Ayuso pone en el punto de mira a los siguientes a defenestrar: David Pérez y Carlos Izquierdo

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, está siendo sutil y paciente con la defenestración de los «traidores» a su causa. El primero en caer ha sido el más complicado y peligroso: el consejero de Justicia e Interior, Enrique López, quien ha abandonado el PP como militante y quien ha comunicado su intención de dejar la política tras saber que Ayuso había perdido la confianza en él. El problema es que ahora a quien el toca es a David Pérez, consejero de Transportes, y Carlos Izquierdo, consejero de Transformación Digital. Ambos saben que su «casadismo» les saldrá caro. Y saben que es probable que no lleguen a las elecciones de mayo.

Carlos Izquierdo y David Pérez están tensos, pero desde hace meses. Sabían que tarde o temprano llegaría la venganza de Ayuso, pero no se esperaban que no fueran a aguantar hasta las elecciones autonómicas. Los dos consejeros son el próximo objetivo, según fuentes de Sol que aseguran que además ha sido la propia presidenta de la Comunidad de Madrid la que ha tomado las riendas de los cambios internos dejando a un lado y apartado a su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. La sensación en las consejerías es de fin de ciclo porque saben que están bajo el mando de dos consejeros que están marcados y señalados desde el mismo momento en el que cayó Pablo Casado.

Ayuso ha tomado el control de los cambios internos, pero la mayoría se esperaba que lo fuera a hacer con las elecciones municipales y autonómicas de mayo, no ahora. Enrique López, sin embargo, se ha adelantado considerablemente a los planes de la presidenta y ha anunciado que deja la militancia antes de que Ayuso le fuera a defenestrar en público. Enrique López mantuvo una estrecha relación con Pablo Casado, con paseos a Génova incluidos, en la que intentó dejarse querer para un hipotético Gobierno casadista. La apuesta no solo le ha salido mal, sino que le ha costado su trayectoria política. Y ahora le toca a Carlos Izquierdo y a David Pérez, a quienes ni siquiera les han dejado hueco en las listas municipales de ningún lado.

El caso de David Pérez es especialmente sangrante para el consejero porque se esperaba que le reciclaran en Alcorcón. Para este alto cargo de la Comunidad de Madrid, todos los asuntos relacionados con este municipio son especialmente motivadores, pero Ayuso le ha querido apartar de cualquier esperanza de sobrevivir en el PP de Madrid. En calidad de presidenta, sabe que David Pérez también se mantuvo leal a Pablo Casado desde el minuto uno. Y sabe que no tendrá ningún tipo de proyección en el partido porque así lo quiere la líder de la Comunidad de Madrid.

Con Carlos Izquierdo el sentir es sensiblemente distinto. Con David Pérez se da por hecho que apostó por Casado, sin más. Pero con Carlos Izquierdo consideran que es uno de esos dirigentes populares que no solo traerá problemas (como los nexos y las ayudas que está dejando ver con David Erguido, procesado en el caso Púnica), sino que es un superviviente que siempre maniobrará según sus propios intereses. La sensación de que es una «veleta», tal y como le califican fuentes del PP, es tan fuerte en Sol que ya nadie confía en que Carlos Izquierdo vaya a sobrevivir más de la cuenta.

Hay fuentes de Sol que insisten en que Ayuso dará tregua a estos consejeros hasta las elecciones, pero otros creen que esto no será así porque desde la presidencia estarían presionando sobremanera a estos populares para que dejaran cuanto antes su cargo.