España refugia a dos de los verdugos que llevaron a la cárcel a Leopoldo López hace nueve años

Esta semana se cumplen nueve años desde que comenzó en Venezuela la revuelta conocida como «La Salida», que llevó a la cárcel al político Leopoldo López, solo por haber convocado a una manifestación que culminaría a las puertas de la Fiscalía General de la República y que acabó con dos personas muertas. La paradoja es que ahora España es el refugió de dos de los exfuncionarios del chavismo que fueron protagonistas de aquel episodio, por la represión que ejercieron contra los manifestantes venezolanos. Se trata de Luisa Ortega Díaz, quien para ese entonces era la fiscal general de la República y de Miguel Rodríguez Torres, que para entonces estaba al frente del Ministerio del Interior y Justica.

Aquel 12 de febrero en el que comenzó todo, el primer muerto fue Juan Montoya, chavista y líder de los colectivos armados que falleció por un disparo que recibió en la cabeza. El segundo muerto fue Bassil Dacosta, un joven de 23 años que también recibió un disparo en la cabeza cuando participaba en la manifestación convocada por la oposición.

Las responsabilidades de estos hechos recayeron de inmediato contra Leopoldo López, quien fue juzgado y sentenciado a 13 años y 9 meses de prisión por los delitos de instigación pública, daños a la propiedad, incendio intencional y asociación para delinquir, pero el mismo 12 de febrero de ese año, la entonces fiscal general de Venezuela, que ahora pide asilo en España, le atribuía al político la responsabilidad por la muerte de las dos primeras personas que fueron asesinadas en la protesta, así como de los daños ocasionados a la sede del Ministerio Público.

Pero además, las autoridades venezolanas se ensañaron contra López, pese a que las propias investigaciones de los de cuerpos de seguridad del Estado determinaron que los disparos hechos contra las primeras víctimas de las protestas de aquel 12 de febrero fueron hechos nada menos que por uno de los escoltas del entonces ministro Miguel Rodríguez Torres, en la época en la que todavía tenía poder dentro del chavismo, pues ahora está refugiado en España, después de haber estado preso durante casi cinco años, tras haberse rebelado contra el régimen de Nicolás Maduro.

A Leopoldo López pretendieron atribuirle la autoría intelectual de las 43 muertes ocurridas en Venezuela durante las protestas de 2014, solo por el hecho de haber sido el líder político que se puso al frente de las movilizaciones contra el régimen de Nicolás Maduro y la crisis económica que había en el país suramericano en ese momento.

Sin embargo, años después de que el líder político venezolano estuviese preso, dos de sus verdugos terminaron también enfrentándose a la dictadura de Nicolás Maduro. Primero el exministro Miguel Rodríguez Torres, quien fue separado de su cargo al frente del Ministerio del Interior y Justicia y posteriormente detenido y encarcelado por estar conspirado contra el dictador venezolano. Pasó casi cinco años en prisión, hasta que hace tres semanas fue liberado, gracias a las gestiones del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que logró que lo liberaran y gestionó su traslado a España, con una residencia por razones humanitarias.

En el caso de la ex fiscal Luisa Ortega Díaz, quien tras caso 10 años trabajando para el régimen venezolano, fue destituida de su cargo en el año 2017 y desde entonces se refugió en Colombia, donde obtuvo la protección de las autoridades de ese país, tras romper con el régimen de Nicolás Maduro, pero al parecer, la vida en Colombia no le fue del todo grata y optó por viajar a España para tramitar un asilo político.

Un de las primeras cosas que soltó Luisa Ortega Díaz en su defensa, es que justo en el caso de Leopoldo López, había recibido presiones del número dos del chavismo, Diosdado Cabello, para responsabilizar al político venezolano por las protestas de 2014. Ortega Díaz hizo estas declaraciones en 2018, un año antes de que el líder político venezolano hubiese podido escaparse de la casa por cárcel a la que lo tenía sometido el régimen de Nicolás Maduro.

Leopoldo López ha sido el primero de los tres en llegar a España, pero ahora dos de sus verdugos están en la misma ciudad, disfrutando de la libertad que a él le fue negada en su propio país, y que lo obligó a vivir en el exilio.

Nueve años después de aquellos hechos, la situación en Venezuela solo se ha agravado. Todavía hay más de 300 presos políticos del régimen de Nicolás Maduro y casi una década más tarde la crisis política en el país es exactamente la misma: una dictadura que tiene el poder y el control absoluto del país, un liderazgo político opositor venido a menos, y dos verdugos y muchas de sus víctimas viviendo el exilio en el mismo.