas Armadas un subteniente con 35 años de servicio no llega a esa cantidad, siendo de una categoría profesional superior –subgrupo A2-, por una jornada anual teórica de 1642 horas, a las que hay que sumar las guardias, extensiones de jornada, maniobras de duración indeterminada de varios días a varias semanas fuera de casa, en total centenares de horas de más por las que no reciben ni un miserable euro, la comparación es odiosa» lamentan.

Situación que hace que, a pesar de la relevancia que las unidades de las Fuerzas Armadas tienen en estos momentos de emergencia internacional, tanto con el terremoto de Turquía como en la guerra de Ucrania, los militares sigan siendo los profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado peor remunerados, «sustituyendo» el Ministerio de Defensa el aumento de los salarios por el reconocimiento de la «vocación» de estos profesionales de las Fuerzas Armadas.