Santiago Romero Granados remarca la relevancia de los padres ante la evoluciĆ³n del movimiento y el deporte de sus hijos

Santiago Romero Granados, en su obra Ante la evoluciĆ³n del movimiento y el deporte, explica la evoluciĆ³n del movimiento en los primeros aƱos de vida de un niƱo de cualquier familia como una base previa fundamental para la iniciaciĆ³n deportiva hasta la edad adulta, asĆ­ como las consideraciones y posibilidades de entrenamiento deportivo que deben ofrecerse a los hijos para velar por su salud y fomentar hĆ”bitos de vida saludables de cara al futuro.

En la sociedad moderna, la falta de oportunidades para la movilidad en edades tempranas y la falta de actividad fĆ­sica o deporte hasta los seis aƱos, aproximadamente, estĆ” impidiendo que algunos niƱos disfruten del desarrollo motriz necesario para una vida saludable. Esto estĆ” provocando una creciente poblaciĆ³n infantil obesa, inactiva y con estilos de vida poco saludables, una situaciĆ³n que preocupa tanto a los responsables de salud como a las familias, debido a los efectos a corto y largo plazo que de ello se derivan.

Para Santiago Romero Granados, conforme crecen los niƱos, la amplitud de movimientos que son capaces de realizar se incrementa enormemente. Estos primeros aƱos de vida son fundamentales para su futuro, no solamente para practicar deportes, sino tambiƩn para madurar y desarrollar su personalidad.

Desde el momento en el que nacen, los niƱos deben realizar una gama de movimientos identificables en funciĆ³n de su etapa de maduraciĆ³n. Esta maduraciĆ³n comienza desde el dĆ­a posterior al nacimiento y se extiende hasta los doce aƱos. Por ejemplo, cuando se presiona la palma de la mano de un reciĆ©n nacido y este la cierra automĆ”ticamente, esto significa que posee el reflejo de agarre. Por tanto, la observaciĆ³n de los movimientos del niƱo (desde los reflejos hasta el salto a pies juntos, el lanzamiento, la nataciĆ³n, etc.) ayuda a determinar si su desarrollo muscular se encuentra en consonancia con su edad. Varias escalas de movimiento han sido propuestas por diversos autores, siendo estas en su mayorĆ­a muy similares.

Para Santiago Romero Granados, al hablar de motricidad, existen dos conceptos que se deben conocer: motricidad gruesa y motricidad fina. La motricidad gruesa se refiere a movimientos amplios en los que participa todo el cuerpo o una parte completa de un miembro. Ejemplos de ello son subirse a una mesa, correr, saltar, lanzar alguna cosa, etc. Mientras que la motricidad fina abarca acciones finas y precisas para tomar, manipular y sostener objetos. Ejemplos de esto son vestirse y desvestirse sin ayuda, atarse los cordones de los zapatos, escribir, etc.

Es importante entender que el desarrollo de ambos tipos de motricidad es clave para la Ć³ptima evoluciĆ³n de otras funciones. Esto es algo que los expertos como Kirpart (1976) han afirmado, ya que el aprendizaje motor es la base para todo aprendizaje posterior, tanto intelectual como fĆ­sico y social.

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