El “mercadeo” de una plaza de subinspector devuelve el espíritu del «caciquismo» a un pueblo madrileño

Una plaza para subinspector de policía en Collado Mediano, un municipio de la sierra madrileña, ha puesto patas arriba el pueblo. Todos los partidos políticos de la villa creen que el «caciquismo» se ha apoderado del municipio (para variar) y consideran que no se está ofertando el puesto de forma completamente «legal». La mala noticia es que la propia alcaldesa, Irene Zamora, llamó a la Policía Local a la que tan molesta tiene con su gestión municipal, para que expulsara del pleno a cualquier periodista que se excediera con asuntos como «grabar el acto», tal y como cuentan fuentes del Ayuntamiento de Collado Mediano.

Desde el Partido Popular entienden que es la pareja de una concejala socialista, quien ya ejerce de policía municipal en el pueblo, el que quiere el puesto, tal y como han asegurado a MONCLOA.com fuentes del Consistorio; pero la realidad es que este agente se presentó solo para entorpecer el proceso precisamente por considerarlo “oscuro”. Y desde las formaciones de la oposición consideran que en realidad es un presunto «amaño» orquestado por la alcaldesa, Irene Zamora, y el teniente alcalde, José Antonio Blasco, para darle la plaza a un agente que fue «cazado» junto a los dos representantes del Ayuntamiento de Collado Mediano en una conversación privada en la que trataban el asunto de la plaza.

Las acusaciones caen por todos los lados, pero no se soluciona el problema de fondo. En el Partido Popular tienen claro que todo lo están haciendo según la ley. Tanto es así, que el problema ha llegado a altas instancias del PP de Madrid e Irene Zamora ha conseguido convencer a sus interlocutores de que todo está en orden (hablamos, por supuesto, de autoridades populares). El problema es que en la oposición no lo ven tan claro. Recientemente pillaron en un despacho a puerta cerrada a la alcaldesa, Irene Zamora, y al tachado como «polémico» teniente alcalde del municipio, José Antonio Blasco, con uno de los presuntos aspirantes al cargo. Desde el PP insisten en que esta persona no se ha presentado al concurso para obtener la plaza, pero lo cierto es que esa reunión era precisamente para tratar ese tema. Este policía, de origen majariego, estaba interesado en el puesto de subinspector, pero al final no parece que haya salido el plan como esperaba.

En Collado Mediano están acostumbrados, al menos según cuentan algunos de los concejales, a tener un funcionamiento peculiar. No es raro ver como empleados municipales a buenos amigos de los concejales «de toda la vida» que no tienen necesariamente una experiencia dilatada o una preparación académica para el cargo que desempeñan, según cuentan fuentes del Ayuntamiento. Pero la plaza de subinspector ha levantado más curiosidad de la que la propia Zamora se esperaba. El contraataque del Partido Popular de la región es sencillo: tocar la vida personal de una concejala (y portavoz) del PSOE. Desde la oposición y desde la propia Policía Municipal el sentir es bien distinto: creen que Irene Zamora y sobretodo el teniente alcalde están «amañando» presuntamente el proceso para darle la plaza a alguien conocido. Pero el PP se defiende mirando a la pareja de una concejala.

La pareja de Celia Garrido es policía municipal en el pueblo. Y es de los que tienen más capacidad de «mando», según cuentan en el Consistorio y según cuentan desde el PP. El problema es que desde el Partido Socialista aseguran que su pareja no tiene ninguna pretensión al cargo porque, entre otras cosas, no tiene galones suficientes como para optar a él ni quiere hacerlo. Pero tal y como ha podido comprobar este medio, sí se presentó (aunque luego cayera por no cumplir los requisitos para el puesto). Pero la razón real por la que he lo hizo era por entorpecer el proceso dado que sabía que había algo que no funcionaba como debía. Sea como sea, es el argumento que esgrimen desde el PP para quitarse la presión de este polémico encuentro de la alcaldesa y el teniente alcalde con un aspirante al cargo que fue precisamente interrumpido por un agente municipal entre gritos. El escenario es tan peculiar que en este pueblo de poco más de 7.000 habitantes han ido a parar tanto Onda Cero, como la SER como RNE.

La relación entre la Policía Municipal y el Ayuntamiento de Collado Mediano está peor que nunca. Tal es el grado de mal ambiente profesional que incluso Irene Zamora prefirió colocar unos muebles propiedad del municipio en unas plazas de aparcamiento antes que cedérselos a los agentes, quienes dejaban sus vehículos en plena calle. Ahora desde un sindicato de policías municipales le han exigido a la alcaldesa explicaciones sobre lo ocurrido con este polémico aspirante, pero el Consistorio se niega a responder. Vox, Podemos, PSOE y algunos partidos independientes se han plantado frente a un PP que mantiene una forma de funcionar más peculiar de lo esperado.