El excesivo «marcaje» de Félix Bolaños a Juan Lobato harta el PSOE-M

Es obsesivo. A cada paso que da el secretario general del PSOE de Madrid, ahí está el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Juan Lobato tiene un desafío por delante tremendo. Batir a Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, es prácticamente imposible, según detallan las encuestas. Pero hacer lo propio con Más Madrid no parece una tarea difícil si se hacen bien las cosas. Esta es la obsesión que tiene tanto Moncloa como Lobato, pero el problema es que el equipo de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, no se fía del secretario general del PSOE-M y ha pedido a Félix Bolaños que ejerza de candidato en funciones para evitar que Lobato meta la pata.

La obsesión de Moncloa por estar encima a cada segundo de Juan Lobato es tremenda. También estuvo presente con Ángel Gabilondo, pero el problema es que han hartado al nuevo PSOE de Madrid porque el entorno de Lobato tiene ganas de tener algo de autonomía. Hay fuentes de Ferraz que aseguran que Lobato se ha plegado desde el principio a las exigencias de Moncloa porque no quiere que nadie cuestione su liderazgo y su candidatura. Sin embargo, la obsesión de Félix Bolaños por marcar a Juan Lobato a cada paso que da por los municipios madrileños ha llamado la atención al entorno del secretario general hasta el extremo de que intentan buscar protagonismo «por otros lados». Si Juan Lobato quiere visitar la zona afectada por la línea 7B del Metro de Madrid, ahí está Félix Bolaños. Y si quiere caminar por la Gran Vía, ahí está también el ministro de Presidencia.

El marcaje es tan obsesivo que incluso ha salpicado a María Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo, quien tampoco se atreve a dar un paso por la Comunidad de Madrid (sí, también ha visitado algún que otro municipio que no es la capital para apoyar a su tándem, Juan Lobato) sin que Félix Bolaños y su batería de escoltas la acompañen allá a donde vaya. En el PSOE de Madrid entienden que esto es un problema porque Bolaños está cortando la popularidad y la capacidad de llegar y lucirse a los dos candidatos del PSOE en Madrid. Pero no parece importarle demasiado a un equipo en Moncloa que no tiene ninguna confianza ni en las posibilidades electorales de María Reyes Maroto ni en las de Juan Lobato. El ejemplo de la línea 7B de Metro ha llamado especialmente la atención porque Bolaños tiene poco o nada que decir sobre cómo se desarrollan las obras del suburbano (en todo caso, le tocaría a Raquel Sánchez, ministra de Transportes); pero ahí estuvo, controlando y marcando cada paso que daba Juan Lobato en la región afectada.

La obsesión de Félix Bolaños es tal que ya hay quien considera que será el heredero del PSOE en Madrid y quien se quedará la candidatura de Lobato tan pronto como se conozca el resultado de las elecciones autonómicas. En Moncloa son perfectamente conscientes de que hay voces en el PSOE de Madrid (especialmente las de los municipios más potentes del sur de la Comunidad) que están deseando que Lobato fracase para montar una revolución interna. Estas mismas voces encienden que Lobato es un candidato de paja que se ha preparado para quemarlo ante Isabel Díaz Ayuso y así dejar vía libre para quien venga detrás de él. La idea que circula por Ferraz es que será Bolaños quien lo herede meses después.

En cualquier caso, lo cierto es que hay muchos dentro del entorno de Juan Lobato que están visiblemente cansados de que un ministro como Félix Bolaños no permita a Lobato lucirse de cara a las elecciones autonómicas. El socialista no tiene ni la capacidad de presionar para elegir a los que van en la lista (pese a que ha presionado por meter a Jesús Celada). Pero de momento aguantará porque al menos se ha quedado con una candidatura que cuanto menos es difícil.