Moncloa decide que ‘quemará’ a Santos Cerdán tras los malos resultados electorales

El director de gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha conseguido convencerle de no repetir el error que cometió su predecesor en el cargo, Iván Redondo. Tras una reunión entre Ferraz y Moncloa, es decir, entre Óscar López y Santos Cerdán, entre otros, han acordado que el equipo del presidente del Gobierno no se entrometerá en las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. Aún así, fuentes del PSOE dejan claro que la razón real por la que el equipo del líder socialista se quiere mantener al margen es para evitar las consecuencias de la crónica de una muerte anunciada. Los candidatos socialistas sufrirán la erosión del partido, pero Sánchez quiere desvincularse de ellos.

Esto recuerda a lo que hizo José Luis Rodríguez Zapatero en esas elecciones en las que entendió que la gente debía desahogarse con las municipales y las autonómicas para luego votar en las generales con más calma. El resultado fue nefasto, pero el PSOE está decidido a cometer exactamente el mismo error. A diferencia de lo ocurrido en los anteriores comicios, Moncloa se quiere mantener completamente al margen de todo lo que se haga en la elecciones autonómicas. Tanto es así, que se celebró hace una semana una reunión entre Santos Cerdán y Óscar López, entre otros (vamos, Moncloa-Ferraz) en la que trataron precisamente este punto tan controvertido.

La experiencia de Iván Redondo no es precisamente positiva. En las elecciones de la Comunidad de Madrid, el entonces jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tomó la decisión de fagocitar el control de la campaña. El resultado es conocido por todos: Isabel Díaz Ayuso rozó la mayoría absoluta; pero lo cierto es que Óscar López no quiere cometer los mismos errores y ha convencido a Sánchez para desvincularse de lo que pase en los comicios autonómicos, especialmente.

Que Juan Lobato obtendrá unos malos resultados es vox populi en el Ejecutivo. Y que María Reyes Maroto, ahora ministra de Industria, hará lo propio, también. Por todo esto, Óscar López entiende que es necesario que el presidente del Gobierno se mantenga en su burbuja y pueda echar balones fuera cuando pidan responsabilidades por la debacle electoral. Es la primera vez que Óscar López, según cuentan fuentes del Ejecutivo, no solo convence al presidente si no que consigue algo con lo que todos están de acuerdo, incluidos desde el PSOE de Madrid, una facción cada vez con tendencias más «independentistas» en cuando a la gestión se refiere. Moncloa no estará en la campaña ni en cuestiones de mando, pero sí en cuanto a las listas y a la elección de los candidatos.

Así pues, quien tendrá que asumir todas las responsabilidades y quien se llevará el golpe en cuanto llegue el resultado electoral no es otro que Santos Cerdán. Ahora mismo, no hay un solo candidato en el PSOE a lo largo y ancho de la geografía española que no tenga que obedecer las órdenes de Santos Cerdán, pero es un encargo envenenado. Esta pretensión busca dos cosas: la primera, que el secretario de Organización del PSOE asuma todas las responsabilidades tan pronto se conozcan los resultados electorales; y la segunda y no menos importante, que el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, salga lo más ileso posible de este batacazo que ya se prevé en todos y cada uno de los escenarios.

Moncloa tenía la idea de controlar las candidaturas. Al menos pusieron al cabeza de lista. Pero los últimos acontecimientos y sobretodo los sondeos internos que manejan en el PSOE han llevado a Óscar López a proponer hacer exactamente lo contrario a lo que hizo Iván Redondo. Que cada palo aguante su vela. Este es el mensaje que lanza Moncloa con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina que no pintan bien para el líder del Gobierno.